Esta es la historia de una chica que es buscada por Alice Cullen, para ayudarla a que no lastimen a su familia. Alma Smith una chica hibrida que al llegar a Forks no solo encontrará un lugar donde quedarse sino también a 8 personas para amar. Pero...
Narra Alma: Apenas llegue a mi casa, me limpie los ojos y pude ver con más claridad, como la pared que era parte del salón… tenia un gran agujero.
Mire a la manada Mccall, que estaban enfrente mío con ojos y bocas abiertas a más no poder… creo que estaban sorprendidos.
Stiles: t-tu… hiciste eso? ~me pregunto algo trabado señalando el agujero~ Alma: así parece… Emilio: tan fuerte como tu madre ~dijo pasando un brazo por mis hombros~ Alma: en serio? ~dije como niña pequeña~ Emilio: si te soy honesto, jamás conocí una mujer tan inteligente y fuerte como tu madre, era única ~dijo con un brillo único en los ojos~
En ese mismo instante, me di cuenta de cuánto mi padre la amaba… en un abrir y cerrar de ojos, había arreglado la pared. Entre seguida de el resto, para empezar a cocinar la cena.
Derek: me quieres explicar? ~me pregunto poniéndose a mi lado, mientras cortaba verduras~ Alma: ¿que de todo Derek? Derek: pues… todo ~dijo y yo deje las verduras para verlo~ Alma: tuve una fuerte discusión con Sam, al llegar y como viste, termine destrozando todo y después deje que mi lado “salvaje" saliera ~digo abreviando todo~ Derek: ¿te había pasado antes? Alma: jamás ~dije seria volviendo con las verduras~
No dijo nada y simplemente, se puso de la nada a ayudarme a cocinar. Lo mire de forma divertida, y después de darle un beso en la mejilla, yo también me puse a terminar la comida.
Al cabo de unos minutos, ya estábamos todos sentados en la mesa, comiendo… o por lo menos quienes comíamos.
Stiles: déjenme ver si entendí ~dijo por quitan vez desde que empezamos a comer~ durante 159 años, estuviste en una cabaña muy alejada en el bosque, cuando tus heridas? Emilio: exacto ~dijo con un tono neutro~ Stiles: pero en los últimos meses, estuviste por estos bosques cuidando de Alma… Emilio: correcto. Stiles: genial. Alma: es la quita vez que repites todo ~dije y los gemelos a mis costados se reían de mi expresión~ Stiles: es que, si ya de por si tu eres asombrosa, tu padre es el triple ~dijo con ambas manos levantadas~ Alma: ay dios ~digo mientras me frota la frente~
Después de esta extraña conversación, las chicas me ayudaron a levantar, mientras que el resto se iba preparando para ya volver a Beacon Hills.
Pero una pequeña sonrisa se instalo en mi rostro, al ver a mi padre y primo hablar de forma algo animada, sobre lo estúpido que es se un hombre lobo.
Una vez que todos se fueron, me giré mirando a mi padre quien me sonrió con cariño. En vez de entrar a la casa, decidimos ir a cazar algo por aquí…
Emilio: estuve caminando por este bosque, durante varios meses… y no me canso de hacerlo, simplemente es hermoso.
Alma: es la pura verdad, yo llevo viviendo 1 año aquí. Emilio: lo siento tanto hija… todo lo que pasaste y lo que estas pasando… yo Alma: papa, esta bien… lo entiendo, solo… no te vuelvas a alejar, si? ~el asintió y después miro a su izquierda~ Emilio: por allí ahí una manada de ciervos, quien case el más grande gana ~dije de forma retadora~ Alma: trato ~digo para después estrechar su mano~
Contamos hacta 3, y en un abrir y cerrar de ojos los dos salimos corriendo en dirección a la manada de ciervos.
Unos 10 minutos, nos encontramos en la puerta de mis casa. Mi padre tenia un ciervo bastante grande, en sus pies.
Yo en cambio tenia uno mediano, y por ende el me miró con burla.
Alma: no digas nada ~digo desviando la mirada ~ Emilio: si claro, deja que me los como y entramos ~dijo y yo simplemente asentí~
Me senté en el porche de la casa, esperando a que se comiera los 2 ciervos que cazamos. Al terminar, sin que me dijera nada, los prendí fuego y después entramos.
Alma: porque? ~pregunte de la nada una ves sentada en el sillón~ Emilio: porque, que Princesa? ~dijo confundido mirándome~ Alma: porque me diste la última llave? Emilio: ah, a eso te referías… Alma: papa…? Emilio: es un alarga histórico hija… pero merece una explicación. Alma: pues soy toda oídos ~dije y preste toda mi atención a el~ Emilio: bueno, pues para no hacerlo tan largo, todo paso 1 semana antes de que “me mataran” ~dijo haciendo comillas en lo último~ básicamente, la diosa de la luz te concedió el don de la luz, y el dios de la oscuridad te concedió el don de la oscuridad. Alma: digamos que esa parte, me la se a medias… por le libro y las llaves más que todo… Emilio: me lo imaginaba, pero aquí es donde aparecemos todos, el mismo día que tu naciste, ellos aparecieron.
Narra Emilio Vulturi: Flash back:
Emilio: falta poco Olí, solo un poco mas ~le digo a mi bella mujer en forma de apoyo: Olivia: ¡Emilio, esto duele! No creo poder más ~dice con ya muy pocas fuerzas~
De un momento a otro un llanto se hace presente en el salón de la cabaña, y una gran sonrisa se instala en mis labios.
Emilio: es una niña, una hermosa niña mi amor ~digo con lagrimas que nunca saldrán~ Olivia: quiero… quiero verla querido ~dice con pocas fuerzas~
Una vez que mi amada, carga a nuestra hija ella sonríe en grande. Pero el momento es interrumpido por una luz segadora y otra que simplemente oscurece todo.
Me doy la vuelta, y me encuentro a un agujero bellísima y a un hombre… oscuro.
Mujer: mi nombre es luz, diosa de la luz y esperanza del mundo. Hombre: mi nombre es Black, dios de la oscuridad y miedo del mundo.
Luz: su hija, es la heredera de nuestros dones, y por ende ella los llevara al igual que todo integrante de la familia Reyes.
Me di la vuelta y pude ver como mi amada simplemente me asentía, agarre a mi princesa y se las entregué.
Un destello salió de los pechos de aquellas extrañas personas, y se lo entregaron a mi bebe, quien estaba durmiendo plácidamente, entre aquellas personas…
Fin del Flash back.
Narra Alma: Me quede totalmente callada, ¿a eso se refería Robert?
El me miraba con atención esperando alguna respuesta… pero simplemente no sabia que contestar, o que decir al respecto de la situación.
Alma: mira… debo pensar bien todo esto, peor cambiando de tema, ¿que quieres hacer?
Lo miré como niña pequeña esperando la respuesta, aunque simplemente recibí una carcajada fuerte y grave.
Me abrazo y simplemente me dijo de forma tierna y divertida…
“Eres idéntica a tu madre!”
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