Capítulo 62

67 5 0
                                    

- Muy bonitos los votos que te ha dedicado Dylan.- Escucho una voz de hombre detrás de mí y me sobre salto.- Pero en realidad no me dais ni una pizca de pena.- Me giro para ver a Paul apoyado en un árbol.

- Espera que me sorprendo.- Le digo irónicamente negando con la cabeza.

- A mí las niñadas te las guardas para tus amiguitos.- Responde serio.

- Y a mí las gilipolleces te las guardas para tus perritos falderos.- Le respondo encogiéndome de hombros y noto como se tensa.- ¿Has venido a buscarme por algo en especial?- Le pregunto muy segura de mi misma por estar contestándole de esta manera, sacando unas fuerzas que no sé ni de donde salen, ya que por dentro estoy temblando como un flan.

- ¿Quién te crees que eres para hablarme así, princesita?- Pregunta molesto dando un paso hacia mí, pero no dejo que eso me asuste.

- Soy Adriana Smith, pero eso ya lo sabes.- Le respondo y él se molesta aún más.

- No le hables así Adriana.- Escucho una voz al otro lado y al ver de quien es, me congelo.- ¿No te enseñé modales?- Pregunta mi padre arqueando una ceja y respiro hondo para que mi fuerza no se vaya ahora que tengo a estos dos monstruos delante.

- Si por modales entiendes las palizas que nos dabas a mamá y a mí y las gilipolleces que soltabas por tu boca...- Me encojo de hombros y veo que la expresión de su cara cambia a sorpresa.- Supongo que no, no aprendí nada de ti.

- No estoy tan seguro...- Me dice él acercándose a mí, y yo no me muevo.- Estoy seguro de que la vez que te toqué aprendiste algo...- Me susurra y yo aprieto mis labios.

- Aprendí que el nombre de padre se te quedaba grande.- Le escupo en la cara y él se ríe.

- Tiene cojones la chica, eso tiene que ser tuyo.- Le dice Paul a mi padre y esté asiente riéndose.

- Sí, su madre solo sabia suplicar y rogar.- Dice y cierro mis ojos y niego.

- Ni se te ocurra hablar así de ella.- Le digo y él me mira molesto.

- Hablaré de ella como me salga a mí de los cojones.- Responde serio mirándome.- ¿O tengo que recordarte que ni siquiera es tu madre?- Me pregunta con una sonrisa victoriosa y yo niego.

- Para hablar de ella te bañas la boca en oro.- Digo levantándome.- Y aquí el único que no es mi padre eres tú.- Le miro con asco e intento pasar entre ellos para irme, pero me cogen cada uno de un brazo y me vuelven a sentar.

- No cariño, la conversación no va a acabar cuando tú quieras.- Niega Paul apretándome más del brazo y yo hago una mueca de dolor, pero entonces me sueltan los dos y me miran serios.

- Está pava, siempre está igual Paul, ya te lo dije.- Miro hacia el otro lado y veo que se acerca Marck y miro a los tres hombres que tengo delante, pero no dejo que me vean débil.

- Y tenías razón, hijo.- Dice Paul y les miro sorprendida.- ¿Sorprendida?- Pregunta mirándome y yo no hago nada.

- Por eso nunca pude presentarte a mi padre.- Me dice Marck encogiéndose de hombros.

- Pero, tú y Lexi habéis...

- Y tú y Dylan también.- Responde Marck encogiéndose de hombros.

- No compartimos sangre.- Le aseguro y él niega.

- Y nosotros tampoco.- Dice Marck.

- Es adoptado, pero con mi otra mujer.- Me dice el padre de Lexi y yo niego.

- Es asqueroso.- Replico yo.

- Eso mismo, pensamos de ti y de Dylan, mi vida.- Se acerca Marck a mí y él si me da miedo, y más desde la última vez.

- Asco me da la situación.- Respondo.- Sois unos egoístas y solo miráis por vosotros mismos, los tres.- Les acuso y mi padre se ríe.

- Bienvenida a la realidad.- Me dice mi padre y yo niego.

- Mad va a venir de un momento a otro, será mejor que os marchéis.- Les sugiero y cuando vuelvo a levantarme para irme ellos me vuelven a coger.

- Si quieres que todos vivan, más felices o menos, deberás hacernos caso.- Me susurra Paul en la oreja y me intento soltar de su agarre, pero me coge más fuerte.

- Sabes que no nos importa mandar a alguien al otro lado, si no mira donde está la madre de Dylan.- Me dice mi padre y en ese momento sí que salen lágrimas de mis ojos.

- O tu hijo.- Dice Marck duramente y yo aparto la mirada.- Creo que nos vas entendiendo.- Dice acercándose a mí y me vuelven a sentar.

- ¿Quieres que Dylan se reencuentre con su madre y con tu hijo?- Pregunta mi padre y yo le miro triste.

- ¿Qué queréis que haga?- Les digo limpiándome la cara de las lágrimas.

- Es fácil.- Dice Paul arrodillándose delante de mí.- Odiarle, o por lo menos hacérselo creer.- Frunzo el ceño y niego.

- Es simple, solo tienes que actuar como cuando le conociste, o los primeros días que estuvimos aquí.- Marck me mira encogiéndose de hombros y yo respiro hondo.

- Si no lo haces...- Se acerca mi padre lentamente a mí, y yo cierro los ojos cuando noto que me toca la cara.- No me importará acabar con tu madre como debí hacer hace mucho tiempo, y terminar lo que comencé contigo.- Me acaricia la cara y después me aprieta la mandíbula fuertemente y me hago una mueca de dolor.

- Y a mí no me importará mandar a Dylan a la calle de al lado y poder tener lo que es mío.- Dice Marck victorioso.

- Pero estamos seguros de que no quieres nada de eso, ¿Verdad?- Me mira serio Paul y yo niego lentamente.

- Está si es mi hija.- Dice mi padre apretándome el hombro.- Sabía que volverías a ser la niña asustada de siempre, que obedece lo que le piden.- Me susurra cerca de la oreja y me da un beso en la mejilla y giro la cara rápidamente cerrando mis ojos con fuerza.

- Confiamos, en que así será y obedecerás nuestras órdenes, si no.- Se encoge Paul de hombros y hace una falsa mueca de tristeza.- Estaremos de entierro pronto.

Sin decir nada más, se van los tres, cada uno, por un lado, y me vuelven a dejar sola, donde por fin, puedo desahogarme, gritar y llorar.

- Tía, siento mucho haber tardado, me ha enredado la madre de Lexi y no me la podía quitar de encima.- Dice mi amiga con el vaso de agua acercándose a mí.- ¿¡Adri!?- Exclama asustada al ver que mi respiración va demasiado rápido y que estoy muy alterada.- ¿Qué te ha pasado?- Me pregunta triste y yo niego.

- Na... Nada.- Respondo como puedo y cuando cojo el vaso para beber agua veo como mi mano tiembla mucho.- Solo, me está pudiendo mucho, está situación.- Le explico encogiéndome de hombros intentando calmarme bebiendo, y poco a poco lo consigo.

- Verás como se acabará arreglando todo.- Me consuela mi amiga acariciándome la espalda.- Pronto todo esto será un mal recuerdo para todos, y seremos felices.- Niego lentamente.

- La palabra felicidad empieza con fe, y de eso ya no me queda nada.- Miro a mi amiga triste que me devuelve la mirada igual y la abrazo, porque es lo que más necesito ahora.

Your DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora