Capítulo 74

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Estaban acostadas, bajo las sábanas acurrucadas una contra la otra, Karlie amaba esa parte del día, la noche, cuando estaban a solas y podían platicar y hablar sobre su día, el estar así era mágico y el hecho de hacerlo casi diario implicaba que ya no sintieran la necesidad de solo tener sexo por las noches.

La laptop de Karlie reposaba sobre sus piernas, había estado vaciando la memoria de su cámara y Taylor había aprovechado para pedirle ver las fotos que habían tomado en Chicago.

Karlie había accedido gustosa, y le mostró todo lo que había capturado durante sus salidas, al zoológico y al lago Michigan. — Haré un álbum con estás.

— Eso sería fantástico Karls —. Taylor se acurruco más a ella, y siguieron pasando las imágenes.

— Aún no imprimo las de su cumpleaños, haré un álbum también con esas —. Dijo Karlie dándole un beso en la cabeza.

— Algo me dice que harás miles de álbumes —. Expresó entre risas la rubia.

— ¿No te agrada la idea? —. Cuestiono casi ofendida la castaña. Taylor beso su cuello y asintió. La verdad era que había sacado muchas fotos de las niñas, y cada vez que lo había hecho, había pensado en la fotógrafa. Ahora que estaban juntas sabía que su cámara no desenfocaría nunca a su familia.

— Podrías buscar alguna para sacar en retrato, chécalo, me gustaría que tuvieras cuadros de ellas en la sala o en las habitaciones —. Sugirió a lo que Taylor accedió entusiasmada.

Karlie se levantó, fue a darse una ducha mientras Taylor pasaba con cada click las fotos y elegía sus favoritas.

No era una sorpresa que la castaña era una excelente fotógrafa, las fotos eran tan hermosas, los rostros de sus hijas brillando con la emoción, casi podía oírlas riendo, solo Karlie lograba eso, hacerla recordar el momento junto son las emociones que implicaba, solo con ver la imagen.

En las que salía Karlie, sentía en su pecho revolotear la ilusión, la felicidad que había estado anhelando, sabía que no faltaría en ningún cuadro de ahora en adelante, y l e hacia ilusión aquella promesa de agregar más miembros a él también.

Al final marco tres como sus favoritas, una de Tate una de Beth y una donde salían las cuatro.

Necesitaba esas postales en la sala de su casa definitivamente.

Pero pronto esa felicidad fue opacada por una molestia y el desconcierto.

Una notificación llegó junto con un sonido característico, el cuadro en la esquina inferior derecha indicaba que era un correo y la vista previa le dejaba ver quién era el remitente.

Toni_Garrn@gmail.com

¿Toni? Ella sabía quién era Toni y aunque quisiera pensar que no era ella precisamente, bien se acordaba del apellido de esa mujer. No había duda que era ella.

Pensó mil cosas, pero la principal era el por qué Karlie tenía contacto con ella.

Oía el agua correr así que Karlie aún no saldría. No pudo evitarlo abrió el correo de la castaña y específicamente ese que había llegado, necesitaba saber que asuntos tenían entre ellas.

<Karlie, hola, espero que te encuentres muy bien, ha pasado tiempo desde la última vez que hablamos, espero que te encuentres bien, esperaba saber cuándo vienes de vuelta a la ciudad, quisiera que habláramos en persona sobre un tema importante.>

¿A la ciudad? ¿Toni quería que Karlie viajara a Miami de vuelta? ¿Karlie había ido a Miami antes para ver a Toni?

El estudio no estaba en marcha hace apenas unos meses significaría que Karlie había ido sin esa escusa tiempo atrás.

Siempre Y Desde SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora