Capítulo 79: Con las manos vacías...

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Asami suspiraba observando por la ventana la noche que caía, Edwards se había marchado minutos antes, gente de Feilong lo esperaba para llevarlo a la lujosa suite del hotel donde se hospedaría esa semana por lo menos. Llevaba el vaso a los labios que sentía resecos y el líquido ámbar se atoraba en su garganta, detenido por el nudo de lágrimas que se había formado y pasaba el trago con dificultad negándose a llorar pero sintiendo que el corazón le latía solo por bombear sangre, no porque siguiera vivo; durante tres horas el psíquico intentó por todos los medios conocidos por él, contactar a Akihito...la desesperación llegó al grado de requerir una ouija, que había sido llevada en poco tiempo. Nada pasó y finalmente Edwards solicitaba tiempo para descansar

—El viaje duró poco más de 10 horas señor Asami, le suplico entienda mi cansancio y la situación, fui prácticamente sacado del recinto donde dictaba una conferencia y arrastrado al avión de su amigo, si bien la atenciones que me han brindado están siendo magnificas, me siento extremadamente cansado en este momento, le agradecería me permita descansar y continuar intentando contactar a su novio después—pedía casi tambaleándose por el sueño.

—¿Cree que vuelva? —Preguntaba Asami—en su experiencia ¿Cosas como esta pueden suceder?

—Señor Asami no quiero darle falsas expectativas afirmando algo que desconozco. En mi experiencia, en este mundo todo puede suceder, deme una tregua, cuando recupere mi energía le prometo dar todo para tratar de contactar a Akihito.

Asami había asentido y despedido con un ademán.

Ignoraba si antes de abandonar el edificio Edwards había hablado con Sarah o con Feilong, pero agradecía que nadie se hubiera presentado al departamento. Su mirada se dirigía al mullido y elegante sillón donde acostumbraba leer el periódico y recordaba, como una tarde Akihito de había subido y sentado en horcajadas sobre él, mientras con una mano bajaba el periódico para hacer que lo observara y con la otra sostenía una colorida paleta helada que comía sugestivamente. Asami temeroso de que perdiera el equilibrio lo había sujetado por la cintura.

—¿Qué es lo que comes?

Es un helado de algodón de azúcar—decía y reía divertido ante la mirada que a todas luces reprobaba el asunto—prueba.

Y lo había besado en los labios.

—Demasiado dulce—decía pero lo besaba de nuevo...deberías dejar de comer tantas golosinas, pero en especial, este tipo de golosinas.

—¿No me pagarás el dentista? —Decía enseñándole la lengua pintada de colores—tendré que trabajar horas extra entonces.

—¿Qué quieres Akihito? —le preguntaba, pues ya lo conocía lo suficiente para saber que ese comportamiento berrinchudo e infantil, era sinónimo de que algo deseaba—No creo que quieras dinero para el dentista, estás en mi seguro médico y puedes acceder a cualquier servicio médico que necesites.

—¿Qué quieres Akihito? —le preguntaba, pues ya lo conocía lo suficiente para saber que ese comportamiento berrinchudo e infantil, era sinónimo de que algo deseaba—No creo que quieras dinero para el dentista, estás en mi seguro médico y puedes acce...

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Mi nuevo amanecer sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora