¿Hyson?
Capítulo dedicado a: @yaomelcabrera
♡♡♡♡♡Leer nota al final del capítulo
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Haiden
Estaba tan decidido a escapar que por mi cuerpo no corría gota de duda. Sé que estoy preparado. Estoy listo.
Este amanecer fue diferente a todos. Respiraba libre, indomable, capaz de hacer lo que sea. Me fluían litros de poder por las venas. Ya no tenía miedo, sería libre como Simón Bolívar montando su caballo blanco.
Permití que todo avanzara con la misma marea rutinaria de los esbirros encargados de mis astutos maltratos. Desperté atado a esa silla para convulsionar entre volteos y chispas y, sucesivamente, verme con la cabeza hundida en ese balde azul que me cortaba el aliento. No me quejé. No grité. No maldije. Recibí todo con absoluta apatía, como si no percibiera el más mínimo dolor o simplemente como si no me importaba una mierda ya.
Los esbirros no dieron señales de notarlo, y como ese día debían preparar la ciudadela de Nolan para la llegaba del misterioso "D" no perdieron mucho tiempo conmigo, por lo que, con el sol todavía escondido entre las montañas (esperaba no equivocarme con eso) logro soltarme las ataduras de las muñecas y miro las llaves que le robé a Khaisie reposando en mis manos. La jodida salvación hecha metal. Me levanto con el culo adolorido y las muñecas ardiendo y pruebo las llaves de una por una. La adecuada resultó ser la quinta y, por Oprah blanca, la puerta de mi habitación del pánico se abre por si sola.
Soy libre...mierda.
Me dejo llevar por el sentimiento de prematura victoria y bailo como Bruno Mars en 24k magic. Se me escapa una sonrisa mientras mis galopantes latidos sujetan el ritmo de mis pisadas. Bailar durante las peores circunstancias te hace un noventa por ciento más feliz. Ya que estaba afuera pensé en mi no elaborado plan de escape. Muchas incógnitas quedaron al aire, sin embargo, dar un paso de fé era más fácil que esperar un día más. Día que no teníamos.
Sabía que cada segundo era vital, por lo que antes de buscar a mis primos y a Camille era necesario equiparme con armamentos patea culos. Cerré la puerta para siempre, espero, detrás de mí. Iba descalzo, con el cuerpo cubierto por ese traje naranja de preso. Corrí tarareando la canción de Bruno Mars por un largo pasillo, medio acuclillado, atento a cada ruido cercano y lejano. La ciudadela era muy grande, tenía tantas opciones en pasillos que era complicado saber por donde ir. Me detuve a recordar el tour de bienvenida. Logré plasmar ese momento a la perfección, de modo que corro de nuevo, corro fuerte, repitiendo mis pasos del pasado.
Con un repentino sentimiento de fortuna me detengo frente a una habitación repleta de armas. Entré sin problemas, no solo encontrando armas sino uniformes negros. Me servirán. Tomo uno y me lo pongo con todo y chaleco antibalas, guardándome navajas y una pistola en el cinturón. En una mochila igual de oscura guardo tres trajes más y todas las bombas que pude esconder. Me quito el cabello castaño de la cara sosteniéndolo con un cintillo de futbolista y me miro en el espejo. Parezco Ben Affleck en El contador.
Salgo completamente listo para que arda troya.
La ciudadela estaba llena de moviento, esbirros se paseaban cada pequeño recinto, todos con quehaceres. Moverme sin ser visto fue una odisea. Tuve que dar vueltas en el piso como perro en concurso canino, esconderme debajo de mesas, detrás de paredes y algunas cajas hasta que llegué al corazón de la ciudadela de Nolan. Vi la puerta de metal que nos sacaría de aquí a unos metros, pero también vi a unos esbirros tomando café que charlaban justo sobre lo que quería escuchar: la ubicación de mis primos.
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DULCES MENTIRAS
Teen Fiction#18 en extraño #20/10/19 #3 en encanto Haiden, Khaisie y Nolan saben lo que tienen que hacer: acabar con los hermanos Evans de una vez por todas. Acabar con esos dioses griegos que dominan el pueblo de Asheville. Cuya belleza oculta un centenar de...