Capítulo Cincuenta y seis

111 17 2
                                    

Liberación

Capitulo dedicado a: @Esmeraldaa_2615

□□□●□□□

Narrador

En la cara de Hyson y su padre se notaban dos tipos de sorpresas: en la de Tyson la de ver a su hijo convertido en hombre, uno fuerte, apuesto y enojado con él; en la de Hyson de verle vivo, sano, y lo suficientemente cuerdo como para haberle llamado aunque sea una vez.

Recordó la tumba de su padre, la cantidad de lágrimas que desperdició frente a ese pedazo de lápida vacía, todos los años extrañandole, recordandolo con fervor y anhelo, fantaseando con su reencuentro y, sobre todo, como su vida después de su partida se convirtió en una inmensa porquería.

-Sé que verme debe ser mucho que procesar-dice Tyson, meditando sus palabras antes de soltarlas.

Y si, Hyson intentaba procesar sus sentimientos, que estaban al tope de intensidad. Sentía de todo cuando, de repente, no sintió nada. Se encontró insensible de cuerpo y mente.

-Estás muerto. Deberías estarlo-fue lo que salió de su boca. Probablemente no era justo reaccionar así si tu padre dejaba de ser un muerto más que recordar, pero no supo que más hacer.

-Si-por los ojos grises de Tyson pasa una luz de culpabilidad-. Siento no estarlo, si es lo que te molesta.

-Acertaste, me molesta-no era verdad-. ¿Cuanto a pasado? ¿diez años? ¿más?

Tyson baja la cabeza y da una orden.

-Sueltenlos.

Las manos de los cinco son liberadas. Hyson se acaricia las muñecas y se pone en pie sin decir nada, decidido a dedicarle la peor mirada de la perdición a su padre. Le hiere. Ve como la cara de Tyson se contrae. Le alegró.

-Hyson...

-¡Padre!-dicen unas voces al unísono. Una voz de mujer y otra de hombre.

Hyson desvia su atención a esas voces que llamaban "papá" al que era suyo y vuelve a quedarse sin aire, muy parecido a recibir un golpe en el estómago.

Anastasia Jones, que en realidad era Anastasia Brown, con unos pantalones de cuero negros y una chaqueta rosada pálido de motociclista se detiene junto a Tyson, sujetandole la mano. Estaba intacta como una muñequita Barbie que no han sacado de la caja. Al otro lado de Tyson se detiene un hombre de unos treinta y cinco, altísimo, de piel blanca, ojos azules, cabello rubio y una boca con el labio superior fino y el inferior muy carnoso.

Era el comprador, también conocido como D y, ahora, como un hombre de apellido Brown.

-Hyson-le dice su padre-. Ellos son Anastasia y Dominic. Son tus hermanos.

-Hola, hermanito-le dice Anastasia, juguetona.

Dominic le saluda con la cabeza.

Hyson suelta una risa tan profunda que pareció un rugido. Una risa mecánica, falsa y sádica. Le asustó hasta a él.

-Ya todo tiene sentido-contesta, no tan sorprendido como enojado.

-Ven-Tyson camina al ascensor-hablemos a solas.

Hyson da la vuelta, mirando a Heron, Haiden y Camille. Lucían muy impactados.

-Iré contigo si tu gente no los toca.

Tyson analiza al resto de los chicos como si apenas los notara. Obedece a Hyson y da la orden, luego, los dos suben al ascensor y entrar en la habitación con paredes de vidrio en el último piso.

DULCES MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora