Capítulo 25

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- Adri, ahora nos gustaría a todos hablar con los dos.- Me indica Albert señalándonos a Dylan y a mí, él parece tranquilo, como siga supiera esto, pero yo asiento poniéndome nerviosa.

- Estaré contigo todo el rato.- Susurra Dylan a mi lado.

- Vale.- Susurro con la voz temblorosa.

- Por cierto, te has dejado el móvil en el coche antes.- Me dice mi tía dándome el móvil a la vez que entramos en casa.

La verdad es que el móvil lo he dejado a propósito porque el micro del móvil lo tienen activado para escuchar las conversaciones que tengo. Yo le sonrío falsamente cogiendo el móvil.

-Gracias.- le digo volviendo a sonreír y ella asiente.

En ese momento me llaman y al mirarlo veo que es Marck y suspiro al ver su nombre en la pantalla. Me pone nerviosa que me controle tanto, pero con él no puedo jugármela, y creo que esta noche ya me lo he jugado todo.

- Lo siento, tengo que cogerlo.- Les digo a todos cuando estamos en el comedor, y me dirijo a la cocina para coger la llamada.- Hola.- Saludo con un hilo de voz.

- ¿Es lo único que vas a decir?- Noto su enfado a través del altavoz y me pongo nerviosa, pero me controlo.

-¿Cómo quieres que te salude?- Pregunto haciéndome la inocente.

- No quiero que me saludes de ninguna manera.- Asiento lentamente, pero no digo nada.- ¿Dónde has estado todo este rato?- Pregunta, pero no sé muy bien que quiere que le responda.

- Con mi madre y mi tía y después me he ido a dar una vuelta- Respondo sabiendo que esa respuesta no es la que quiere oír.

- ¿Y por qué cojones no te llevas el móvil?- Noto su enfado a través del altavoz del móvil y no puedo evitar ponerme nerviosa y tensa.

- Se me ha olvidado en el coche antes y no me acordaba que no lo llevaba encima.- miento, pero él no sabe si esto es mentira o no.- además, en este vestido no hay bolsillos y no habría aguantado toda la noche con el móvil en la mano.- Me excuso, pero eso no le va a importar.

- ¿Eso es excusa Adriana?- Pregunta prepotente y yo niego.- Ese no es mi puto problema, si hace falta te tiras toda la noche con el móvil en la puta mano, pero no lo dejes otra vez por ahí si no quieres que pase algo.

- Vale, no volverá a pasar.- Susurró a la vez que veo como Albert entra en la cocina y se me queda mirando, pero no dice nada, solo me mira.

- No, no volverá a pasar porque yo me encargaré de ello.- Afirma en un tono de voz que no me gusta nada, pero ya estoy acostumbrada a él.- Ahora procura mantener la boca callada y las manos lejos del asqueroso de Dylan, recuerda que estás vigilada por todos sitios y allá a donde vayas Adriana, por todos los putos lugares de esta ciudad.- remarca lo último con mucho énfasis y subiendo un poco más su tono y eso provoca que se me pongan los pelo de punta y suspiro.

Albert al verme así se acerca a mí y yo le hago un gesto para que no se preocupe, él asiente, pero se apoya al otro lado de la isla.

- Dile al viejo cabrón que te deje sola.- Abro los ojos como platos cuando lo oigo decir eso.- Adriana, dile que se vaya y te deje sola, no tiene que enterarse de lo que hablas conmigo.- Recuerdo que las cámaras están activadas y asiento.

- Albert, ¿me podrías dejar un momento a solas?- Le pregunto amablemente apartándome el móvil y haciéndole un gesto con los ojos. Él parece que entiende por qué se lo digo, ya que asiente y acto seguid se va. Una vez me quedo sola suspiro y vuelvo a acercarme el teléfono a la oreja.

- Bien hecho, muñeca.- Me susurra y se me vuelven a poner los pelos de punta.- Me pone tanto cuando cumples mis órdenes que no sabes todo lo que te haría si estuviésemos juntos ahora- No puedo evitar poner cara de asco y de horror por escuchar sus asquerosas palabras.- Eso sí.- Sigue hablando.- No me gusta que no cumplas mis ordenes.- Dice con enfado.- Vuélvete a dejar el móvil para que no escuche lo que hablas con Dylan y te quedarás sin él.- Mi cara cambia y asiento lentamente.

- No me lo he dejado para hablar con él Marck.- Le miento, pero quiero saber si él sabe lo que ha pasado en la calle y es por eso por lo que me está diciendo esto.

- Eso espero osita.- Vuelvo a asentir.- Hoy los subnormales que tenemos contratados estaban todos en la fiesta y no teníamos gente por la calle.- Suelto el aire que estaba aguantado, flojito para que él no lo escuche, pero consigo destensarme un poco.- Pero como me enteré qué has estado con él por ahí, más te valdrá darme buenas explicaciones.

- No tendré que darte ninguna.- Le miento, pero hablo segura de lo que le estoy diciendo.

- Ahora gírate para que pueda ver tu cara.- Susurra en tono sensual y noto como mis pelos se ponen de punta, pero hago lo que me pide y me giro.- Mañana nos vemos, espero que no me hagas enfadar en lo que queda de noche.- Asiento sabiendo ahora que sí me está viendo.- Te estaré vigilando muñequita.

- Hasta mañana.- Susurró y cuelgo la llamada.

Suspiro y me apoyo con los dos brazos en el mármol apretando las manos y reprimiendo mis ganas de llorar. Soy una sumisa. Su sumisa. Y lo único que voy a hacer para intentar que esto acabe es... Nada, porque no puedo hacer nada. Es esto o estar muerta en vida, porque si me quitan a toda las personas que quiero así es como estaré. No será muy diferente a como me siento ahora, pero ahora sé que están aquí y que puedo refugiarme en ellos, como lo estoy haciendo ahora. Por lo menos sé que están tomando cartas en el asunto y que van a intentar que esto acabe ya.

Pero, ¿Y si cuando acaba todo esto y los demás sepan de mi relación con Dylan no nos dejan estar juntos? ¿Qué haremos entonces? ¿Seguir luchando por un amor que nunca podrá salir de las paredes de nuestras habitaciones o de nuestras escapaditas a escondidas? Yo no sé lo que pensará Dylan, pero yo no puedo seguir así, necesito un respiro y necesito que la sensación de ansiedad continua y todos los miedos se vayan de una vez. Pero también le quiero a él a mi lado y poder formar una familia juntos.
Menuda mierda todo.

- ¿Estás bien?- Me pregunta Albert acercándose preocupado y yo asiento.- Tus lágrimas no dicen lo mismo.- Me acaricia el brazo y yo me seco las lágrimas corriendo, aunque no me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que él me lo ha dicho.

- Es todo muy difícil Albert.- Le confieso y él asiente.

- Bueno, Adri.- Me coge de los brazos y comienza a asentir con la cabeza y yo le miro extrañada.- Ahora nos iremos todos a dormir, ha sido una noche larga, ya hablaremos de esto en otro momento, ¿vale?- Yo suspiro y le asiento entendiendo por qué lo dice.- Los demás ya están en la cama, solo faltamos nosotros.

- Entonces vamos ya a dormir, necesito descansar.- Miro al suelo y después a Albert otra vez y él asiente.

Vamos andando juntos al ascensor. Él se baja en la primera planta, donde me desea las buenas noches y yo a él, y yo subo a mi habitación donde me pongo el pijama y me meto en la cama a la espera de que me den alguna señal.

Your DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora