Capítulo 13: Máx y el señor Evans

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De ella no te olvides ni que pase un milenio, una mujer con actitud, romántica, observadora y con carácter, se tatúa en la mente y el alma.

-Vicente Da Rivas.

La mañana siguiente...

Máx y el señor Evans.

Rose

Siento la luz del sol en mis ojos, los abro despacio veo un gran ventanal el mismo contiene un balcón enorme, estoy segura que está no es mi habitación desde aquí se observan varios árboles estamos en un bosque, me volteó Ian está dormido, pero ¿desnudo?, detallo cada parte de su cuerpo que está descubierta con algo de curiosidad, en la zona baja de su abdomen noto un la tinta negra y es un tatuaje, me acerco con cautela y es un escorpión, no es ni tan grande ni tan pequeño.

Su rostro es tan...«perfecto» en sus mejillas descansan sus largas pestañas, me acuerdo que él esté desnudo me reviso si lo estoy y no, tengo puesta una sudadera de él, su color es beige, aunque si no tengo puesta ropa interior, la primera pregunta que se forma ¿hubo acción anoche?, lo dudo, recuerdo la canción de Bruno Mars, estuvimos en el Empire States y bebí bastante, después de ello no me acuerdo sobre cómo estamos en este lugar.

Me levantó suavemente de la cama, luego de la nada me golpea una fuerte resaca me tambaleo un poco busco mi cartera para sacar una moña luego acomodar mi cabello en un moño. Reparó la habitación hay medallas colgadas de la CIE, todo es neutro y si esto es de él, admito que tiene muy buen gusto, contiene un gran televisor de última gama, intento buscar el baño hay uno mismo acá en el cuarto.

Ingreso me miro al espejo y el maquillaje sigue como si nada re busco algún producto facial, lo hallé me deshago del maquillaje que hay mi rostro y sé que si Emily estuviese viendo esto me mataría, regreso el producto donde lo encontré prefiero estar natural, así me siento cómoda conmigo misma, me coloco mi ropa interior, estaba afuera del baño tirada en el suelo.

Vuelvo a quedarme solo en su sudadera, me llega arriba de las rodillas a mi me queda un poquito larga, sin hacer ruido desplegó uno de los ventanales para entrar al bacón esta vista es hermosa, los árboles y bastantes hay alrededor de la cabaña definitivamente estamos en un bosque, tratado de recordar geográficamente mi ciudad eso significa que estamos a las afueras de la ciudad.

Solo escucho sonidos de pájaros y demás animales que pueda haber, respiro profundo este ambiente transmite paz y tranquilidad me ubico en una de las sillas que había en la terraza y admiro la naturaleza que me rodea, después cruzo mis brazos.

—Bueno ojalá pueda levantarme siempre con esta maravillosa vista—dice Ian apareciendo, salto un momento y me acomodo, para verlo se colocó una pantaloneta solamente, pero ojalá sea posible yo levantarme siempre a su lado, deja un beso corto en mi coronilla luego alzó la mirada y dejó uno en mis labios.

Se sienta a mi lado con delicadeza acarició mis piernas, en lentos movimientos y digo—¿Qué tanto hicimos anoche? ¿Y en donde estamos?, solo recuerdo algunas cosas—y es la verdad.

—Preciosa esta es una de mis casas, mis guardaespaldas nos trajeron según lo que recuerdo, pero—me repara de abajo hacia arriba, tratando de leer mi expresión—no cruzamos la barrera por si llegaste a preguntarte, eso por lo que me viste semidesnudo y tu solo tenías puesta mi camisa.

—Gracias por habérmelo aclarado Ian—se levanta de la silla, después mete sus manos debajo de mis piernas cargándome, la resaca vuelve a estar presente—Ian ¿Qué haces? —me río.

—Déjate tratar como te lo mereces ¿de acuerdo? —nos reímos ambos—Señorita Williams dormiremos otro ratito mientras nos llega el desayuno o ¿quieres que te lo prepare?

Pretendiendo a un desconocido #1 [Completa] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora