Siempre Y Desde Siempre

Capítulo 32

Taylor sintió su corazón latir muy fuerte. La sonrisa de Karlie. Ella estaba ahí, había ido, había regresado y estaba ahí haciendo su corazón desbocarse.

No podía seguir molesta, no había más molestia en ella, estaba contenta de que Karlie había aparecido, ¿No era eso lo que había querido? Su presencia se sintió como un bálsamo y ella de pronto estaba feliz.

Karlie parecía algo abrumada, pero seguía sonriendo.

— ¡Qué haces aquí! —. Dianna gritó e hizo que ellas rompieran su contacto visual devolviéndolas a la realidad. Karlie entonces cambio su expresión a una más seria, se separó de la camioneta y con unos ojos retadores se irguió lo más que pudo y le sostuvo la mirada. — Eres una maldita sinvergüenza.

— ¿Yo? — le dijo casi en un susurró a la más bajita cuando se hubo acercado, con una sonrisa autosuficiente, la vio vacilar y eso le bastó. — ¿Porque te sorprende? Te dije que regresaría.

Los ojos de Dianna estaban encendidos, Taylor camino hacia ellas temerosa de que hicieran un numerito. Karlie estaba consciente del lugar y el momento, asi que se contuvo, le sonrió a Dianna y luego se giró hacia su rubia que estaba deslumbrante, apenas la vio no pudo evitar repasarla de pies a cabeza con admiración.

— Taylor —. Estaba un poco nerviosa, sabía por Cara que creía que la había abandonado. — Lamento llegar así, lamento no haberte dicho...

— Estás aquí —. Interrumpió Taylor dejando salir las palabras confirmando que era lo importante, se lanzó a ella y la envolvió en un abrazo, dejando salir con el contacto todo el dolor que había sentido esas semanas. Sintió a la castaña asentir y rodearla por la cintura tambien.

— Quiero que te vallas de aquí —. Bramó Dianna rompiendo el momento de nuevo, Karlie la volteó a ver con desprecio.

— Dianna ya basta —. Taylor estaba apenada y exasperada por la actitud de la chica. Se separó de ella y vio que Karlie venía acompañada, del otro lado de la camioneta estaban dos chicos, no sabía quiénes eran, pero estaba segura que venían con ella.

— Está es mi casa Taylor, y no la quiero aquí —. Zanjó Dianna.

— Y esta es la fiesta de mis hijas Dianna, y te recuerdo que Karlie es su otra madre —. Karlie se asombró de que Taylor saliera en su defensa de tal forma. Dianna parecía indignada pero más que eso molesta.

— Pues lo siento Taylor, no voy a dejarla pasar —. Dianna gruñó.

— ¿Hablas en serio? — Taylor no podía creer su actitud.

— Taylor, no hay problema —. Intervino la castaña, haciendo qué ambas rubias la voltearan a ver. — Solo acepta mis obsequios para ellas y yo me retiro.

— ¡Karlie! — Beth gritó en la puerta y salió corriendo hacia ella. Karlie se sintió viva de nuevo mientras su hija iba hacia ella. Vio a Cara en la puerta salir detrás de la niña, le estaba muy agradecida por todo.

— Hola Beth, feliz cumpleaños nena —. Karlie se había atrevido a levantarla en brazos, la niña no protestó. Al contrario, se acercó y le dio un beso en la mejilla, Karlie no pudo contenerse e hizo lo mismo.

— Gracias, ¿Me trajiste un regalo?

— ¡Beth! —. Reprendió Taylor llevándose una mano a la cara. Karlie río y asintió para más alegría de la niña.

Dianna se había visto obligada a mantener silencio, estaba furiosa, y Taylor también lo estaba por la actitud que estaba adoptando. Se concentró en Karlie y en la interacción que tenía con la niña, la emoción la embargó y decidió dejar de lado a Dianna y su pesadez.