Capítulo 27

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- ¿Quieres que pare?- Me pregunta cerca de mis labios y yo niego.- No lo iba a hacer.- Me susurra con una sonrisa y mete sus dedos en su boca mirándome a los ojos y después los va bajando hasta llegar a mi zona intima donde después de moverlos y pasarlos por mi clítoris los mete y yo gimo.- Como estén todos despiertos, nos acabas de ahorrar muchas explicaciones.- Dice riéndose y yo me muerdo el labio mientras me río.- Pero no pares de hacerlo.- Susurra antes de besarme mientras mueve sus dedos más rápido.

Flexiono las rodillas cuando el ritmo aumenta y él con la otra mano comienza a subirme la camiseta poco a poco hasta que llega a mis ojos y la deja ahí.

- Dylan, ¿Qué haces?- Pregunto con nerviosismo. No me incomoda, pero me pone nerviosa el no poder tocarle ni verle.

- No vas a ver nada de lo que te voy a hacer, así lo sentirás todo mucho más.- Comienza a besarme la barriga y me sobresalto un poco al no esperármelo, pero sonrío.- ¿Quieres que lo hagamos así?- Me pregunta parando sus besos y yo asiento sonriendo.

El no saber lo que me va a hacer me pone un poco, porque no me lo espero, y no mentía cuando decía que lo iba a notar todo muchísimo más. Dylan me besa todas las partes del cuerpo posibles, con mucho mimo, amor y pasión y yo me dejo hacer. Vuelve a meter los dedos en mi interior y yo noto que al final explotaré y así se lo hago saber. Es entonces cuando oigo como abre un cajón y oigo el sonido del envoltorio de un condón, y segundos después le noto dentro.

Ambos gemimos varias veces, y Dylan cuando nota que voy a acabar me acaba de quitar la camiseta de los ojos y me saca el nudo del lazo de mis brazos. Es por fin cuando le veo a él sudando encima de mí y llevo mis manos a su pelo y le beso.

- Quiero ponerme encima.- Le pido y él asiente y en tan solo un movimiento queda él abajo y yo arriba y ambos estamos sentados. Coordinamos nuestros movimientos hasta que nos fundimos en el clímax.

Nuestras respiraciones están aceleradas y nuestros cuerpos sudados. Yo le miro a los ojos y le doy un cálido beso.

- Eres mi más bonita casualidad.- Le digo con una sonrisa.

- Tú eres lo mejor que el destino pudo poner en mi camino.- Me dice él con otra sonrisa y no puedo evitar sentir que todo lo que he aguantado esta semana ha merecido la pena.

Ambos nos levantamos y nos arreglamos rápidamente, ya que son las tres y cuarto, y los demás también estarán deseando poder hablar conmigo tranquilamente sin necesidad de cortarse nada por estar espiados las veinticuatro horas del día.

Ambos salimos de mi habitación y cogidos de la mano y decidimos que yo iré a avisar a mi madre y él irá a hacer lo mismo con Albert y Carol. Yo voy andando por el pasillo cuando veo que la puerta del baño se abre y sale mi madre con una sonrisa.

- ¿Ya es la hora?- Me pregunta ella y yo asiento con una sonrisa.- ¿Y ese colorete?- Me pregunta y yo frunzo el ceño y me adentro en el baño para mirarme al espejo y veo el color sonrojado de mis mejillas y yo sonrío.

- Del maquillaje, que no me lo he quitado del todo.- Le miento y ella me sonríe y asiente, pero no dice nada más.

Ambas bajamos al salón juntas y allí ya están Albert, Carol y Dylan, el cual, ahora lleva un pijama y yo me río al ver que es un pijama navideño.

- Deja de reírte de mí.- Me dice enfadado y mi risa aumenta.

- Se lo compré yo hace un par de semanas.- Me dice mi tía y yo asiento aún riéndome.- No pensaba que se lo pondría.

- Te queda muy bien.- Me burlo de él y él me mira mal y pone los ojos en blanco.- Vale ya paro.- Prometo sentándome a su lado en el sofá.

- Más te vale.- Me amenaza y yo le miro desafiante.

- ¿O si no que?- Le pregunto desafiándole con una sonrisa y él me sonríe también.

- Mejor no lo quieras saber.- Añade y yo me rio.

- Vale.- Digo yo con una sonrisa y él niega sonriente.

- Mis niños, lo que echaba yo de menos estás peleas.- Dice mi tía riéndose y mi madre se une a ella.

- Ahora pongámonos serios.- Habla Albert y todos le miramos.- ¿Cómo estáis, chicos? - Pregunta mirándonos a ambos.

- Como una mierda.- Habla Dylan y ahora todos le miramos a él.- Me está volviendo loco esta pava cambiando cada dos por tres el puñetero día de la boda, boda la cual no quiero hacer.- Yo respiro profundo y suelto todo el aire de golpe.

- Eso es lo que quieren.- Me encojo de hombros mirándole.- El otro día les escuche hablar de que te van a cambiar la fecha de la boda hasta que explotes, pero que la boda realmente la hará de un día para otro, y ni ella sabe cuando.- Les miro a todos y ellos me miran sorprendidos.

- Ella es una mongola.- Dice cabreado y yo asiento.

- Lo es, pero ahora, siendo tu prometida tiene muchos más derechos, cara el público que cualquiera de los que estamos aquí.- Vuelvo a encogerme de hombros y me quedo embobada mirando al árbol de navidad.

- Adri tiene razón, ahora solo tiene que decir que es tu prometida para poder tener acceso a cualquier cosa.- Habla mi tía esta vez.- Si mañana tienes un accidente, la que tendrá prioridad para verte será...

- Adri.- Le corta Dylan y yo me sorprendo al oírlo.- Si cualquier día tengo un accidente la que va a tener prioridad para verme será Adri.- Añade y yo niego.

- Ahora mismo es Lexi.- Le digo mirándole a él.- Pongas como te pongas, es ella.- Vuelvo a encogerme y él bufa.

- ¿Y tú Adri?- Me pregunta Albert y yo me encojo.

- ¿Qué te está haciendo ese cabrón hija?- Pregunta mi madre, que es la primera vez que interviene.

- Realmente está cumpliendo órdenes.- Me muerdo el labio y suspiro antes de seguir.- Él es un mandado, no tiene voz propia en este asunto, las cartas en esta jugada las lleva Lexi y él solo hace lo que ella le pide.- Explico con tranquilidad.

No pienso contarle a ninguno de ellos todo lo que realmente estoy pasando en esa casa, si lo hago me puedo ir olvidando de seguir con este plan, y eso implicaría perderlos a todo. Tengo que ir con cuidado contando cosas de esta situación y escogiendo a quien puedo contarle más y a quien menos. Me sabe mal, y me gustaría poder contarlo todo y desahogarme, pero tengo que protegerles.

- Lexi realmente no tiene ningún control en la mafia.- Nos dice Albert y todos le miramos sorprendidos.

- Si yo hubiese sabido esto, mi hija no habría venido aquí Carol, eso te lo aseguro.- Dice mi madre hablándole enfadada.

- Pero el pasado no lo puedes mover mamá.- Me mira enfadada y yo me encojo de hombros.- No tengo ninguna duda de que no me habrías traído aquí, porque sé cómo eres, pero ahora mismo hasta yo estoy metida en esto.

- Eso es lo que más me jode.- Replica ella.

- Dejé que la niña viniera aquí porque estaba todo controlado, y lo seguiría estando si Lexi no se hubiese metido por medio, pero su padre siempre le ha dejado hacer lo que ella quisiera, no iba a ser menos ahora.- Le explica mi tía a mi madre.

Your DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora