DULCES MENTIRAS

Capítulo Cuarenta y nueve

En los últimos días

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Capítulo dedicado a: @Mariana1086

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Coloca la canción en multimedia cuando los personajes la estén escuchando.

*Esbirros: Hombre que, a cambio de dinero, realiza las acciones violentas o amenazas que se le ordenan.

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Narrador

-Está loco-exclama Nolan.

Y si, Heron Evans tenía sus momentos de arranques.

Se lanzó al césped que ocultaba la muerte debajo de él con una sonrisa cargada de adrenalina. Sus pies bailaban y saltaban con rapidez, de un lado a otro, girando, sonriendo, explorando sin miedo las zonas que no tenían bombas o trampas escondidas. Sus movientos eran precisos, sin errores, y Hyson no pudo evitar sentir el corazón pesado de orgullo.

Heron era casi su creación. Como si él mismo lo hubiera moldeado junto a Dios a su gusto y semejanza.

Miró a Haiden fugazmente, viendo una sonrisa de complicidad estallándole en la cara. Todavía le costaba ocultar la sorpresa al ver a Haiden tan...diferente. el Haiden que llegó al pueblo odiaría esta situación, el de hace tres años no estaría ayudándolos y, con toda seguridad, le habría dicho a Jenna.

Las personas somos como las estaciones. Simplemente cambiamos,  ya sea para bien o para mal.

Y Hyson se teme que su Haiden, o su Grover, solo puede estar cambiando para mal.

-Sube, preciosa-le escucha decir y se inclina para que Khaisie, entusiasmada, se suba en su espalda. Él la sostiene con una delicadeza de porcelana y así ambos siguen a Heron.

Nolan fue el siguiente, que apenas vió a Khaisie alejarse no dudo en seguirla. Entonces Hyson, colgándose del cuello la polaroid, corre detrás, siendo guiado por personas con las que nunca creyó compartir situaciones como estas.

Y todo por Camille.

Su Camille.

Lograron llegar a la casa con las extremidades todavía unidas al esqueleto. Hyson saca su bate y es el primero en entrar.

-Está despedajo-susurra, y de repente todos estaban en la sala de la casa más dark, tenebrosa y maloliente de la tierra. Telarañas, bichos, comida podrida, objetos descompuestos, largos pasillos que parecían un agujero negro y unos nada sutiles cuadros de muertos en guerra eran las cosas que componían el lugar en general.

-En cualquier momento salen las tortugas ninja con todo y maestro Splinter de esa alcantarilla.

Haiden le choca el puño.

-Pensé lo mismo.

-Escúchenme-Dice Hyson, atento a cualquier sonido-. No se dejen engañar. Esta casa, si se puede llamar asi, está llena de esbirros. Quiero que busquen en el piso de abajo, dividanse en parejas y encuentren a Camille, ya saben, no quiero que inicien una pelea, solo ocultense bien.

-¿Y tú a dónde vas?-inquiere Heron.

-Al piso de arriba-informa y se acerca para besarle la frente-. Cuídate, Heron. No te detengas en la nevera a ver si encuentras licor. Lo sabré.

-¡No eres mi padre!

-¡Te lo advierto!

-Como sea-contesta el segundo, rodando los ojos con una sonrisa que no pudo ocultar-oye, Hyson-dice después. Él voltea al escuchar su nombre.