"Siempre imaginé que algo especial tenías, tu nombre encaja perfectamente con vos. Sos luz, y llegaste justo para iluminarme en la oscuridad donde yo estaba metido"
Esta novela habla de temas sensibles y delicados que pueden ser ofensivos al lector...
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akiracontimi mamá la mejor ph por😋
wos.ds3fachera la nena ↳akiracontigracias por enseñarme mi rey
truenoestás hermosa amor, te amo♥️ ↳akiracontite amoooo😭🖤🖤
danielribbame parecen familiares esos anteojos ↳akiracontite cabió ;) ↳danielribbadevolvemelos sino mi mamá me reta ↳akiracontino❤️
paulolondraqueeee😍🔥
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Mateo
—¿Me podés decir qué te pasa? —preguntó la morocha dejando algunos picos en mis labios, los cuales yo consentía bastante desanimado y sin ganas.
—No me pasa nada. —contesté sin ni siquiera mirarla; simplemente jugaba y observaba el humo que mi porro desprendía.
—Decime la verdad, Mateo, me molesta que no me mires a los ojos cuando me hablás. —contestó firme esta vez sentándose bien con sus brazos cruzados, sin importar que en los sillones de en frente estaban nuestros amigos.
—¿Qué me va a pasar, amor? Nada. —repetí esta vez conectando miradas con ella. Y aunque se la notaba bastante enojada no podía evitar desear llenarle la cara de besos al ver como su ceño fruncido la hacía verla el doble de tierna de lo que es normalmente.
Pero no, hay algo que me preocupa más y no puedo dejarme llevar por sus tan encantadoras facciones.
—Está bien, listo. —contestó neutra, sin ningún tipo de gesto en su rostro.
Sin decir una palabra más se levantó de su lugar y se fue a mi habitación, dejándome a mí con la duda de saber en si estaba enojada o si mi actitud le había dolido, pero de igual manera la dejé.
—¿Se te pudrió todo? —contestó el castaño soltando una leve risita divertida mientras me arrebataba el porro de los dedos para consumirlo.
Yo me limité a morder mi labio inferior y tirar mi cabeza hacia el respaldo del sillón con mis ojos cerrados algo frustrado.
—¿A nosotros sí nos vas a decir que te pasa? —preguntó alzando una de sus cejas Valentín, probablemente intuyendo que algo sucedía.
—Estoy celoso. —confesé soltando un hondo suspiro, y pude darme cuenta como ambos fruncieron su ceño confusos— Osea...no celoso, o sí, no sé. —agregué algo inseguro, sin quitar mi vista del techo y pareciendo estar en una charla psicológica.