Capítulo 49: Despertar...

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Kirishima había consolado el berrinche de Haru, quejándose de lo tirana que podía ser Sarah cuando se enojaba, pacientemente escuchaba el drama que su joven novio armaba.

—¡Debiste estar! ¡No me protegieron! ¡Todos le tuvieron miedo a Sarah! ¿Lo puedes creer?

Por supuesto que lo creía, es más, lo sabía, hasta él se había hecho a un lado cuando en una discusión entre Sarah y Asami, la chica le tomaba ventaja a su jefe, tan furiosa que el yakuza había dado un par de pasos atrás, admitiendo que el responsable de la causa por la que discutían era él y Sarah los había botado del departamento sin miramientos. Así que sabía bien que ella era perfectamente capaz de intimidar a cualquiera, sí, era dulce y tranquila, pero cuando se enojaba más valía no estar cerca y Kirishima había visto por segunda vez a Asami pidiendo disculpas y enviando sendos ramos de flores, aunque no con tanto sentimiento como lo hacía con Akihito.

—Ok, Haru y puedo preguntar ¿Qué hiciste para ocasionar eso? Porque te amo, pero no dudo conociéndote, que seguro te ganaste el enojo de Sarah.

—¡Nada! —decía y Kirishima aprovechaba el alto de un semáforo para voltear a verlo con las cejas levantadas—Bueno, casi nada ¡Sarah es una exagerada!

—Seguramente—decía conduciendo—En fin, ten paciencia, toma en cuenta que está embarazada.

—Nunca ha necesitado eso para ser una tirana. ¿A dónde vamos?

—Es una sorpresa...

—¿Qué tipo de sorpresa?

—Del tipo perdóname amor, no quiero que cambies tu forma de ser—decía sin perder de vista el camino.

—No cambio por ti, lo hago por mí...

—Solo espera un poco por favor...

Conducía hasta la playa de Kopepe, deteniendo el auto en un aparente sencillo restaurant, Haru lo veía con cierto recelo.

—¿Le avisaste a Sarah que veníamos tan lejos? Se va a poner histérica si llego de madrugada sin avisar. Y aunque escondí todos los cojines antes de salir, temo que encuentre otras formas de tortura—decía estremeciéndose.

—Le envíe un mensaje antes de recogerte, ven—decía ofreciendo su mano.

—¿No íbamos a terminar? —decía viendo al piso y sin tomar la mano.

—Definitivamente no—respondía acortando la distancia entre ellos—Haru, yo no te voy a perder por una estupidez.

—Sí, fue una gran estupidez de mi parte—dijo temblando por la inesperada cercanía.

—No Haru, el único estúpido aquí soy yo, de sobra sé quién eres y a lo que estás acostumbrado y no es como si no pudiera proporcionártelo, Shinji me hizo ver algunas cosas. Perdón amor, por favor, simplemente no sé qué hacer sin ti en mi vida, no te alejes Haru, te lo suplico.

Haru veía sorprendido las lágrimas que amenazaban con desbordarse de los ojos oscuros de Kirishima.

—¿No soy demasiado inmaduro para alguien como tú?

—Eres perfecto tal y como eres, Haru, tu esencia es mi mundo.

—Pero no sé hacer nada, más que gastar el dinero que mi hermano me da y ahora el tuyo.

—Nunca tuviste necesidad de hacer nada para ganar dinero, naciste así, no tenías porque y bueno, eso de que no sabes hacer nada...es mentira, cocinas bien, hablas varios idiomas, eres bueno para las matemáticas, tienes dos carreras técnicas terminadas y estás en la universidad. No es como si hubieras estado desperdiciando el tiempo sin hacer nada. Para mi eres único.

Mi nuevo amanecer sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora