Capítulo 31

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— ¡Tía Sel! — Ambas gemelas corrieron hacia la morena que iba entrando con un bebe cargado en un brazo y otro niño sujetando su mano libre, Taylor iba tras ellas tambien para recibir a su amiga. — ¡Santi!

— Hola Sel — Saludó la rubia llegando a su amiga y recibiendo una amplia sonrisa.

— Hola Tay, ¿Cuánto tiempo sin vernos eh? — Selena entró y se abrazó de su amiga, no había sido mucho en tiempo en realidad, pero si se extrañaban, no era lo mismo con las responsabilidades que tenían y el segundo embarazo de la morena había ayudado mucho.

Taylor soltó una risita y besó al bebé después de a su amiga. — Hola Santi. — Taylor amaba a los niños de Selena y viceversa, siempre se mantuvieron en contacto y se apoyaron mutuamente. Ahora que Selena se había vuelto a embarazar Taylor estaba muy feliz por ella y emocionada de tener otro bebe en la familia. Un gruñido feliz salió de la boca del pequeño y Taylor sonrió tomándolo en brazos. — Esta tan pesado, estas muy gordito Santi, que te da tu mamá...

— Tia....

— Hola a ti tambien guapo — Abrazo al niño que era un poco más alto que sus hijas y que le pedía atención. Era moreno como su madre y algo más serio, Selena le había advertido que, desde el nacimiento de su segundo hijo, Dominic estaba algo celoso y estaba batallando un poco con él. Selena rodó los ojos ante la mirada lastimera que le dedicaba a la rubia. Taylor solo rio y la reprendió con la mirada. — Tengan niñas.

— Eh, eh, no —Dijo sarcástica mientras recuperaba a su hijo de brazos de la rubia para que pudiera abrazar como se debía a Dominic mientras ella se hacia la digna con las gemelas. — Bien que solo quieren a mi príncipe, no a mí, primero salúdenme y luego se los presto— Comento Selena algo dramática al tiempo que las niñas se acercaban a ella a abrazarla.

— No es cierto tía, si te quiero —. Beth fue la primera que se acercó a abrazarla, le hizo señas para que se inclinará y le depositó un beso en la mejilla. Tate hizo lo mismo segundos después y luego tomaron las manitas del pequeño. — ¿Ya nos lo prestas?

— No es un juguete Elizabeth — Le reprendió su madre.

— Ya déjalas, Tate ven aqui— las defendió mientras le depositaba al niño con cuidado en brazos, Santiago tenía casi el año y no caminaba aún. Las enternecía la mirada verdosa y emocionada que tenían ambas, y lo cómodo que parecía el pequeñín.

— Gracias — Dijeron al unisonó sin prestarle mucha atención ya que tenían al bebé con ellas, Tate era la que lo levaba cargado y tras advertencias de su madre, caminaron hacia dentro de la casa seguidos del hermano mayor de este tambien y las inasistencias de Beth de que quería cargarlo tambien.

— ¡Tengan cuidado! Dom, vigila a tu hermano — Advirtió la morena al niño mayor que rondaba los siete años, asintió y se desaparecieron los cuatro por el pasillo.

— Beth no vayas a correr y tómenlo bien— Taylor les gritó, aunque sabía que no le prestaban atención. Luego se giró a ver a su amiga. — No sé cómo se los puedes confiar, ni yo que soy su madre lo haría.

— No las subestimes, te puedo asegurar que ellas lo cargan mejor que Dominic —. La morena se despreocupó y Taylor lo intentó, se sonrieron y tomaron asiento en la pequeña sala de casa de la rubia.

— ¿Cómo estás? — Inició la conversación Taylor con una pregunta básica.

— Pues todo bien, ¿qué hay de ti? te ves decaída. — No tenía que jurárselo, Taylor sentía como todas las energías eran consumidas desde su interior últimamente.

— Te llamé no solo para planear el evento, necesito hablar contigo. — Selena se preocupó un poco ante lo abatida que parecía la rubia. Siguió a su amiga quien se puso de pie y la invitó a pasar hasta el patio trasero donde podrían vigilar mejor a los niños.

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