Akira
Me desperté algo confusa al darme cuenta que a mi lado la cama se encontraba vacía, y faltaba Paulo quien estuvo durmiendo conmigo toda la noche conmigo.
Lo único que puedo destacar del día de ayer fue la noche; más precisamente cuando Mateo me trajo a la casa de Paulo. El rubio luego de contarle lo sucedido no se separó de mi un segundo, él sabía que aún me sentía mal por lo vivido y hasta me prestó su ducha para que me dé un baño y descansara mejor.
¿Cómo terminamos? Ambos desnudos en su cama; finalmente se nos dió.
La idea era mirar Netflix para distraerme antes de dormir, pero en medio de la película no pudimos evitarlo...ambos lo deseábamos.
-Te despertaste. -habló el protagonista de mis pensamientos haciéndome caer a Tierra. Con un short de tela y su torso aún desnudo se acercó a la cama con una bandeja de desayuno donde dentro había puesto dos tazas de mate cocido y un paquete de galletitas Don Satur. Efectivamente el mejor desayuno para un argentino...o al menos para mí.
-Sos un sol, gracias. -dije enternecida, mientras él apoyaba la bandeja a mi lado en medio de la cama y se sentaba a mi lado con cuidado de no tirar nada.
-¿Estás mejor?¿Cómo dormiste? -preguntó dejando un pequeño pico en mis labios para luego dedicarme una leve sonrisita a boca cerrada.
-Dormí re bien, gracias. -contesté devolviéndole el gesto.
-Desayunamos y te acompaño a tu casa, ¿dale? Tengo que acompañar a mi vieja al médico en dos horas, si es por mí te quedás todo el tiempo que quieras. -habló algo apenado, pero yo asentí con mi cabeza sin problema con tal de no preocuparlo.
-¿Será que me podré bañar antes de irme o estás muy apurado? -pregunté llevando una de las galletitas a mi boca, pero él asintió sin problema.
-Bañate, yo te espero. -contestó sin problema, yo dejé un beso en su mejilla en modo de agradecimiento, pero él corrió la cara convirtiéndolo en un pico.
Mientras ambos desayunábamos yo saqué mi celular no solo para avisarle a mi mamá que men breve estaría en casa, sino también para hablarle al morocho.
Me pareció medio raro que no me haya hablado, me esperaba sus cotidianos mensajes de buenos días o mínimo alguno preguntándome como estoy después de todo lo que me pasó ayer.
"buen día chiquito, ¿estás?" mandé algo ansiosa a que contestará, ya que mi idea era ir a visitarlo luego de llegar a casa con tal de pasar el día con él, pero aún estando en línea ni siquiera se esforzaba en abrir mi mensaje.
¿Qué le pasa?
-No me lee. -resoplé molesta, y el rubio frunció su ceño confuso- Mateo, está en línea y no me contesta. -expliqué sin salir del chat, pero pasados los minutos se desconectó sin ni siquiera abrir mi mensaje.
-Ya te va a responder, tranqui. -contestó bastante calmado Paulo, pero saber que fui ignorada por mi amigo me hirvió la sangre.
-Es un pelotudo de mierda, ¿encima que ni siquiera me habla para preguntarme cómo mierda estoy ahora me ignora? -solté furiosa.
-No te enojes ey, capaz está ocupado, esperá un ratito. -me calmó el rubio sobando mi rodilla- Dejá el celu un rato, desayunemos. -pidió girando mi cabeza para depositar un pequeño beso en mis labios, yo sonreí al sentir dicho acto acompañado de su hermosa sonrisa que tan linda le queda, pero necesitaba saber que le pasaba a Mateo...
"¿estás enojado?" envié esta vez, mientras le daba un sorbo a mi mate cocido, y esta vez se marcaron azules las dos tildes.
mateo
ESTÁS LEYENDO
Akira; trueno.
Romance"Siempre imaginé que algo especial tenías, tu nombre encaja perfectamente con vos. Sos luz, y llegaste justo para iluminarme en la oscuridad donde yo estaba metido" Esta novela habla de temas sensibles y delicados que pueden ser ofensivos al lector...