Esta es la historia de una chica que es buscada por Alice Cullen, para ayudarla a que no lastimen a su familia. Alma Smith una chica hibrida que al llegar a Forks no solo encontrará un lugar donde quedarse sino también a 8 personas para amar. Pero...
Narra la Narradora: En el Olimpo, de los difuntos grandes dioses griegos, estaba en un completo silencio...
Apolo, Luz y Black estaban tan concentrados mirando a la nueva mensajera, la cual estaba teniendo un viaje de aprendizaje por medio de un rayo, y cada tanto suspiraba con cansancio, aunque cada uno tenía pensamientos totalmente diferentes al otro.
La diosa de la Luz, no podía dejar de pensar en el parecido que tenia Alma con su difunta amiga, Olivia Abigail Reyes.
Apolo, el mensajero de los dioses de la luz y la oscuridad, no podía dejar de pensar, en el echo de que tan mal quedaría después de todo, la pequeña Reyes…
Y Black, el dios de la oscuridad, simplemente se dedicaba a parecer preocupado, para no molestar a su novia en secreto… aunque, aquí entre nosotros, estaba un tanto intrigado de lo que pasaría…
Ya llevaban unas cuantas horas allí, o puede que días… pero para ellos el tiempo no era relevante, para ellos el tiempo no era nada… paro sabían que, para otros era demasiado importante.
El rayo que estaba conectado a la cabeza de Alma, se desconecto ,y ella terminó callándose al suelo por esa pequeña y algo estruendosa acción…
Apolo y Black, la ayudaron a sentarse nuevamente en el trono de Zeus. Ella se toco la cabeza con una mueca de dolor, y después abrió los ojos dejando ver un azul un poco más oscuro, de lo normal, que combinaba con un violeta del mismo tono, y parecía tener pequeños destellos, que parecían estrellas… como una galaxia…
Los tres se miraron algo preocupados, pero no dijeron una sola palabra hacta que Alma los miro, con su nuevo color de ojos.
Alma: ¿cuanto tiempo llevo aquí? ~pregunto de forma tranquila~ Apolo: no lo sabemos con exactitud, puede que horas… Black: o días.
La hibrida, de ahora ojos galácticos, los miro algo aturdida, para después y de forma lenta, levantarse y ponerse enfrente de los contrarios a ella.
Ellos simplemente, no podían sacar la mirada de sus hermosos ojos galácticos, que llamaban tanto la atención, pero salieron de sus pensamientos al escuchar a la hibrida.
Alma: estoy lista para volver.
Narra Agustín: Había pasado alrededor de 1 semanas, y Alma no daba respuestas de seguir viva… o muerta.
La manada Mccall, se había ido por 24 horas para corroborar de que todo estaba bien en Beacon Hills. Y los Cullen, cada tanto iba y venían, pero siempre estaban presentes.
Y la manada Quilate… no se movían de la casa; apenas comían y se bañaban por que nadie podía soportar su olor a sufrimiento y dolor… aunque nadie los juzgaba por eso…
Y yo, no me movía de mi cuarto o del cuarto de mi prima, sufría en silencio todo el rato… y no quería ver a nadie que no fuera mi esposa, mi tío o mi prima…
Y hablando de mi queridos tío, el estaba aun peor que yo. Y esto comenzó una vez que la vio, después de recibir la noticia que estaba en coma… y a el definitivamente no se le podía decir nada… o bueno no todos pensaban eso. Ya que algunos de la manada Quilate, le seguían echando la culpa de todo lo que estaba pasando…
Cada tanto salía y desaparecía por horas, y cuando volvía se lo veía un poco mejor… pero preferimos no seguirlo o preguntarle, ya que si encontró algo para descargar toda la impotencia, preferimos dejarlo en paz.
Cambiando de tema, la manada Mccall no debía de tardar en llegar. Cora me escribió, diciendo que todo estaba tranquilo allí (algo extraño, viniendo de aquel pueblo loco).
Me levante de mi ex-cama y me dirigí al cuarto del último piso… al entrar todo estaba igual que siempre, frío y oscuro, y ella tirada en la cama inmóvil…
Me senté a un costado de la cama ,y simplemente me dedique a mirar el suelo, como si fuera la cosas más interesante del mundo.
Agustín: Las cosas están patas para arriba peque ~le digo con un hilo de voz y de forma baja~ te extrañamos demasiado… Tu padre te necesita… yo te necesito.
La mire, y ella seguía en la misma posición… inmóvil, fría y… muerta; aunque la ultima cosa, no quisiera ni siquiera pensarla…
Agustín: todos tiene fe de que vuelvas… yo, también la tengo, pero no quiero hacerme ilusiones… pero si te tienes que ir, pues espero encontrarnos algún día…
Con todo el dolor de mundo, salí del cuarto de mi prima dejando que siguiera “descansando". Baje al salón, y todo era un desastre allí, parecía la tercera guerra mundial…
La manada Quilate, discutía con los Cullen y la segunda manada, que no tengo idea de cuándo llegaron…
Me acerque a Cora, quien estaba junto a su hermano, su tío y mi tío, a un costado de todo y todos, la tome de la cintura y ella me miró con una sonrisa tierna.
Cora: como estas? ~me pregunto de forma algo alta para que escuchara~ Agustín: mejor, ahora que te tengo a mi lado.
Ella me sonrió algo apenada, y dejo un tierno beso en mi mejilla y otro en mis labios… pero no pude disfrutar del beso de mi chica, ya que los gritos me estaban sacando de quiso.
Me pare en medio de toda la discusión, y cree una pequeña nueve, la cual empezó a sonar de forma fuerte con trucos y rayos… y de esa manera logre que todos se callara de una buena vez.
Agustín: haber, Ya! Porque están discutiendo tanto?
Nadie contesto, ah ahora me van a decir que ni ellos saben porque discutían?! Parece un mal chiste.
Agustín: les juro, que como los escuche gritar 1 sola vez más, los echo a todos. Y no le importa que sean las almas gemelas de mi prima ~dije señalando a Jacob, que estaba por hablar~ porque si en verdad la hubieran cuidado, ella no hubiera tenido que terminar con ustedes.
Todos ellos, bajaron la cabeza, como si fuera cachorros regalados. Esto debía ser otro mal chiste.
Pero… todo quedo en silencio al ver como una figura pequeña, de pelo color fuego, y ojos color galácticos, con la piel más pálida que e visto en todos mis años de vida, bajaba por las escaleras como si no pasara nada a su alrededor.
Una vez que estaba enfrente nuestro, nos miro de forma confundida y después nos pregunto, algo que nos dolió y rompió todos.
Alma: quienes son todos ustedes? Seth: n-no nos r-recuerdas? ~dijo con la voz quebrada~ Alma: la verdad? ~pregunto y todos asentimos~ si los recuerdo, pero siempre quise hacer esta broma.
Yo solté un suspiro, y fui el primero junto a Emilio en acercarme y abrazar a mi pequeña hermanita. Ya que ahora si podía decir que estaba completo…
ELLA SIGUE VIVA!
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