Capítulo 63

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— Si te comes la sopa, te compraré lo que quieras cuando te alivies nena —. Negoció Karlie ante la mirada reprobatoria de Taylor, que permanecía de brazos cruzados.

— Dios Karlie... —. La castaña tenía una expresión inocente en su rostro, se encogió de hombros con un ¿Qué tiene de malo? Dibujado en su rostro. — No puedes hacer eso.

— Sin duda ese es tu fuerte —. Comentó Cara detrás de ella reprimiendo una risa.

— No tienes que comprarle nada, tiene que comer porque tiene que hacerlo —. Sentenció Taylor relevando a Karlie en su intento porque Tate vaciara su tazón.

— No quiero —. Berreó Tate haciendo que Taylor resoplara.

— Lo harás Abigail.

— ¿Así es siempre? —. Preguntó en voz baja Kariann para Cara, Karlie estaba escuchando curiosa y divertida, Taylor seguía peleando con la niña y ella no podía estar mas contenta de estar de vuelta.

— Sí, no suele enfermarse mucho, pero es súper fastidiosa cuando eso pasa —. Explicó Cara en voz alta a propósito para que la niña oyera.

— ¡Claro que no! —. Exclamó en su defensa la niña.

— ¡Claro que sí! —. Contra atacó Cara haciendo que la niña se molestara y que Lily la golpeara para que se comportara.

— Ya basta Cara, déjala en paz —. Indicó Karlie viendo la mirada que Taylor le dedicaba.

— Si, ¡déjame en paz! —. Cara sonrió maliciosa, le sacó la lengua y salió de la habitación seguida de Lily.

— Ya basta también Abigail, come o no te dejaré ver la televisión —. Taylor tenía otra vez ese porte serio, la niña guardó silencio y se giró, resopló cansada y vió a Karlie de nuevo, le regresó el tazón poniéndose de pie. — Karlie te dará la sopa, si no te la has comido para cuando regrese te daré puras espinacas.

— ¡No!

Taylor salió de ahí para ir a supervisar a Beth, dejando a Karlie y Kariann solas en la habitación con la niña.

— Ya oíste a mamá, las espinacas serán peor que esto —. Tomó el tazón y se sentó en la cama cerca de la niña para intentarlo de nuevo.

— Karlie no quiero —. Realmente no pareciera que fuera a ceder así que se rindió.

— Bien, haremos algo ¿De acuerdo? —. Llamó la atención de la niña. — Si te comes al menos la mitad del tazón cada vez que mamá te dé de comer yo te compraré lo que me pidas.

Tate abrió los ojos sorprendida e interesada en la propuesta, Karlie se sintió aliviada de que por fin pudiera sobornarla.

— ¿Sigues con eso? —. Kariann estaba riéndose detrás.

— ¿Tienes una mejor idea? —. Dijo Karlie. Regresando su mirada a la niña.

— ¿Lo que sea? —. Tate se incorporó en la cama y Karlie asintió con una sonrisa, antes de irse parecía que Tate estaba muy incómoda con ella, pero ahora ahí estaba, emocionada y sonriéndole. — ¿Enserio me compraras lo que sea?

— Por supuesto cielo, pero con esa condición.

— Una casa Karlie, eso quiero —. Karlie se sorprendió por la petición, pero Tate parecía muy convencida.

— ¿Una casa? —. Cuestionó la castaña con ojos muy abiertos y algo desconcentrada.

— Una casita de juguete idiota —. Dijo entre risas Kariann al ver que los colores estaban a punto de irse del rostro de su hermana.

Siempre Y Desde SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora