🗝 cap 28: La llave 🗝

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Inmediatamente me levante y agarre la carta, la mire de ambos lados y definitivamente no era de los Vulturis… no tenia su sello.

La intriga me empezaba a matar, así que delicadamente la abrí rompiendo nada más un poquito el sobre.

Adentro no había una carta… había una llave, que sabia perfectamente de quien era… era de ese maldito que me arrebato la felicidad hace años atrás…

De esa maldita persona sin vida que me arrebato al hombre que tanto adoraba y admiraba.

Mire detenidamente la llave por unos segundo, hacta que decidí simplemente guardar todo y empezar a revisar los trabajos de los alumnos.

Fui a la biblioteca y guarde la llave en uno de los libros más viejos que tenia, así nadie lo vería…

Subí al salón y me dedique a conocer mejor a mis alumnos, con tan solo leer o ver los trabajos que les hice hacer.

Ne pase toda la tarde así, le había pedido por favor a los chicos de que no vinieran… no tenia muchas ganas de estar escuchando sus discusiones.

Es más, quería una abrazo de mi osito.

Me levante del sillón en el cual estaba sentada, cerré la casa y a velocidad vampírica fui a la casa de los Cullen.

Alice me abrió, me indico donde estaba la habitación de Emmett, me dirigí allí saludando a quienes me encontraba.

Al llegar me lo encuentro jugando a su consola, levanta la mirada del juego y al verme aguantando las lágrimas deja todo y me abraza.

Emmett: estoy aquí ~dijo abrazándome con fuerza~
Alma: tengo miedo osito ~dije con la voz quebrada~
Emmett: oye, Te quiero como a una hermanita Alma, pero si uno de ellos te hace daño no dudaré en romper el tratado por ti.
Alma: no es por ellos osito, es por algo mucho más fuerte y peligroso ~dije escondiéndose en su pecho~
Emmett: me quieres contar?

Negué con  la cabeza y simplemente le pedí que me abrazara. Lo cual hico, al rato de ya estar más clamada le di las gracias y el solamente sonrió.

Me invito a jugar con su consola, y así pasamos gran parte de la noche, pero a las 3 de la madrugada me tuve que ir por el echo de tener trabajo mañana.

Llegue a casa y al estar totalmente vacía se sentía… fría y triste… extrañaba a Agustín, pero el tenia derecho a hacer su vida.

No pude dormir en toda la noche así que simplemente me quedé investigando la llave que contenía aquella carta… y si era de ese desgraciado.

Al final decidí hacer algo que nunca pensé hacer… agarré un bolso y en el metí mis cosas para mañana con la ropa y otras cosas.

Agarré mi coche y fui dirección a la reserva, más exactamente a la casa de Paul. En estos momentos me sentía muy sola y quería una estufa.

Toque la puerta de la casa, y si se que son las 4 de la madrugada pero por lo menos son decente… creo.

5 minutos mas tarde un Paul muy dormido y sin camiseta abrió la puerta de la casa, pero al verme sin pensarlo me hico entrar.

Paul: ¿que haces a estas horas aquí? ~me pregunto con voz ronca y sin soltarme la cintura ~
Alma: ¿puedo quedarme a dormir? ~fue lo único que pregunté y dije~
Paul: claro que si, pero estas bien? ~me dijo algo más despierto mirándome de arriba a bajo si tenia algo~
Alma: ahora si ~dije y simplemente me aferre a el en un abrazo~

El dejo mi bolso en el sillón y después me tomo como koala, y así subió a su cuarto en donde se acostó conmigo.

En estos momentos me sentía protegida, y era todo lo que necesitaba.

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