Mi nuevo amanecer sin ti...

Capítulo 4: Recordándote...

Sarah caminaba furiosa, gracias a Asami, se encontraba sin dormitorio, no había contado con pagar uno y menos, con hacer el fuerte desembolso que acababa de hacer, todo con tal de no tener nada que deberle, para colmo, se encontraba sin equipaje y cuando creía que las cosas no podían empeorar, recibía la llamada de su furiosa tía, que le reclamaba por la cantidad retirada...

-Tuve una emergencia, tía...

-¿Una emergencia de 5 mil euros, Sarah? ¿Qué clase de emergencia?

-Perdí mi equipaje...y no pude llegar a tiempo a la universidad, así que me quedé sin dormitorio –una verdad a medias era mejor que una mentira, pensó Sarah-

-¿Cómo que perdiste el equipaje? ¿Pues donde tienes la cabeza niña? ¡En verdad me cuesta creer que te consideren un genio!

-Lo siento, Tía...fue un incidente un poco extraño y yo...

-No quiero saber nada, Sarah, no te daré más dinero-le advirtió-

-Pero es mi dinero, tía, solo me estás prestando sabes que te devolveré cuando cobre mi fideicomiso.

-Para eso aún faltan 3 años, tus padres lo estipularon muy claro, tienes acceso a tu fideicomiso a los 25 años y no continuaré dándote de mi dinero, ni siquiera prestado, solo llamé para que lo sepas.

Sarah no era de las que lloraban con facilidad, pero tenía que solucionar sola y rápido varias cosas, sus clases comenzaban hasta dentro 7 días, para ese momento, debía tener trabajo y un lugar donde vivir, trabajar no era algo que entraba en sus planes, pero ahora gracias al yakuza, tendría que hacerlo, un par de lágrimas rodaron por sus mejillas. Ojala nunca hubiera conocido a Asami.

Se sentó en la banca de un parque, había caminado un buen rato y era hora de tomar un respiro y descansar, además de planear lo que debía hacer, primero, conseguir donde dormir esa noche, segundo, conseguir un empleo, tercero...no, no, no pensó sacudiendo la cabeza y recapitulando, segundo, conseguir ropa económica, ahora sí, tercero, el empleo. Ya sin pensar más, tomó la tarjeta y le marcó a la única persona que podría conocer su situación y quizá ayudarla, él debía conocer a mucha gente y que hablara y escribiera varios idiomas, tenía que servir de algo...

-Fiscal Kuroda...Sarah Nakamura.

Un rato después, Shinji la esperaba en una cafetería, ella llegó puntual...

-Me sorprendió tu llamada, Sarah ¿Qué ocurre?

-Lamento molestarlo, pero no conozco a nadie más...

-Excepto al más poderoso yakuza de Asia-pensó Kuroda- no te preocupes ¿Gustas ordenar algo? Ya es hora de la comida...

-Gracias-dijo ordenando una sopa y té de cebada, el por su parte un sándwich y cerveza de raíz-necesito su ayuda...

-¿De qué se trata? Si en mis manos está, cuenta con ello.

-Volví a perder mi equipaje-soltó sin más y Shinji no contuvo la risa-

-¿En serio, Sarah? Espero que no hayas quedado en medio de otra situación como la vez anterior...

-Oh, no está vez es más simple, solo me bajé del tren sin el, pues la situación es que no tengo ropa y en la universidad no alcance dormitorio, usted sabe que tenía que presentarme ayer y gracias a Dios que me respetaron la beca y las condiciones, pero...necesitaré trabajar para pagar un departamento, es algo que no tenía previsto así que...

-No sé si te pueda ayudar a conseguir algo apropiado para ti, ¿no crees que deberías primero conocer tu horario de la universidad?

-Puedo trabajar por la tarde/noche, de las 6 de la tarde a las 11 de la noche, por ejemplo, para tener tiempo de hacer tareas.