Capítulo 32: Todo tiene consecuencias...

497 19 21
                                    

Sarah tenía un buen rato fingiendo dormir, todo era aún oscuridad, cuando la voz de Asami la despertaba, llamando a Akihito, en esta ocasión no lo despertó como en otras lo hacía, cuando en medio de ese llamado, el yakuza derramaba un par de lágrimas, ella se limitaba a decirle que le parecía que tenía un mal sueño, nunca le había dicho que hablaba dormido, llamando a su amante perdido, invocando al amor de su vida.

Sí cuando no sabía, guardaba un profundo respeto y no le preguntó nunca a Asami quien era a quien llamaba en medio de una profunda agitación y hasta llanto, cuando tiempo después gracias a su don lo supo, Asami, Akihito y el gran amor que se profesaron, continuo con su comportamiento, tratando ahora de ser más cuidadosa, sensible y comprensiva con su pareja, no podía decir que sabía lo que Asami sentía porque para entender ese sentimiento, era consciente de que habría tenido que vivir esa situación, perder al amor de tu vida a unos días de sellar tu unión de manera legal, gritándole a todo el mundo su amor, sin embargo trataba de ser empática, mientras encontraba la manera de decirle a Asami que veía a Akihito y que por él, sabía que lo suyo no había sido un accidente, que ya sabía que Sudou había estado involucrado y que se había aliado con enemigos de Asami para deshacerse de Takaba.

Por Mikahil, Fei y Kuroda, conocía ya todos los detalles que rodearon esa de inicio extraña historia de amor y que se convertía al pasar del tiempo en una relación sólida, estable, en la que por primera vez el duro carácter de Asami y su fuerte mirada se suavizaban con el simple hecho de ver, escuchar o saber de Takaba Akihito, supo que el líder de la mafia japonesa había hecho todo cuanto podía por no mostrarse enamorado, pero que había fracasado estrepitosamente, cuando cada que se enteraba de que el fotógrafo estaba en el más mínimo riesgo, ordenaba a sus mejores hombres custodiarlo y protegerlo...Y se preocupaba, se ponía de mal humor y distraído hasta que se enteraba que el rebelde rubio estaba sano y salvo.

Supo que no fueron pocas las ocasiones en que Asami iba personalmente a rescatarlo, haciendo pagar de la peor forma a quien hubiese osado tocar a su niño, también se enteró de la tremenda rebeldía manifestada por Akihito, que mientras Asami más lo quería cerca, él huía literalmente en dirección contraria, que lo retaba en cada momento, que cuestionaba todo y casi siempre le llevaba la contraria, hasta que de la peor forma, luego de ser secuestrado por un grupo rival, golpeado y nada de ser violado, comenzó a tomar consciencia de su situación. Cerca o lejos del yakuza, se sabía que le era importante y eso había sido equivalente a tener una diana tatuada en la frente, todos los enemigos de Asami se lanzaron a su caza, y los que no eran enemigos, se lanzaron a conseguir el favor de Asami, usando al rubio como intermediario, o al menos intentándolo, porque el mocoso no era tonto y no se dejaba manipular.

El cambio de Asami cuando el chico comenzaba a vivir con él fue más que notorio, iba a su casa a comer, a cenar, se retiraba temprano de sus clubes para volver donde el rebelde fotógrafo, seguía manejando con mano de hierro el bajo mundo nipón y había dado sendas lecciones a un par de organizaciones dejando muy en claro...tocar a Takaba Akihito era enfrentar la furia de Asami Ryuichi.

Sonrió para sus adentros, consciente de que era observada por Asami hacía un buen rato ya, sentía los dedos del yakuza delineando sus facciones o jugando con uno de los mechones de cabello, ahora más largo, debido a la petición que él le hacía de no cortarlo, su romanticismo daba para mucho, pero no podía siquiera dimensionar un amor como el que Asami y Akihito se habían profesado en su momento. Había visto a Asami siempre como un gran empresario, a ella no le había tocado la desdicha de verlo accionar el arma por defenderla o por defender sus negocios sucios, así de que era muy consciente de que no había llegado a las más profundas fibras de su ser, como lo había hecho Takaba.

Y no era que lo envidiara ¡Diablos no! por el contrario, se encontraba profundamente agradecida de que para ella, en términos generales y por los negocios de Asami, nunca había sido el blanco de agresiones, quizá era en gran parte porque ella no inmiscuía sus narices en asuntos peligrosos. Pese a ser vista en muchos lugares con el yakuza, no era utilizada como moneda de cambio, como en su momento, lo había sido el otrora prometido de su novio. Desde luego le dolía lo que Satoru y Haru habían vivido, pero tenía muy claro que no había sido de una u otra forma para atacar a Asami, que desde luego, estaba furioso por la agresión a su hermano y su cuñado, sino que era una vendetta en contra de Kirishima planeada a partir de diversas circunstancias que involucraron a toda la organización llamada la sagrada trinidad, que su hermano hubiera terminado implicado por su relación con Kuroda, era una desgraciada casualidad.

Mi nuevo amanecer sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora