Capítulo 21 (breve)

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Consecuencias

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El haberse empinado una botella entera no le hizo sentir mejor, ni desaparecieron los endemoniados fantasmas que se burlaron de él y por querer sentirse digno. No valía con haber sido gentil en su primera noche de bodas, finalmente, Edward había participado de alguna manera en la cama, no físicamente, pero sí en la cabecita de su esposa.

¿Bien por él?

Aunque él había ganado casándose con el amorcito de su enemigo, no quitaba que este estuviera en los pensamientos de su esposa, pese a que su intención fue únicamente vengarse de él.

¡Vaya venganza si tenía sentimientos por el dichoso caballero!

Lo que decidió que no iba a involucrarse más e iba a esperar que trascurrieran las cosas como debían ser. Nadie le iba a quitar el gozo que iba a disfrutar cuando Harold se enterase de que su prometida acabó casándose con él. Un derecho que le llenaba de regocijo y se relamía por la anticipación. No podía esperar a que ocurriera.

La llegada a Londres iba a ser muy divertida. Ese era el único consuelo que le quedaba.

Sí, el único consuelo..., pensó antes de cerrar los ojos. 


En otra habitación, más alejado de donde estaba él. 

Elle no se sintió bien.

Ni cuando oyó el portazo que le indicó que su esposo se había marchado, disgustado porque había mencionado el nombre de Edward. ¿Pero cómo podía no evitarlo, si tras haber yacido en sus brazos, olvidándose de hasta de ella misma, sintió que había traicionado lo vivido con Edward, aunque hubiera decidido que formaba parte de su pasado?

Notó más el ambiente helado pese a que el hogar estaba caldeado. Las sábanas manchadas por sus fluidos, la sangre y el sudor no eran el abrigo que necesitaba, aun así, se encogió sobre sí misma, esperanzada de que el malestar se esfumara. No se esfumó porque de alguna manera, seguía sintiéndose culpable al no reconocerse por la manera que había actuado y desinhibido, como una descarada, y lo peor de todo, era que le había gustado.

¡No! No podía haberle gustado.

¿O acaso sus sentimientos por su amigo no eran tan fuertes?

Esa pregunta la inquietó aun más, si eso podía ser, pero no respondió, mas se hizo otra pregunta que fue como un eco, extendiéndose.

¿Dónde se había ido?

El viaje apresurado a Gretna Green, los nervios, y el haber hecho... yacido con él, le habían hecho mella, agotándola y asumiéndola en un sueño turbulento.

No soy como él (Volumen I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora