Capítulo 77: Recordándote parte 24/1...

265 22 20
                                    


El arrepentimiento que un día pensó había dejado ir volvía a su presente abriendo viejas heridas y ocasionando nuevas, Asami pasaba frente a un terreno, en el que yacían aun restos de lo que había sido un hotel de lujo hacía unos años, pasar por el lugar le abría una vieja herida, de esas que ahora sabía pudo haber evitado si tan solo se hubiera tomado la molestia de preguntar y confiar, de haberlo hecho, habría tenido un –ahora sabia- valioso mes más con Akihito.

Lamentaba cada maldito minuto que sabía había perdido al lado de su mocoso y parecía pasarle una cara factura que ni toda su fortuna era capaz de pagar; él pensaba que al aceptar de lleno sus sentimientos y proponerle matrimonio a Akihito el "felices para siempre" iba a ser la culminación de su historia y los días, si bien no serían del todo apacibles, si había ya una garantía de que estarían juntos, hasta el último aliento...solo que Akihito lo había exhalado demasiado pronto.

Volvía de dejar a Sarah en el departamento que ocupaba, Satoru y Tao se quedaban con ella mientras Mikahil y Feilong atendían algunos pendientes y el regresaba al hospital a ver a Haru, no se había atrevido a subir a su departamento sabiendo que su mocoso quizá ya no estaba ahí y deseaba guardar una esperanza, algo a que aferrarse y que la llegada de Edwards le diera un nuevo enfoque a la situación, deseaba que esto que ocurría fuera debido a la inexperiencia de Sarah, que decía no haber vivido jamás una experiencia similar. Deseaba con todo su ser que lo dicho por ella se cumpliera: A veces se desaparecía por días, en especial si recordaba algo relacionado con su muerte.

Soltaba una maldición y admitía internamente extrañar el comentario sarcástico de Kirishima, que ahora por estar pendiente de Haru no se encontraba conduciendo su lujoso automóvil, la maldición era porque estaba a punto de tomar la botella de whisky y servirse, pero no deseaba acercarse a su hermano oliendo a licor y tomaba la botella de agua, intentando que el líquido que bajaba por su garganta, empujara el dolor del recuerdo que esas ruinas por las que pasaba le recordaban.

El día había comenzado con cierta normalidad, excepto que él había seguido a Akihito al baño y había tenido un buen rato de sexo apasionado que había comenzado cuando Asami tomaba la esponja para tallar la espalda de su amado mocoso.

Al inicio suave y lento, pero que mientras las manos recorrían los cuerpos y los roces eran más frecuentes se convirtió en algo muy caliente, mientras sus lenguas danzaban prodigándose apasionados besos. Asami se detenía por un instante y Akihito fijaba la mirada en sus ojos.

— ¿Te quieres morir? ¿Por qué paras? —Hablándole con tanta seriedad que ocasionaba una sonrisa en Asami.

Se entretuvo mucho en la oreja porque sabía que era uno de sus puntos débiles y adoraba torturarlo y sentir como su cuerpo reaccionaba. Mordisquitos suaves, besos, soplidos lentos y tibios de la oreja hacia el cuello. Mientras tanto, Akihito con su respiración entre cortada solo lo abrazaba, lo acariciaba y agarraba el trasero y su pene.

La boca bajaba lentamente al cuello, Akihito se estremecía. Siempre le había excitado ver los hombros desnudos, entonces fue recorriendo con los dedos índices el blanco espacio para luego concentrarse en sus pezones deliciosos, firmes, sus manos subieron de su cintura por ambos costados, recorriendo poco a poco con las uñas hasta sus axilas, no quería provocarle cosquillas, sino lo que precisamente lograba, que su cuerpo se estremeciera.

—Más, Asami...más —pedía con voz entrecortada.

Volvía a besar su cuello, con mordisquitos y lamidas suaves, largas y lentas, su cuerpo agradecía cada acción que tomaba. Sus manos seguían arañando su costado y poco a poco fueron a su espalda, en ese momento Akihito pegó un gritito de placer y se asustó, no quería llegar rápido a un orgasmo pero ese precisamente era el principal objetivo de Asami, darle muchos y buenos orgasmos, para que entendiera que él era todo lo que había soñado hasta momento.

Mi nuevo amanecer sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora