EXTRA: HYSON

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La mancha

Parte uno

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Camille, acostaba en esa tumbona blanca con una margarita en la mano, tenía una vista completa de la hermosa playa que visitaba cada aniversario con Hyson. Era una playa increíblemente costosa e impresionante, aunque claro, ni la mismísima naturaleza era más hermosa o impresionante que su amado esposo.

Hyson, que había estado sumergido en las claras aguas de Seychelles, salió a la superficie cargado de sensualidad innata y la misma habilidad de adueñarse de todo lo que toca corriendo por su sangre. Ya está, estás aguas son suyas. Poseidón debe estar preocupado. Agitó su cabello y luego apartó pequeños mechones dorado oscuro de su filoso rostro con los ojos cerrados y la boca ligeramente entreabierta. Asimismo, abre los ojos azules en cámara lenta, los cuales combinaban perfectamente con la zona más oscura de esas calientes aguas, y visualizando a Camille, le regala una deslumbrante sonrisa reservada solo para ella. A medida que va saliendo del agua finas gotas pasean por su cuerpo, disfrutando el camino que recorrían, repleto de musculosos brazos y abdominales tallados por Zeus. Llevaba un bañador negro que Camille eligió para él, y ya pisando la arena de la playa, se dirije a la tumbona de su esposa.

Camille se quitó los lentes que llevaba y bajó su margarita para admirar el show de su esposo con molestía, aunque por dentro la baba le escurría hasta el mentón. La molestia recaía en que literalmente toda la playa se había quedado bobita al igual que ella. Todos admiraban a su esposo como si fuera un regalo de navidad, y Hyson lo sabía. Lo sabía y lo disfrutaba. Camille quiso matarlo.

-Pequeña-Hyson besa la frente de Camille y ella brinca de sorpresa. Había estado tan ocupada pensando en cómo matarlo que no lo vió llegar-. Te ves enojada, ¿Es por mí?

-¿Y cuando no?-Camille se levanta, intentando demostrar autoridad.

-Bien-Hyson sonríe.

-¿Bien?-ella se cruza de brazos-¿Qué está bien? ¿Tu forma de llamar la atención?

-Lo que está bien es esta actitud tuya-toma a Camille por las caderas y la acerca todo lo posible, sin dejar un espacio-. Me gusta que estés enojada por mí. Me gusta que estés feliz por mí. Me gusta que la sangre te hierva en celos por mí-Hyson acerca sus carnosos labios al oído de ella para susurrar en un tono muy bajo y ronco-: me gusta que todos tus sentimientos los causo yo, pequeña.

Camille le clava la mirada.

-Si yo hago lo mismo y toda la playa me mira los golpearías a todos, ¿O me equivoco?

-No los golpearía, Camille-Hyson suena decidido-. Los mataría.

-¿Tratas de decirme que debería matar a toda la playa?

-Ya, entiendo el mensaje. No volveré a lucir sexy de nuevo, aunque sabes que lleva trabajo. Nací así.

-Puedo ayudarte con eso-Camille le suelta a Hyson un derechazo perfecto, uno que si hubiera querido acertar dejaría a Hyson viendo estrellitas. Hyson abrió mucho los ojos, viendo casi de milagro el rápido derechazo de su esposa rozar su nariz-. Un solo golpe y quedarás tan feo que hasta tendré que divorciarme de ti.

-Maldición, se me puso dura-Hyson le sostiene la cara a Camille-. Si un día llegas a golpearme no me pidas perdón, por ese derechazo me casé contigo. Te amo, pequeña.

DULCES MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora