Mi nuevo amanecer sin ti...

Capítulo 73: Cacería...

Kuroda debatía por unos segundos lo que debía hacer a continuación, Naoko era en ese momento muy importante, pero estaba Satoru y su llamada donde se escuchaba feliz y diciendo que tenía algo que contarle; y así fuera la mayor tontería -que nada de lo que dijera se lo parecería jamás- si era importante para su novio, era importante y no cabía mayor discusión. Por otro lado, no quería al novio de Sudou cerca del suyo.

—Llévalo a tu auto—ordenaba a uno de sus hombres empujando a Naoko hacía él—vamos amor.

Guiaba a Saturo a la seguridad de su camioneta, pero lo hacía subir a la parte de atrás.

—Shinji ¿Qué está pasando?

—Vamos a tener que alterar un poco nuestros planes, tengo algo que hacer con urgencia, en cuanto termine me reuniré contigo, lo prometo.

—Ese chico, dijo que era el novio de Sudou, que es uno de los responsables de la muerte de Akihito ¿Por qué no vamos al departamento con él?

—Déjame hacer esto a mi manera amor, esto impresionaría mucho a Sarah y no es como si le pudiera dar protección a este chico desde mi posición como fiscal ¿comprendes? No tengo la menor intención de llevar a juicio a Alekeesev, esto es una situación que solo compete a la sagrada trinidad, además no es la primera vez que se intenta presentar cargos contra él y siempre sale librado, no voy a correr ese riesgo, en memoria de Akihito y por el bienestar de todos ustedes.

—Sí, pero quiero ir contigo entonces...

—Mi vida—decía besándolo—esto puede ser peligroso, no sé si están vigilando o siguiendo a este chico.

—Lo sé y justo por eso quisiera no separarme de ti, pero también sé que en un momento así solo te estorbaría.

—Nunca ¿me entiendes? Nunca será así—decía tomando el rostro de su novio entre sus manos.

Kuroda volvía a pensar: Sí estaban siguiendo a Naoko y el dividía la guardia, bien podían intentar algo contra Satoru para obligarlo a entregar a la pareja de Sudou, muy seguramente Alekeesev sabía que tenía algo en su contra dejado por Sudou como garantía de su vida, y si no lo sabía era demasiado inteligente como para no sospecharlo, el hecho de que lo hubiera contactado era más que suficiente para que corroborara cualquier sospecha. Su vista recorría el lugar, nada fuera de lo normal, los pocos transeúntes que se habían detenido al ver lo que ocurría se habían disipado con rapidez, aun así, sabía bien que no podía confiarse en lo más mínimo. Debía anteponer la seguridad de Satoru.

—Iremos a la fiscalía—decidía finalmente—vendrás conmigo.

Llegaba con los dos a su privado y sentaba a Naoko lo más lejos posible de Satoru.

—No lo veas—le ordenaba cuando fijaba la mirada en él.

—Ni que no me supiera su cara de memoria—alegaba Naoko—Quiero un documento que me garantice su protección.

—Escucha mocoso, dada tu situación mi protección es un gran lujo que vas a tener que comprar, dime que es lo que tienes y donde, depende de lo que me entregues decidiré si vale la pena darte mi protección o no.

—No le voy a dar nada hasta que no me prometa protegerme...ya le dije, solo sé que mi novio de dijo, que si no volvía lo buscara a usted y que le entregara todo lo que me dio, a nadie más.

—Que conveniente...y ¿Se puede saber que te dio?

—Un sobre con documentos, una USB y una llave, dijo que usted sabría qué hacer con todo eso.