Capítulo 20

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Una semana. Una semana llevo en esta tortura a la que tengo que llamar mi nueva vida, y con la que, supuestamente estoy encantada y maravillada por compartir con mi novio Marck, él cuál ya se ha presentado como tal. Durante toda esta semana he estado viviendo con él, pero por suerte dormimos en habitaciones separadas y yo puedo seguir poniéndome una luz por la noche. Los ratos en los que estamos en su casa a penas nos comunicamos, o por lo menos yo no lo hago con él, y él solo lo hace conmigo para tratarme como su cuidada. Le tengo que hacer todas las comidas y limpiar toda la casa cada día, cosa la cual tampoco me desagrada porque me mantiene ocupada y distraída la mayor parte de tiempo.

Mad y yo hemos hecho las paces. Dylan le contó que algo malo me está pasando y que no lo quiero contar, pero que está seguro de que no estoy haciendo estas cosas por gusto. Ella intenta que le cuente que me pasa, pero yo cada vez que saca el tema se lo esquivo e intento hablar lo menos posible de ello, y menos sabiendo que estoy muy vigilada. Y cuando digo muy vigilada no exagero. Me tienen jaqueado hasta el móvil para controlar con quien hablo y con quien dejo de hablar, y hasta pueden ver y escuchar mis conversaciones.

Tampoco me está ayudando el hecho de estar encerrada. Ahora mismo soy una mezcla de Cenicienta y Rapunzel encerrada en el torreón obligada ha ser la criada. Solo salgo cuando lo hago con Marck y la mayoría de las veces es solo para hacer la compra.

Mi madre y mi tía están preocupadas porque las pocas veces que me han visto a lo largo de la semana no han podido dejar de lado mi cara hinchada por llorar y mis ojos con bolsas y ojeras. Yo miento diciendo que es porque estoy durmiendo poco, pero que mi relación va viento en popa y por eso estamos viviendo juntos. Me han guionizado todo lo que tengo que decir, y como me salga un poco del guion el castigo es encerrarme en casa y no salir en todo un día. Ya me han castigado dos veces, pero prefiero eso a que me castiguen con alguno de mis seres queridos muertos.

Por lo menos hoy no hay excusas ni castigos que valgan, porque sí o sí tendré que salir de mi cautiverio y podré ir a casa. Es fin de año y tía Carol nos ha invitado a casa y por suerte Marck no ha rechazado la invitación, eso si, me han dado ya el listado de normas que he de seguir, y un poco más y también me prohíben respirar en esa casa. Lexi está más tiempo en esta casa con Marck de lo que estoy yo. Me van haciendo interrogatorios para saber las cosas que he hecho con Dylan o si lo he visto o le he hablado. ¿Cómo voy a hacer algo si parezco una persona que está presa en una casa?

No tengo tiempo apenas para mí y aunque Marck no se me ha acercado sexualmente, no para de recordarme que en cuanto él quiera lo hará, y eso me pone nerviosa y me hace sentir insegura. No para de decirme que no soy lo suficiente mujer para él, que para estar con él tendría que tener dos melones como tetas, no dos cerezas, y todos sus comentarios hacia mi son así, me menosprecia, como, cuando y donde a él le da la gana.

- ¡Ya estoy en casa!- Oigo como grita desde la puerta de entrada y no puedo evitar poner los ojos en blanco.

Espero a oír los pasos de él subiendo por la escalera y que se encierre en el despacho como hace siempre, y así yo podré seguir viendo esta serie que me he puesto para distraerme, pero no los oigo y de repente me sobresalto cuando veo que se sienta de un salto a mi lado y lleva barias bolsas colgando de las manos. Le miro con desgana y él me sonríe maliciosamente, pero cuando me mira a la cara se le quita la sonrisa.

- Oye, aprende a maquillarte un poco y alegra esa cara de perra que tienes siempre.- Me mira con asco y yo suspiro y miro a la tele.- Así, con esas pintas nadie se creerá que eres feliz.- Añade girándome la cara para que le vuelva a mirar.

- Es que no soy feliz.- Le recuerdo y me encojo de hombros, pero sigo mirándole porque la última vez que le aparté la mirada más de dos veces seguidas, hizo tanta fuerza para qué le mirará que me hizo una contractura el cuello.

- Eso no le importa a nadie.- Niega con su semblante de indiferencia que al parecer es su única expresión facial.- A partir de hora cuando llegue a casa quiero verte arreglada y maquillada para mí.- Anuncia volviendo a sonreír.

- ¿Eso antes o después de ser tu cenicienta las 24 horas?- Pregunto irónicamente, sabiendo que hoy no me puede castigar sin salir de casa.

- Durante.- Sonríe con malicia y yo niego y vuelvo a mirar a la tele dando por finalizada esta charla.- Por cierto...- Comienza a decir y me pone la mano en la barbilla y comienza a apretarme con fuerza.- Que sea la última vez que me hablas así perra.- Me escupe en la oreja y yo cierro los ojos con fuerza.- ¿No querrás que al próximo evento al que vayamos sea a un entierro, cierto?- Pregunta y yo niego con lágrimas en los ojos.- Estupendo.

Me suelta la barbilla y yo me acaricio segura de que se me pondrá rojo como siempre. Le vuelvo a mirar y veo que de las bolsas saca un vestido rojo lleno de brillantes y me quedo petrificada al verlo.

- Si al final soy buena persona Adri.- Yo niego en mi interior al escucharlo, pero no hago nada.- Es para que te lo pongas esta noche.- Cuando lo saca del todo puedo ver que es largo y que la tela roja es transparente completamente en la falda si no fuera por los brillantes, y que en la parte de dentro de la falda lleva una especie de body, se me verían las bragas. La parte del pecho es de pico y tiene tela por debajo del mismo tono que la tela del body.- Vamos a ver hasta que punto de tentación llega tu primo contigo.- Me susurra en la oreja y yo niego.

- Te lo agradezco, pero ya tengo vestido para esta noche.- Le explico y ahora es el que niega.

- ¡Te vas a poner este si no quieres más problemas!.- Grita furioso y yo me sobresalto y asiento.-Genial, nos entendemos bien.- Mete la mano en otra bolsa y saca un sujetador XL y unas tetas falsas de silicona, que al parecer se enganchan.- Esta noche vamos a decir que este ha sido mi regalo hacía a ti de navidades y que por eso has estado desaparecida.- Lo miro sorprendida, pero no digo nada. Últimamente el silencio se está convirtiendo en mi mejor aliado, y eso que yo no me callo ni debajo del agua.- Y ahora, piérdete de mi vista y ves a vestirte y a arreglarte esa cara de vagabunda y los pelos de bruja.- Asiento y cojo las bolsas que él me da.- Me das asco.- Susurra y yo asiento y le sonrío igual que el hace conmigo.

- El sentimiento es mutuo.- Susurro girando, pero parece que no me oye.

Subo a mi habitación donde me lleno los pulmones de aire, aunque últimamente no siento que se llenen mucho. Llevo sintiendo que me ahogo y que no respiro desde que salí por la puerta de casa en navidad. Después de desahogarme en la bañera y llorar como hacía tiempo que no lloraba, comienzo a arreglarme y a ponerme maquillaje para cubrir todo el daño que Marck y Lexi están causando en mi vida. Pero a veces ni el mejor maquillaje del mundo puede cubrir el todo daño que hay en algunas vidas.

Your DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora