Capítulo Dieciocho

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Siendo sinceros

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Khaisie.

Al instante la dura mirada que Haiden me dirigió me alarmó el corazón, ¿qué le dijeron? Por supuesto había sido Hyson, era un imbécil. Sabía hacerte la guerra, apuntando donde más te duele.

Dejé que Haiden fuera mi punto débil. Ahora tengo que asumir las consecuencias.

Mi yo interior me decía: miente si pregunta algo que no deseas responder.

Y le obedecí.

Solo unos pasos nos separaban, y ninguno de los dos parecía querer romperlo.

-Pues habla-dije, intentando parecer despreocupada.

-¿Me estás mintiendo?-preguntó, duro y acusador.

Quedé sin palabras.

-¿Me mientes, Kay?-repitió, insistente.

En mi cabeza sono un inconfundible ¡Chan, chan, chan!  Seguido de un coro que decía "Pendeja, contéstale"

-No-dije, firme-¿Por qué crees que te mentiría?

No bajó la cabeza ni un momento. Haiden lucía seguro de sus acusaciones en mi contra.

-Hablé con Hyson, me dijo que en realidad no tienes ninguna abuelita en casa-se ajusta el traje-. Y dándole vueltas, yo no la he visto nunca, ¿Qué me dices sobre eso?

-¿Qué te digo?-mi tono era cortante y sarcástico-. Te digo que te escuches, desde el momento que dijiste "Hyson me dijo" tenías que saber que todo sería mentira-me cruzo de brazos-. Imbécil.

-¿Eh?-soltó una risita burlona-. Si le creí es por algo-y sin dejarme añadir una palabra, continua-. No hablas mucho sobre ti, la mayoría de las cosas he tenido que adivinarlas, solo piensas en tu odio y tu venganza, me dijiste que Hyson no te conocía y por lo visto sabe más de ti que yo.

Al parecer hoy el mundo tiene los huevos para reclamarme por mi venganza.

-¡Hyson es una persona cruel, odiosa y testaruda!-le grito, acercándome-¿no ves que desea que me odies para poder añadirte a su grupo de perritos falderos? Y si tanto te interesa ver a mi jodida abuela, ven mañana a la casa y te la presento, a ver si dejas de quejarte como una...

-¡No me estoy quejando!-me devolvió el grito, pateando una maseta hasta estropearla-. ¡Maldita sea! Estás ciega, de verdad.

-¿Y qué quieres que vea? Solo noto tres cosas: primero, que hoy es el jodido día mundial de atacar a Khaisie Moore, segundo, tu aura asesina y tercero tus intentos por sacarme una verdad que Hyson implantó en tu cabeza, ¿Cómo te lo digo? ¡no miento! Y siendo sincera me decepciona que sólo por un simple comentario de Hyson como "ah, Khaisie miente sobre su abuelita" te haya llevado a reclamarme y a desconfiar de mí.

Haiden soltó un resoplido de frustración, como si me hubiera explicado un ejercicio de física miles de veces y yo, aún de burra, no le comprendiera.

Tal vez era así.

-¡No es eso! ¡Es una mierda completamente diferente! ¿No hablan más las acciones que las palabras?

-¡Tú no estás hablando, Haiden! ¡Gritas! ¡Y si me gritas! ¡Yo te grito!

-Te lo voy a decir solo una vez-advierte-. Presta atención.

-No, ya no quiero escucharte.

-Bueno, me escuches o no, lo voy a decir.

-Es tu problema.

DULCES MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora