Capítulo 16...Recordándote parte 6

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Nunca había sentido la sensación que en ese momento lo embargaba, hacía muchos años que el yakuza más poderoso de Japón, conseguía a base de disciplina, frialdad, arrogancia y orgullo, no sentir ni demostrar ningún sentimiento, ninguna emoción. Previo a lograr esto, sus sentimientos más profundos, se habían limitado a dos personas y nada más, una le había dado la vida, la otra, le había sido entregada sin pedirlo, pero amaba a esta segunda persona más de lo que pudiera admitirse a sí mismo, y esa persona, era protegida por kilómetros de distancia, tras altos muros de piedra. Tenía un gran aprecio por Kirishima y por Kuroda, ese par de estudiantes de leyes que conocía por casualidad una fría noche de invierno, cuando él ya era el kumicho y ellos, estudiantes de primer grado, lo ayudaban a salir de un grave aprieto, salvando su vida cuando un grupo rival, simulaba un asalto para asesinarlo en las instalaciones de la universidad, donde Asami, estaba por concluir su master en economía, el 5 a 1 terminó en 5 a 3 gracias a la oportuna intervención de Shinji y Kei.

Desde entonces, se quedaron a su lado, Kirishima y Kuroda eran inseparables, el primero, buen estudiante y excelente en artes marciales, cuando Asami le dio su primera arma, ésta y la mano en que la puso, parecieron fundirse en una sola pieza, tanto, que a Asami se le dificultó creer que era la primera vez que sujetaba una, un talento innato, puntería de 100 por ciento de efectividad, letal...y en la pelea cuerpo a cuerpo, donde Asami nunca había sido vencido, tuvo que admitir un empate cuando se enfrentaron durante un entrenamiento. En cuanto termino la carrera-que por cierto Asami costeaba a los dos-fue a trabajar con él, como su "secretario" función que cumplía con exquisita diligencia y que simulaba su verdadera función perfectamente: El principal guarda espaldas de Asami. Nadie, salvo los que lo conocían realmente, podían imaginar, que tras esa seria y reservada imagen, que rozaba la timidez, se escondía una persona capaz de acabar con cualquier amenaza en fracciones de segundo.

Kuroda por su parte, si bien, no era tan letal a la hora de disparar o pelear, tampoco lo hacía mal, enfrentarse a él significaba casi inequívocamente que llevabas las de perder, el mismo Kirishima lo había aleccionado y entrenado, hijo de un poli...

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Kuroda por su parte, si bien, no era tan letal a la hora de disparar o pelear, tampoco lo hacía mal, enfrentarse a él significaba casi inequívocamente que llevabas las de perder, el mismo Kirishima lo había aleccionado y entrenado, hijo de un policía muerto en el cumplimiento de su deber, las armas no le eran ajenas y las manejaba con destreza. Era el mejor de su clase, el que se graduaba con honores y varias propuestas de trabajo y era ahí, donde radicaba su mayor fortaleza, su inteligencia que rayaba en la genialidad y que era lo que Asami necesitaba. Así que luego de graduarse, el yakuza lo enviaba a especializarse a Estados Unidos, Inglaterra, Alemania. Para cuando volvía a Tokio, el puesto de fiscal fue suyo sin oposición alguna. Caso tras caso era ganado por el joven abogado, logrando tanta fama entre sus colegas, que nadie se atrevía a cuestionar nada de lo que hacía, por lo tanto, mantener los negocios de Asami fuera de la mira de las leyes, fue casi pan comido para él.

Y eran ellos dos, los únicos cercanos a Asami por los que el yakuza se preocupaba y ocupaba en caso necesario, los únicos por los que podía permitirse sentir algo y no mostrarse frío e indiferente...Bien, ese había sido el caso...

Mi nuevo amanecer sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora