Capítulo 65...Con el tiempo a mi favor.

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Pocas veces una emoción tambaleaba a Asami, desde luego lo que más le alegraba era todo lo que tenía que ver con Haru, le causaba un inmenso orgullo ver en el joven que se estaba convirtiendo, sus excelentes calificaciones en la universidad, sus planes de montar una empresa, los 6 idiomas que dominaba, los concursos de redacción en inglés y otros idiomas que ganaba, todo lo referente a su hermano lo llenaba de orgullo y satisfacción, hasta su relación con Kirishima le satisfacía de sobremanera. Con Feilong también había tenido las más intensas y variadas emociones a las que luego se sumaba Mikahil Arbatov aunque de manera muy diferente, el ruso era el otro hermano que Asami hubiera deseado tener, y quizá no se los dijo, pero intentó demostrar su orgullo como amigo cuando Kuroda y Kirishima salían de la universidad siendo el primero y cuarto mejor de su generación regalándoles su primeros departamento de lujo, autos y costeando sus master. La llegada de Akihito revolucionaba su mundo y se permitía por primera vez expresar sus sentimientos tanto en público como en privado, Akihito lograba sacar una parte de él que le era completamente desconocida, pero el mocoso le motivaba sin querer ni darse cuenta a ser más cálido, más humano —con él al menos— y las emociones que a base de frialdad y disciplina adormecía dentro de su ser y que solo se permitía mostrar en muy contadas ocasiones, explotaban con Akihito.

Sarah le había supuesto algo bastante diferente, la chica era cálida, dulce con una inteligencia fuera de serie y al mismo tiempo, resultaba tan pervertida como él en la cama y fuera de ella, y parecía ser hecha a su medida en el sentido de no exigir saber nada de su vida al frente del bajo mundo, nunca se mostró impresionada, ni atemorizada y sin embargo parecía saber todo a detalle, no cuestionaba como Akihito lo hacía, sabía, veía y callaba o expresaba su opinión si era requerida, tampoco pedía atención, detalles, muestras públicas de afecto y estas fluían con naturalidad, se colgaba de su brazo en cualquier parte o se tomaba de su mano, sabedora de causar miradas de envidia, deseo, admiración y pasando de ellas como si nada ocurriera a su alrededor, haciéndolo sentir orgulloso y el centro del mundo, no era que se conformará con lo que él quisiera darle, en absoluto, ella no era ni por mucho conformista y se sabía merecedora sin pedir, recibía y daba por igual y en eso se basaba buena parte del éxito de su relación y Asami había llegado a sentir algo realmente profundo por ella, no era ni por mucho comparable a lo que había sentido por Akihito, su carácter sosegado muy diferente al rebelde de Akihito no le causaba tantos sobresaltos y Sarah entendía, quizá hasta mejor que él que sus sentimientos por ella eran harto diferentes a los que había tenido y tenía por Akihito, Sarah sabía de Akihito y de lo que él sentía aun y estaba bien con eso, la mayor diferencia entre ellos estribaba en que Akihito rebelde y voluntarioso se quería comer al mundo en pocas mordidas y el mundo terminaba por comérselo a él, en tanto una serena Sarah, era abrumadoramente segura de sí misma y gritaba al mundo que no tenía nada que demostrar, aun así, había adorado y adoraba a Akihito como a nadie, con él se complementaba a pesar de ser tan diferentes como el día y la noche y supieron converger como uno solo en el crepúsculo. Pero Asami sentía y mucho por Sarah, a tal grado que ya no podía imaginar una vida sin la presencia de ella, la chica había hecho que perdiera su temor y se responsabilizara por completo de su hermano, tal como en algún momento Akihito había deseado y que no se había concretado por lo que ahora sabía bien...Akihito había sido asesinado víctima de enemigos unidos para destruirlo por ser considerado un estorbo para llegar a él. El cúmulo de emociones que por Akihito una vez se desbordaron le habían hecho pensar que no había nada más por sentir.

Hasta que el ultrasonido, hecho en ese monitor 4D había escuchado decir al médico, mostraba ese par de cositas que le explicaban, eran sus hijos y el parpadeaba impávido e incrédulo, hijos, 2, en plural...ya el ginecólogo que atendía a Sarah había advertido de un posible embarazo múltiple, pero una cosa era suponer y otra ver y saber. Iba a ser padre, sus herederos gestados en una mujer tan bella como inteligente y Asami no pudo sino sorprenderse a sí mismo agradeciendo mentalmente a todas las deidades que conocía. Ver ese par de bolitas dentro de Sarah le había generado una sensación inexplicable, si por naturaleza era protector, fuerte y decidido sintió que esas características suyas se multiplicaban a la mayor potencia, de la nada sus fuerzas se multiplicaban y una sensación completamente diferente se instalaba en su pecho...sus hijos, sus herederos. Por los que sin dudar haría todo, a quienes defendería a costa de su propia vida de ser preciso, a quienes protegería de todo y de todos.

Mi nuevo amanecer sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora