Me despierto cuando escucho mi móvil sonar por décima vez y abro los ojos poco a poco hasta encontrarme toda la cama desmontada y a Dylan tumbado sobre mí y me muerdo el labio al recordar todo lo que pasó aquí anoche, hasta que el móvil vuelve a sonar quitándome del embobamiento y haciéndome recordar todo lo que realmente paso anoche. Me incorporo rápidamente y me mareo al hacerlo y tengo que salir corriendo al lavabo a vomitar. Quizá no fue tan buena idea experimentar con el alcohol.
Escucho como la puerta del baño se abre y Dylan se adentra en él con el teléfono en la mano y cuando ve que estoy vomitando se acerca para cogerme del pelo y apartármelo de la cara.
- Buenos días, Tiffany.- Saluda Dylan a mi madre por el teléfono.
En ese momento ya he echado todo lo que tenía dentro. Me siento en el suelo y apoyo mi cabeza en la pared de la bañera cerrando los ojos para que se vaya mi malestar, después de enjuagarme la boca un par de veces, y Dylan se sienta delante de mí, después de tirar de la cadena, y me acaricia las manos con tranquilidad.
- Sí, Adri está aquí, pero no se encuentra muy bien.- Le dice y abro los ojos para mirarle.- ¿Te la paso?- Pregunta y seguidamente me da el teléfono y yo me lo pongo en la oreja.
- Hola, mamá.
- Adri, ¿cómo estás?- Me pregunta en tono de voz preocupado.
- Bien, solo que me ha sentado algo mal, pero ya estoy bien.- Le contesto con una sonrisa.
- Sí, lo que te ha sentado mal se llama alcohol y estoy enfadada contigo por como estabas anoche.- Añade enfadada y me muerdo el labio.
- Lo sé, lo siento.- Admito sincera.
- Más te vale sentirlo.- Suspiro y asiento como si pudiera verme.- Menos mal que Dylan me llamó y me dijo que estaba contigo, porque, ¿Si no que hija? ¿Habrías contestado alguna de las llamadas?- Pregunta aún enfadada.
- No lo sé, necesitaba estar sola y alejada de todo mamá, lo siento de verdad.- Le digo y Dylan me sigue mirando con ternura y hace que me acerque más a él y apoyo mi cabeza en su pecho.
- Está bien.- Dice en un suspiro.- Entiendo que necesitarás espacio, teniendo en cuenta todo por lo que estás pasando, pero que sea la última vez que haces eso.- Asiento.- Podrías tener un accidente y morirte y ahí sí que lo perderías todo.- Pongo los ojos en blanco por lo melodramática que ha sonado, pero aun así sé que tiene razón.
- Vale.- Respondo únicamente.
- Siento mucho decir esto, pero Dylan y tú tenéis que venir aquí ya, su prometida lleva desde que se fue preguntando por él y está cabreada.- Me informa y vuelvo a morderme el labio.
- No tardaremos mucho.- Me incorporo de nuevo y Dylan se incorpora conmigo.
- Lo siento Adri.- Vuelve a hablarme triste.- Espero que por lo menos hayáis aprovechado esta noche juntos.- Asiento con una sonrisa.- Nos vemos ahora cariño, no tardéis.
- No lo haremos, hasta ahora.- Le cuelgo y miro a Dylan triste.
- Buenos días.- Me saluda él.
- Buenos días.- Saludo triste y él da un paso hacia mí y me abraza.- Tenemos que dejar de mentirnos Dylan.- Susurro triste.
- Lo sé.- Le escucho igual de triste.
- Hora de volver a la realidad de mierda.- Le digo separándome y encogiéndome de hombros.- Tienes a tu prometida cabreada.- Le informo con una sonrisa.
- Esa me importa una mierda.- Me informa haciéndome reír.- ¿Y al amor de mi vida como la tengo?.- Me coge de la mano y me sale la sonrisa de boba.
- Más enamorada aún, si se puede.- Le confieso y él asiente con una sonrisa.
- Eso es lo que quería escuchar.- Me susurra en la oreja poniéndome los pelos de punta.- Gracias por mi regalo de navidad, lo he disfrutado mucho.- Noto como me pongo roja y él se ríe.
- Tenemos que vestirnos.- Cambio de tema provocando que él se ría aún más fuerte.- Yo también lo disfruté.- Le confieso y él se acerca y me da un beso en los labios.
Después de eso cojo mi maleta que está aquí y rebusco hasta que encuentro mi vestido verde de terciopelo que metí para hoy. Es un vestido muy bonito que me regalaron el día de mi cumpleaños y me lo llevé a casa para estas navidades, y al final me lo pondré aquí. Es de tirantes finos y con el pecho escotado. La falda es corta y una parte de la falda queda sobrepuesta haciendo que se forme una pequeña abertura.
Me meto en el baño y me doy una ducha aprovechando para lavarme los dientes y quitarme el mal de boca que tengo. Una vez fuera me peino con un moño sencillo del que salen pequeños mechones y me pongo el vestido, sin maquillarme mucho, ya que solo me pongo rímel y un poco de higliter.
Cuando salgo del baño me encuentro a Dylan vestido con los mismos pantalones de ayer, pero ahora lleva una camiseta básica negra.
- Joder, nunca vas a dejar de sorprenderme.- Me dice dándome una vuelta para verme y yo sonrío.
- De eso se trata, de no dejar de sorprendernos.- Le contesto con una sonrisa.- Estás muy guapo.- Le piropeo y él me sonríe en respuesta.
- Tú estás impresionante, beunorra, y si no fuera porque tengo un plan en marcha ahora mismo te quitaría el vestido y volveríamos a destrozar la cama.- Pongo los ojos en blanco mientras me sonrojo y niego con la cabeza.
- Que bruto eres a veces.- Le digo y él se encojo de hombros.
- No tengo otra forma de expresar lo mucho que me gustas y lo mucho que me pones.- Vuelve a decir haciéndose el inocente y me hace poner los ojos en blanco de nuevo, pero esta vez me río.
- Tampoco quiero que lo hagas de otra forma.- Le confieso sonriente.
- Eso lo sé.- Me dice sonriente y yo niego.- Estás espectacular.- Me dice sonriendo
- Gracias.- Le agradezco sonriente.- Deberíamos irnos.- Le digo.
- Eso implica volver a la realidad y no sé si quiero hacerlo.- Me confiesa y yo asiento.
- Yo tampoco.- Susurro.
- Pero si no lo hacemos acabaré por agotarle la paciencia a Lexi y no quiero eso.- Dice y yo asiento sabiendo por qué lo dice.
- No quiero que acabe esto.- Le digo.- Cuando salgamos por esta puerta ya no podremos hacer nada más que mirarnos sin poder hacer nada más.
- No durará mucho, Adri.- Se acerca y me coge de las manos.- Estoy haciendo todo lo posible porque las cosas vayan rápidas.- Me explica y yo asiento.- A demás, Lexi no duerme ni siquiera en casa, por las noches me puedo seguir colando en tu habitación.- Me guiña un ojo cuando acaba la frase y a mi me sale la risa tonta al pensarlo.
- Te quiero, Dylan.- Le susurro cerca de sus labios.
- Y yo a ti Adri.- Me besa y saboreo el sabor de sus labios como si fuera el último beso que nos podemos dar, ya que no sé cuando podré volver a probar uno de sus besos.
Nos separamos y nos miramos durante unos instantes y siento como si nos estuviéramos despidiendo, aún sabiendo que vamos a seguir viéndonos cada día.
Salimos de la casa de la playa, cada uno en su coche y nos dirigimos para nuestra casa donde nos están esperando todos, y donde tendrá que comenzar la mayor actuación de nuestras vidas.
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Your Destiny
Teen FictionYo sabía que mudarme a los Ángeles iba a suponer un gran cambio en mi vida y que, seguramente, acabaría por pasarme factura. Lo que no sabía era que se iba a cobrar tan cara. Cuando volví a casa tras enterarme del engaño, no podía hacer nada por dej...