Capítulo 41: Entre cuatro paredes...

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Sarah despertaba y por un momento se sintió alarmada al no reconocer el lugar en el que se encontraba, sus manos cubrieron su vientre instintivamente mientras se incorporaba de la cama, el recuerdo de la noche anterior, acudía a su mente con nitidez y entonces recibió el golpe de su realidad, Akihito se había callado mientras hablaba con Asami, y ahora se encontraba sola y embarazada, escondiéndose del padre de su hijo que pretendía que se practicara un legrado por lealtad a la memoria de Takaba Akihito. Se limpió las lágrimas con furia, pero los sollozos la ahogaron, estaba en el departamento de Shinji Kuroda, que si bien buscaba reconciliarse con su hermano, era amigo, casi hermano de Asami, por otro lado, estaba esperar la reacción de Haru cuando supiera y muy seguramente la de Kirishima sería acorde a la que su novio tuviera, por otro lado, si Feilong y Mikahil sentían lo mismo que Asami y se consideraban desleales a Takaba, entonces su situación se tornaba más que complicada, su única opción era largarse de Japón, dejar todo botado y ya a salvo comunicarse con su hermano para que la alcanzara ¿O debía hablar con Satoru antes? ¿Era justo hacerle eso a su hermano, cuando estaba por primera vez, no solo haciendo lo que de verdad deseaba, sino enamorado y seguramente a nada de reconciliarse con Shinji?

Sí le pedía ayuda a James se la daría sin lugar a dudas, ellos habían sido novio por más de dos años y habían concluido su relación en muy buenos términos, sabía que la ayudaría y sabía también, que por los negocios de su padre, tenía casas en al menos cuatro países, sacudió la cabeza para intentar calmar la vorágine de pensamientos, debía ordenar sus ideas, para empezar, había salido corriendo y no de manera literal del departamento de Asami, sin nada en las manos, salvo lo que llevaba puesto, teléfono, bolso, tarjetas, ropa se quedaban en el departamento del yakuza y así no podía hacer nada, el darse cuenta de esto la llevó a correr al baño para vomitar, inclinada como estaba, sintió como su cabello era suavemente sostenido hacía atrás, conocía el aroma de esa carísima colonia: Mikahil.

No supo cómo reaccionar y dadas las circunstancias tampoco era mucho lo que podía hacer, el ruso la acercaba cuidadosamente al lavabo, para recargarse el umbral de la puerta.

—Te daría privacidad pero temo que te desmayes...

—No creo que suceda, pero gracias, solo, quiero cepillarme los dientes pero no tengo un cepillo—dijo suspirando y Mikahil le tendía una bolsa.

—Artículos de limpieza, Fei pensó que los necesitarías, los compró para ti.

—Gracias ¿Él también está aquí?

—No, nos separamos luego de las compras, él fue a buscar a Asami, intentará hacerlo entrar en razón, Kuroda nos dijo lo que paso—dijo acercándole una toalla cuando ella terminaba—Ese salvaje se atrevió a golpearte.

—No creo que haya sido muy consciente cuando lo hizo, me atreví a hablar de su Akihito y bueno, no lo tomo nada bien—dijo y su estómago gruñó, no había comido nada, ni siquiera sabía qué hora era.

—¿Estás bien? —Preguntaba Mikahil alarmado— ¿el bebé necesita algo? ¿Te sientes mal, vamos al hospital?

Sarah no podía evitar una pequeña risita ante la reacción del ruso.

—Mikahil ¿tú estás bien? Porque yo solo tengo hambre...y algo de miedo.

—Sarah—dijo aliviado— ven.

Ella no pudo evitar una exclamación de asombro al ver el montón de cajas de ropa, zapatos, maquillaje...y varias bolsas de artículos para bebé, la mesa del comedor se encontraba ahora lleva de envases de comida. Mikahil la guiaba a la mesa...

—No sabíamos que se te podía antojar, así que hay un poco de todo.

—Los hot cakes se ven perfectos...y la fruta también ¿Son huevos con salchichas? ¿Trajiste café?

Mi nuevo amanecer sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora