Comienzo a caminar hasta que me siento en el banco, pero él no me mira, sigue mirando la lápida con el nombre de su madre, con la cara triste y seria a la vez, y yo hago lo mismo.
- ¿Quién te ha dicho donde estaba?- Pregunta sin mirarme.
- Creo que los dos tenemos un sexto sentido para saber donde está la otra persona en los momentos difíciles.- Le confieso triste y por el rabillo del ojo veo como asiente.- Sabía que estarías con tu madre, pero no sabía dónde estaba ella enterrada, así que Justin me ha dado la dirección.- Añado y él vuelve a asentir.
- Claro.- Dice sin ganas.- Que buenos amigos sois, quizá también quieras tener una cita con él.- Esta vez si me mira, pero lo hace con dureza y yo le miro sorprendida.
- ¡Dylan!- Le grito sorprendida.- No digas eso, por dios.- Añado negando con la cabeza.
- Ya, pues entonces está conversación se finaliza aquí porque no tengo nada más que decirte.- Vuelve a mirar la lápida y yo suspiro y noto como comienzo a llorar.
- Dylan...- Comienzo a decirle y noto que él también está triste porque relaja la cara y ya no queda rastro de su cara de enfado.
- ¿Qué cojones te ha dicho esa hija de puta Adri?- Me vuelve a mirar y yo niego mordiéndome el labio mientras las lágrimas caen por mis ojos.
- No te lo puedo decir.- Le susurro bajito y miro en la dirección en la que yo he venido, pero por suerte no hay rastro de Marck ni de Lexi.
- ¡Joder Adri!- Grita con voz de dolor y yo miro el banco mientras lloro.- Sabes que puedes confiar en mí, dímelo por favor nena.- Me suplica y veo como le comienzan a caer lágrimas de los ojos, y cierro los míos con fuerza cuando oigo como me llama.
- Confío en ti, pero no puedo Dylan.- Le confieso llorando y él niega.
- ¿Qué cojones te están haciendo?- Me acaricia la cara y yo apoyo mi mejilla en su mano.
- Sea lo que sea, no os alejéis de mí.- Le suplico y él me mira preocupado.- Haga lo que haga, y diga lo que diga, necesito que no me odies Dylan.- Él niega y cierra los ojos con fuerza.- Mad me odia, Justin seguramente también, tú estas aquí y yo...
- No te odio y no lo haré, solo quiero saber que cojones está pasando.- Me corta y me vuelve a pedir y yo vuelvo a negar.
- Yo... no puedo decirte nada Dylan.- Hablo bajito y miro la lápida.
Él no me responde, solo se me queda mirando y le da un puñetazo al banco. Yo vuelvo a mirar hacia la puerta y esta vez sí que los veo de lejos así que me separo un poco de él a la vez que me limpio las lágrimas rápidamente y él mira donde yo estoy mirando y bufa.
- No me jodas Adri, ¿Les has dicho donde estoy?- Pregunta otra vez enfadado y asiento.
- Dylan, en la carta que me escribiste me dijiste que harías todo lo que te pidieran por proteger a lo que realmente te importa, aunque eso fuera tener que acabar con tu vida.- Le explico rápidamente, ya que ellos se están acercando a nosotros. Dylan me mira sin entender nada, pero asiente.- Pues yo también lo haría, y lo haré cueste lo que cueste aunque eso implique teneros a todos en mi contra.- Le confieso y él frunce el ceño.- Solo te voy a decir una cosa, no hables de nada, en casa, si tienes que hablar con los que me dijiste ayer, ni se te ocurra hacerlo en casa.- Le explico.- No es seguro Dylan.- Le susurro y él asiente y yo asiento a la vez.
- ¡Amor! Me tenías superpreocupada.- Exclama Lexi acercándose a él corriendo para abrazarle, pero Dylan no le responde.
Yo noto como Marck apoya su mano en mi hombro y me da un pequeño apretón así que le miro sin saber muy bien que hacer y él me sonríe simplemente.
- He tenido que interrumpir la cita de Marck y Adri para que ella me ayudara a buscarte porque ya no sabía que más hacer.- Se hace un hueco en el banco y se sienta a su lado. Yo me levanto y me pongo al lado de Marck con mi sonrisa más falta.- Muchísimas gracias por hacer esto Adri, te debo una.- Me mira está vez a mi sonriente y yo me muerdo la parte interior de mi mejilla a la vez que asiento.
- Se está haciendo muy tarde, creo que es mejor que nos vayamos ya.- Dice Marck muy serio.
- Vosotros vivís el uno al lado del otro y Adri y yo en la misma casa, ya la llevo yo.-Habla Dylan y Marck me coge de la muñeca y me aprieta un poco, y yo comienzo a negar con la cabeza.
- Adri y yo habíamos decidido pasar la noche juntos.- Dice Marck con su tono constante apretando más mi muñeca, la cual comienza a dolerme, así que asiento rápidamente.
- Así nosotros también podremos estar juntos.- Dice Lexi seductora, pero Dylan me mira a mi preocupado y yo intento que se relaje, pero tener a Marck apretándome cada vez más no ayuda.
- ¿Nos vamos?-Miro a Marck intentando que así baje la fuerza que está haciendo y él asiente.- Adiós, chicos, que os vaya bien la noche.- Me despido con una sonrisa y comienzo a andar y él a mi lado y cuando ya estamos saliendo me suelta la muñeca y yo la agito un poco y me la acaricio y veo que está roja.- Me la has dejado roja.- Le recrimino a Marck.
- Te la habría dejado morada si no llegas abrir tu bocaza.- Me escupe cabreado.- ¿Dónde está el puto coche?- Señalo el coche y comienza a andar hacia él.- ¡No me hagas arrastrarte!-Me grita cuando se da cuenta de que no me muevo y comienzo a andar hacia el coche porque, ahora no me queda ninguna duda de que lo haría de verdad.
-¿Vamos a dormir juntos?- Le pregunto poniéndome muy nerviosa y él asiente mientras todos mis temores comienzan a florecer.- ¿Dónde?- Vuelvo a preguntar aún más nerviosa.
- En mi casa.- Responde sin mover ni una pestaña.
- ¿Vives con tus padres?- Pregunto esperando por lo menos tener a alguien más con nosotros.
- Vivo solo y deja de hacerme preguntas.- Bufa mientras sigue con la marcha y yo miro por la ventana intentando no llorar.
Menuda vida me espera si voy a tener que estar así siempre. Pero lo haré si eso significa tener protegidos y con vida a mi tía, Alber. Mad, Justin... Pero sobre todo a mi madre y a Dylan. Daría mi vida por ellos si me lo pidiesen, pero ahora mismo solo tengo que aguantar a este hombre que es un verdadero monstruo. Se parece al recuerdo que tengo de mi padre, solo espero que sus agresiones no lleguen a más que a los apretones, porque eso no lo soportaré.
Después de ver a mi madre, todo lo que tuvo que sufrir por culpa de mi padre, me prometí a mi misma no pasar por lo mismo. Me prometí saber escoger al hombre con el que compartir mis días. Me prometí nunca estar con alguien como Marck. Pero aquí estoy, sentada a su lado en el coche sin poder hacer más que ver, oír, y callar.
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Your Destiny
Подростковая литератураYo sabía que mudarme a los Ángeles iba a suponer un gran cambio en mi vida y que, seguramente, acabaría por pasarme factura. Lo que no sabía era que se iba a cobrar tan cara. Cuando volví a casa tras enterarme del engaño, no podía hacer nada por dej...