Prólogo

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Todo niño merecía ser feliz, amado por sus padres y educado en los más estimados valores para no perderse en el camino de la oscuridad. Sin embargo, era fácil salir del trayecto correcto. No por brujas o monstruos de antaño; no por pesadillas, sino por las motivaciones de otros o de uno mismo.

¿Quién sabe, un árbol torcido tenía arreglo? 

No soy como él (Volumen I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora