Pretendiendo a un desconocido #1 [Completa] ✔️

Capítulo 58: Garrita

Para alguien que sufre de depresión y ansiedad, su mayor enemigo y con él que luchara todos los días, siempre será su mente.

-Rose Williams.

Rose.

Nos dividimos un dos grupos unos ingresan a la mansión por detrás y otros por delante. Nuestro escuadrón quedó de la siguiente manera: Chase, Ian, Ryan, Kavya y yo. El resto son quiénes atacarán la parte adelantara los vehículos quedaron una cuadras antes de la mansión para que no hubiese alguna sospecha.

Gael nos menciono que nos respalda la CIE y es claro, pero si llegamos a necesitar, algo que se debe tener en cuenta es que esta familia contiene un esquema de escoltas no están grande como a lo que estoy acostumbrada pero las personas que estén en nuestro camino se verán afectadas de una manera indirecta.

Entramos por la puerta trasera de la mansión tomo la glock con ambas manos todo esta oscuro, le coloco el silenciador al arma Ian hace lo mismo con la suya, la alarma de la casa se activa Chase aleja de nosotros en busca del lugar donde se pueda desactivar.

—Gael...—Ian llama a su hermano menor por el intercomunicador.

En mi espalda recibo un fuerte golpe inesperado y hace que caiga encima de la mesa del comedor de la cocina, me levanto rápidamente como lo intuía es uno de los guardas de seguridad, el sonido de las armas descargando se escucha por todo el lugar ya que no somos los únicos en acabar con los hombres de traje.

Uso cada una de las habilidades aprendidas en Matanzas y esquivo los golpes, recordando que hay un bebé creciendo dentro de mí y de manera indirecta lo estoy exponiendo, sin necesidad de usar la arma de corta distancia, dejo inconsciente al hombre en el suelo se van acercando aún mas hombres, tanto Ian como Ryan no permiten que se me acerquen luego se les une Kavya.

Aunque sus intentos no son en vano la cantidad de hombres es exorbitante como si no tuviera un fin, si o si debo defenderme por mi misma las luces de toda la mansión se encienden dando aún más luminosidad y hay una sobra que observo pasar por uno de los pasillos que esta al lado de la cocina, corro hacia esa dirección tomo uno de los cuchillos que en uno de los mesones cerca del lavaplatos al pasar por su lado.

Y es ella. Charlotte esta huyendo mis pasos aumentan porque debe evitar que huya, Wilson nota que la estoy persiguiendo y presiona un botón que hay en la pared del despacho de su padre coaccionando que en cada entrada, ventana de la casa bajen unas rejas de acero. Ahora estoy tan solo unos centímetros de ella la tomo del cabello y la atraigo hacia mí.

Lo único que quiero hacerle es cada una de las torturas que soporto Emily en ese maldito calvario, la irá es evidente con cada golpe que le doy porque no merece mi piedad, es una hija de puta como se le ocurre entregar a alguien que no merecía ese tipo de crueldad al igual estando embarazada.

Su cuerpo queda debajo de mí, todo es rojo y negro aunque ella patalea y trata de sacarse de mis agarres no le permito, los tiros por la casa sigue sonando y el sonido de un helicóptero lejos se alcanza a escuchar.

—¡Rose por favor detente!—me súplica. —¡Lo siento joder!¡Lo siento!

Sus palabras no tienen ningún efecto en mí es como si igual, los pasos de varias personas acercándose a nosotros hacen eco por todo el despacho del padre de Charlotte.

—¡Rose por favor pará!—la voz de un niño llorando a mis espaldas hace que me detenga y más cuando lo conozco desde que nació.

Muevo la cabeza y mis manos están llenadas del color carmesí. Sangre. Charlotte tiene la cara destruida en mi ropa el líquido rojo está salpicado, ella quedó inconsciente me levanto lentamente y una parte de mi, no asimila lo que acabo de hacer.