Capítulo 72

762 54 7
                                    

El viaje había sido cansado, aunque más llevadero porque iban juntas, tres horas de vuelo más el tiempo en carretera las tenían agotadas, habían dejado a las niñas dormidas en la parte trasera de la camioneta, Taylor la había dejado en el aeropuerto pensando en el regreso y aunque a Karlie nunca le había gustado tal cosa, pensó que había sido una buena decisión contando con que era más cómodo y rápido para salir de ahí.

Estaban de regreso y a punto de llegar a casa.

Los últimos días en Chicago habían sido igual de placenteros que los primeros, Karlie había tenido que encargarse de asuntos del estudio en aquella ciudad y se había ausentado un poco, pero no faltaba la compañía de una Kloss, Kariann había estado pegada con ellas todo el tiempo, aunque había decidido quedarse para compensar ese tiempo con sus padres e intentar que se suavizaran un poco con el tema de su mudanza.

A ella ese tema no le preocupaba ya, había sido clara y esperaba que fueran ellos quienes la buscarán ahora si querían hablar sobre su relación con sus hijas o con Taylor. Esperaba que lo hicieran, pero aun así se sentía más ligera sobre haber dejado las cosas claras, quería y necesitaba enfocarse solo en su mujer y sus hijas.

— Llegamos —. Anunció Karlie dejando salir un suspiro pesado, también estaba cansada, la tarde estaba avanzada y no tardaba en anochecer, había trabajado ese día en el estudio hasta un par de horas antes de partir al aeropuerto de Chicago. Había sido un día largo. Y lo sería aún más.

Se desató el cinturón y apagó el motor, pero el brazo de Taylor se posó sobre el brazo de ella, deteniéndola, frenándola, giró a verla, pero Taylor estaba absorta viendo por la ventana hacia el lado contrario de la acera. Frunció el cejo sin entender. — Aguarda Karlie.

— ¿Qué pasa? Deberíamos llevar a las niñas adentró.... Están dormidas en mala posición y....

— No... —. Susurró Taylor para sí misma, aunque Karlie no entendió a que se refería, sin embargo, sintió los dedos de Taylor cerrarse sobre su brazo de forma nerviosa.

— Taylor, ¿qué pasa? —. Preguntó con algo de angustia mezclada con confusión la castaña.

— Es... Ese coche... —. Taylor apuntó al coche aparcado cruzando la calle justo a la altura de la camioneta de Karlie. La castaña lo vio, se alteró un poco al ver lo afectada que parecía estar Taylor, aunque no comprendía porque era relevante. Lo hizo cuando la rubia volvió a hablar. — Es de mi madre.

Karlie se congeló en su asiento, Taylor jadeó y se tomó la cabeza con la otra mano. — ¿Andrea?

— ¡Cuál otra madre tengo Karlie! —. Taylor estaba perdiendo los estribos y ni siquiera la había visto, pero solo la idea de ella la ponía tensa, negó con la cabeza sintiendo haber levantado la voz, aunque Karlie no parecía haberlo notado, de pronto también estaba perdida asimilando que Andrea rondaba su casa. — Lo siento, pero estoy casi segura que es de ella.

Karlie esperó a que ella decidiera cuál era el siguiente movimiento, porque no parecía tener intenciones de bajar pronto de la camioneta, ambas voltearon hacia la casa, no había nadie en el frente y Karlie pensó en la posibilidad de que Taylor estuviera equivocada. Rogó silenciosamente por que así fuera.

— No hay nadie Tay... —. Anunció esperanzada.

— Oh por Dios —. Exclamó Taylor terminando por completo con la posibilidad de un error, Karlie siguió su mirada, y la vio, ambas la estaban viendo, la mujer caminaba por la acera, directo hacia ellas. Karlie se congeló, su corazón casi se detiene y sintió un frío recorrerla completa y un nudo se instaló en su estómago. — Dios Karlie... Sácanos de aquí....

Siempre Y Desde SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora