capítulo treinta y cuatro.

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Akira

Mientras una de mi piernas temblaba y mientras inconscientemente mordisqueaba  mis uñas nerviosa no podía dejar de entrar y de salir del chat con el rubio.

Quería hablarle, hoy es el segundo día que no tenemos comunicación y el miedo a que él se canse de mis vueltas y se aleje me estaba matando. Pero hablarle también significaba  olvidarme completamente de Mateo, y apagar todo tipo de sentimientos que éste me provoca, así, como si nada, como si pudiera manejar yo de un día para el otro lo que me pasa en el pecho cada vez que lo veo.

Suspiré hondo y volví a entrar al chat de Paulo, un "en línea" apareció debajo de su nombre y me puse el triple de nerviosa; era mi oportunidad.

"quiero hablar, ¿estás?", envié así, sin ni siquiera saludarlo, de la manera más seca posible.

Soy una pelotuda.

Suspiré hondo y tiré mi celular a cualquier parte del colchón con terror a su respuesta, si es que me responde. Quizás me ignora, o quizás ni siquiera debe tener interés en hablar conmigo.

Me levanté de la cama dispuesta a despejar la cabeza para así olvidarme del reciente mensaje enviado y saqué de mi cajita de maquillajes un delineador para centrarme en hacerme un buen delineado. ¿Por qué justo ahora? Porque con la concentración extrema que necesito al hacerme el delineado perfecto ni siquiera tendría tiempo en hacerme la cabeza con el tema.

Busqué el objeto nombrado y una vez que lo encontré, me senté frente al espejo para comenzar a delinearme, pero el sonido de WhatsApp avisándome que un nuevo mensaje me había llegado me alteró el triple.

—¡La puta madre! —solté siendo una bola de nervios, y esa idea de tratar de olvidarme del tema lo descarté por completo cuando me tiré de panza a la cama para ver si era Paulo.

"si kiki, acá estoy, decime" fue el mensaje proveniente del rubio, y ahí me di cuenta que me preocupé al pedo si efectivamente no estaba enojado conmigo.

paulo<3

quiero hablar, estás?

si kiki, acá estoy, decime

ya pensé mil veces lo que
me dijiste, y entiendo que
te hayas puesto mal por lo
que paso, soy una pelotuda

el boludo soy yo por ponerme
mal por una pelotudez así,
perdoname

pero solo quería que elijas
bien lo que querés hacer, por
eso te di tu tiempo.

se que no somos nada, y eso
lo dejamos siempre en claro,
pero yo soy un imbécil y un
inseguro de mierda,
imaginate como me pone que
pienses en otro pibito
mientras estás conmigo

me siento re insuficiente

pero no es tu culpa, así que
tranquila

obvio que es mi culpa,
esto ya lo hablamos y vos
ya me dijiste que no te
cabía que mientras esté con
vos piense en otro pibe,
es entendible

Akira; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora