Capítulo 46: ¿En verdad lo crees?

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La sensibilidad de Sarah por el embarazo se puso de manifiesto mientras Haru lloraba consolado por Tao y Satoru, las hormonas la traicionaban y comenzaba a llorar también, ante la preocupación de todos y el manifiesto deseo de helado de chocolate, los chicos intentaban sin mucho éxito calmarla y Satoru llamaba a Shinji para que pasara por el antojo de su hermana.

— Es que no puedo creer que Kirishima y tu vayan a terminar—decía entre hipidos Sarah— ustedes si se aman y él no está enamorado de un fantasma.

— Eso es lo peor, que se puede enamorar de otra persona porque yo no soy más que un niño mimado, puede llegar otra persona mejor que yo.

—Eso no va a pasar, Haru—decía en tono conciliador Tao—Kirishima te adora, se le nota a leguas, tienes que ser muy tonto para no darte cuenta de cómo le cambia la mirada cuando te ve.

—Ahora, que fuiste tú quien le dijo que se dieran tiempo y que si llegaba otra persona a su vida...

—¡No ayudas Satoru! —decía arrojándole el oso de peluche que por la tarde Mikahil le daba a Sarah.

—¡No maltrates a Misha! —reclamaba Sarah entre lágrimas.

—Ahora tu tonto muñeco es más importante que yo—acusaba Haru ante el desespero de Tao y Satoru.

—Haru—decía Satoru luego de aspirar aire varías veces, mientras Tao, se dejaba caer en un sillón con aire derrotado—Sí es en serio que quieres cambiar para ser una mejor pareja para tu novio, no estás poniendo mucho de tu parte que digamos, ni siquiera han terminado quedaron de hablar en unos días y honestamente no creo que Kirishima acepte que terminen, como dice Tao, te adora, esto que haces es sacar lo que te guardaste cuando discutiste con tu hermano, porque por más que nos digas que no sientes nada, la verdad es que te dolió y mucho.

—Ryuchi nunca me lastimó de ninguna forma, mi hermano siempre fue amoroso y protector conmigo, no sé qué le pasó.

—Fue por todo lo que le dije—intervino Sarah—no me creyó, claro, sin pruebas no tenía porque, creo que lo entiendo, si alguien me dijera algo así y de la nada pues no reaccionaría nada bien, encima se entera de mi embarazo en ese momento, me parece que solo se desquitó contigo.

—No lo justifiques—dijo Satoru—fue agresivo contigo y con Haru, nada justifica su violencia.

—No lo justifico, solo trato de ver las cosas desde su punto de vista.

Shinji llegaba y Sarah lloraba con más sentimiento al ver la bolsa que llevaba.

—¡No es de chocolate amargo!

—Me tengo que ir—decía Tao yendo todo lo rápido que podía a la puerta—los veo mañana en el spa.

—Tengo clases temprano—decía Satoru huyendo a la recamara seguido de Haru argumentando lo mismo.

—Dios se apiade de tu alma Shinji—decía Haru cerrando la puerta de la recamara.

Shinji se quedaba perplejo ante la huida de todos, observado por Sarah...

—Ya te consigo tu antojo—soltaba resignado y hacía una llamada—listo, hay una tienda que exporta helados italianos, ahora te lo envían.

—Lo siento mucho Shinji—decía limpiándose las lágrimas— no quise ponerme así ni reclamarte nada.

—No es como si pudieras controlarlo, no te preocupes.

—Sí, pero no es tu obligación tolerar mis arranques.

—Bueno, en primer lugar te aprecio mucho, en segundo eres mi cuñada y en tercero, no quiero que mañana cierto ruso me quiera arrancar la cabeza si se entera de esto, no pasa nada, Sarah.

Mi nuevo amanecer sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora