- A la princesita se le está cayendo el cuento de hadas en el que vivía.- Habla Marck con maldad y yo giro la cara y miro por la ventana.-No, no, Adri...- Me coge de la cara con fuerza y hace que le mire.- Ahora que vamos a ser pareja vamos a tener más conversaciones y no voy a permitir que me apartes la cara cuando te hablo.- Dice con dureza apretándome más la cara.
- Me haces daño.- Le susurro y él sonríe.
- Lo sé.- Dice con malicia y aprieta un poco más la mano antes de quitarla y yo pongo mi mano donde él la tenía para acariciarme y que se vaya la sensación de dolor.- Y tienes suerte de que ni siquiera me atraigas, porque si no, no dudes que ahora mismo tu boca estaría donde yo dijese.- Dice con la misma maldad y me entra el pánico.- Pero no dudes, de que en el momento que a mí me apetezca tendré tu chochito entre mis piernas haciendo incluso más cosas de la que tu asqueroso primo te sabría hacer jamás.- Me amenaza y noto como las lágrimas siguen cayendo.- Tú solo pórtate bien y haz lo que nosotros te decimos, de momento lo estás haciendo muy bien.- Se vuelve a acomodar en el asiento arrancando el coche y en ese momento le llaman.
Yo bajo la ventana para que me del aire frío en la cara y no presto mucha atención a lo que habla hasta que me da golpecitos en el brazo y me giro para mirarle.
- Sal del coche.- Me indica abriendo él también su puerta y saliendo a la vez y yo le miro sin saber que va a pasar.- Ves a buscarle.- Me dice y yo le miro con el ceño fruncido pensando que es una trampa.- Me ha llamado Lexi y me ha dicho que lleva media hora intentando encontrarle, y no lo ha conseguido y sabe que tú tienes que saber donde está, así que quiere que le vayas a buscar.- Asiento no muy convencida y me dirijo al asiento del piloto.
- ¿Tú vienes conmigo?- Le pregunto con miedo pero él niega.
- Me quedo aquí, me viene a buscar Lexi.- Asiento mientras me siento y cierro la puerta.- Tienes una hora para llamarnos diciéndonos donde está, como no lo hagas en una hora, haremos que lo encuentren de otra manera y creo que eso es lo que todos queremos evitar.- Me pongo nerviosa al oír eso así que asiento.- Sería una pena que no le encontraras, significaría que lo nuestro habría acabado cuando a penas acaba de comenzar.- Me acaricia el pelo y comienzo a temblar.- Vete.- Me indica separándose del coche y yo arranco esté sin mirar atrás.
Grito de impotencia contra el volante, llevando el coche muy rápido, ya que es un deportivo, así que decido parar para relajarme antes de ir a buscarle. Respiro hondo varias veces, pero parece que eso no calma mi histeria. Salgo un momento del coche y camino a ver si consigo tranquilizarme y cuando más o menos lo estoy, me meto en el coche.
No sé donde encontrarle. Dudo que esté en fresno, porque sabe que podría decirle a Lexi que está allí y no me voy a pegar tres horas en el coche, porque tiempo precisamente, no me sobra.
Decido coger mi móvil y probar a llamarlo, y cuando le quito el modo avión veo que tengo llamadas de mi madre, de Mad, Justin y la última es de Dylan así que esperanzada de que me lo coja, le llamo. Suena el pitido una y otra vez, pero no me lo coge, y como sé que Mad está muy cabreada decido llamar a Justin, porque creo que sé donde puede estar.- Adri.- Me saluda serio y yo suspiro al oírlo.
- ¿Es la que se hacía llamar mi amiga?- Pregunta Mad cabreada sabiendo que soy yo.
- No tengo tiempo para esto ahora mismo, sé que estáis enfadados y no es para menos, pero ahora no es momento de hablarlo.- Digo rápido para que me dé tiempo de encontrar a Dylan, ya que solo me quedan cuarenta y cinco minutos.
- Y yo no tengo tiempo para oír lo que quieras decirnos.- Vuelve ha hablar Mad careada y yo vuelvo a suspirar.
- No colguéis.- Suplico rápido.
- No te voy a colgar, Adri.- Habla Justin un poco menos serio.- Y Mad relájate, es tu amiga.- Le dice a su novia.
- Una amiga no me habla como lo ha hecho ella.- Escupe con maldad y yo niego poniéndome más nerviosa.
- ¡¿Podéis escucharme?!- Les grito porque no puedo permitirme esto ahora, sé que no es el momento para gritarles y que están en todo su derecho de hablarme mal y no prestarme atención, pero si no necesitara esto, no les llamaría.- ¿Dónde está enterrada la madre de Dylan?- Les pregunto rápidamente antes de que me recriminen por haberles gritado.
- Encima nos grita.- Dice Mad atónita.- ¿Pero tú quien te crees bonita?- Pregunta enfadada y yo comienzo a temblar cada vez más rápido.
- En el Mount Sinai Memorial Parck.- Responde Justin.
- ¡¿Tú para qué le dices nada?!- Le grita Mad, esta vez a su novio.
- Gracias.- Me despido rápidamente y les cuelgo sin añadir nada más.
Pongo la ubicación en el mapa y veo que me queda a 20 minutos de donde estoy. Miro el reloj y veo que como no me de prisa, será tarde así que arranco el coche y lo pongo a la mayor velocidad que puedo.
Cuando llego ha anochecido un poco, pero el parque está iluminado por las luces de las farolas así que me meto dentro.
Yo nunca antes había pisado un cementerio, pero tengo que reconocer que esté está muy bien cuidado y es bonito, a pesar de todo lo triste que es. Camino un rato hasta que veo a Dylan sentado en un banco delante de la tumba de su madre, y suspiro a la vez que me pongo nerviosa, pero antes de ir a su lado llamo a Lexi para que mi cronómetro pare de contar.
- ¿Ya lo has encontrado?- Pregunta antipática como siempre.
- Sí, está en el cementerio Mount Sinai Memorial Parck, delante de donde está su madre.- Le explico triste.
- Sabía que podría confiar en ti.- Me dice fingiendo alegría.- Habla con él y entretenlo un rato que enseguida vamos Marck y yo a recogeros.- Me explica y asiento a la vez que suspiro.- Pero recuerda no contarle absolutamente nada, estás muy vigilada como para arriesgarte a hacerlo.- Vuelve a amenazarme y yo niego.
- Lo sé, no diré nada.- Le afirmo y noto como ella se ríe.
- ¡Estupendo! Nos vemos en unos minutos.- Me dice y me cuelga.
Yo guardo el móvil en el bolso que me he traído y suspiro varias veces antes de decidirme a acercarme a él.
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Your Destiny
Teen FictionYo sabía que mudarme a los Ángeles iba a suponer un gran cambio en mi vida y que, seguramente, acabaría por pasarme factura. Lo que no sabía era que se iba a cobrar tan cara. Cuando volví a casa tras enterarme del engaño, no podía hacer nada por dej...