Nos quedamos un rato juntos, y Dylan me besa por toda mi cara, hasta que sale de mí y se tumba a mi lado quitándose el condón y subiéndose el calzoncillo.
- Llevo sin ponerme un condón en el pantalón desde el día en el que te fuiste.- Me afirma mirándome y yo frunzo el ceño.- Ese es último condón que puse en un pantalón.- Señala con la cabeza el pantalón y el envoltorio.- Ese es el pantalón que lleve a la fiesta de Carly, donde pasó todo.- Le miro triste y asiento suspirando.
- Al final lo hemos acabado usando.- Dylan sonríe cuando me oye y me levanto para besarle.
- Siempre supe que lo usaría contigo.- Me susurra en los labios y yo asiento.
- Más te vale.- Le amenazo y se ríe.- ¿Cuál es el plan a partir de ahora?- Le susurro mirándole a los ojos.
- La policía esta al tanto de todo y estoy colaborando con ellos para pillar a Paul.- Me explica y yo asiento.- Será un proceso lento, pero espero que sea bueno y se acabe esto de una vez.- Vuelvo a asentir.
- Y yo también.- Le susurro.
- Pero entonces vendrá nuestro otro problema.- Suelta y yo frunzo en ceño.- El contarles a todos que estamos juntos y podamos dejar de escondernos.- No puedo evitar sonreír al escucharle decir eso.- Eso solo sí tú quieres seguir conmigo.- Me mira serio y yo niego.
- No, Dy, no quiero estar contigo.- Le digo seria, pero haciendo burla con como le llamo, y él se ríe.
- Joder, pues vaya mierda macho.- Me sigue el rollo y yo no puedo evitar reírme.
- No podría estar más orgullosa de estar con alguien como tú.- Le digo sincera y él me sonríe.
- Eso mismo me ha dicho antes tu madre.- Le miro con los ojos como platos y él se ríe.- Me ha dicho que esta orgullosa de que hayas encontrado a alguien que te ama tanto como para hacer lo que estoy haciendo por vosotras.- Se encoge de hombros y yo sonrío.- ¿Cuándo se lo contaste? - Me pregunta acariciándome el pelo.
- Cuando Mad y Justin vinieron a mi casa y me dieron la carta.- Le explico.- Mi madre antes de que le dejara leer la carta ya se olía que algo no iba bien, y me decía que tenía que haberte escuchado porque tú nunca cumpliste el contrato.- Él asiente.- Y luego leí la carta y mi mundo se me vino abajo al saber todo.
- No sabía que más hacer para que me escucharas o supieras la verdad. - Explica.- Lo intenté todo y eso fue mi última opción, si con eso tampoco salía, te habría perdido para siempre y ya no sabría como recuperarte.
- Gracias por no rendirte.- Le digo sonriente.
- Gracias por escucharme y entenderme.- Me dice él y yo me acerco para besarle otra vez.
Es un beso suave y cálido, todo lo que necesito ahora para saber que me quiere.
- ¿Podemos dormir juntos?- Le pregunto abrazada a él y noto como él asiente.
- No pensaba dormir de otra forma.- Admite yo sonrío.
- ¿Y Lexi?- Pregunto incorporando para mirarle.
- No hemos dormido juntos nunca.- Se encojo de hombros.- Ya te lo dije, tú fuiste la primera con la que dormí, y desde luego la única con la que lo he hecho y lo pienso hacer.- Asiento acordándome de que me lo dijo en la piscina, y sonrío por lo último. ¿Cómo puede ser tan romántico, maleducado, capullo y marrano a la vez?
- Y ¿Dónde vamos?- Pregunto, porque ya estoy un poco cansada.
- Pues ahí.- Señala con la cabeza a la casa de la playa y yo le miro sin entender nada.- No van a venir aquí, he hablado con tu madre cuando te he visto aquí y me ha dicho que nos daría la intimidad que necesitamos y que dormirían allí.- Me explica leyéndome la mente y asiento.- Es un amor tu madre Adri, tienes suerte de tenerla.
- Lo sé.- Le afirmo aún sonriente y me levanto y le extiendo la mano la cual me coge y se levanta también.
Recogemos un poco todo lo que hemos tirado por la arena y yo vuelvo a atarme el bikini antes de ir hacia la casa. Cuando entramos todo está a oscuras y Dylan enciende la luz del salón que hace que se vea todo mucho mejor.
Los dos vamos a arriba a la habitación principal y allí esta mi vestido tirado por el suelo, el cual recojo y pongo a un lado.
- Mañana nos llamará tu madre para que vayamos a abrir los regalos.- Me explica sentándose en la cama solo con el calzoncillo y yo asiento.
- Pues deberíamos dormirnos ya.- Dylan asiente y se levanta para abrir el armario y me tira una de sus camisetas y yo sonrío.
- Hay costumbres que no pienso cambiar.- Me explica sonriente volviendo a la cama y yo asiento poniéndome la camiseta y una vez puesta me quito la parte de arriba del bikini.- Ven aquí.- Le da toques a la cama y me voy a tumbar a su lado apoyando mi cara en su pecho.- A cada minuto que estamos juntos me doy cuenta de lo mucho que te he echado de menos.- Me susurra acariciando mi espalda.
- Yo también.- Le admito y enciende la tele y baja el volumen.
- Buenas noches, amor.- Me susurra y yo levanto mi cabeza para mirarle.
- Me encanta que me digas cosas así.- Le admito.- Aunque no cambio el "nena" por nada.- Confieso y él se ríe.
- Eso tampoco lo voy a cambiar, nena.- Me dice y me hace reír.
- Me pone mucho todo eso.- Le confieso y él me mira sonriente.
- Pensaba que nunca lo reconocerías.- Afirma y yo me encojo de hombros.
- Se lo tendremos que agradecer al alcohol que tengo en mis venas.- Bromeo, porque ya se me ha pasado el efecto hace rato, y él se ríe.
- ¿A mí sabes lo que me pone?- Me pregunta mirándome y se pasa la lengua por el labio y yo niego e imito su gesto.- Me pones toda tú.- Me susurra en la oreja y mis pelos se ponen de punta.- Todas estas reacciones que provoco en ti, aún sin tocarte, es lo que más me pone.- Me besa cerca de los labios y yo sonrío.
- El efecto Dylan.- Le susurro y él sonríe en mis labios.
- Me gusta como suena eso.- Me dice antes de unir nuestros labios en un beso lento.
- Vamos a dormir.- Le susurro y él asiente.
- Sí porque si no habrá segunda ronda y no nos despertará mañana ni dios.
- A no ser que no durmamos en toda la noche, así conseguiríamos estar despiertos mañana.- Le digo pícara y no puedo evitar reírme con su cara de sorpresa.
- Joder, no me lo propongas dos veces.- Susurra y me sigo riendo.- Es lo que siempre he querido hacer contigo, pasar toda una noche proporcionándote placer y orgasmos uno tras otro.- Dejo de reírme y me da un escalofrío.
- Ya tengo un regalo de navidad para ti.- Le susurro cerca de sus labios y él me coge para que me siente encima de él.
- ¿Ah sí?.- Pregunta mirándome con deseo y yo asiento.
- Hagamos esa fantasía real.- Sin decir nada más Dylan me besa y ya no sabemos como parar, y la mesita de noche llena de condones no nos ayuda a ponerle freno, aunque tampoco queremos uno ahora.
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Your Destiny
Teen FictionYo sabía que mudarme a los Ángeles iba a suponer un gran cambio en mi vida y que, seguramente, acabaría por pasarme factura. Lo que no sabía era que se iba a cobrar tan cara. Cuando volví a casa tras enterarme del engaño, no podía hacer nada por dej...