Un trozo

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Las presentaciones se me dan fatal, no sé por dónde empieza y acaba...

🤣🤣🤣🤣🙈

Ya corregiré más tarde.

Buenas noches!!!

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La sorpresa, traída por esa cara conocida y amiga de la familia, le hizo tardar en reaccionar.

- Creía que no eras, tú, Damien. Hasta que te vi pasar por delante de mí – el trato social con que se dirigió hacia él, no le pasó desapercibido a la joven, que se había convertido en una espectadora de la función, quedándose helada. ¡Hasta lo había llamado por su nombre de pila! -. ¿Cómo estás? ¿Y tus padres?

- Caroline – cabeceó, aún desconcertado -, discúlpame. Estaba de paseo con...

- ¿Con quién? – le demandó.

Su mirada voló hacia una figura que estaba tensa, con los labios sellados.

Elle tuvo la oportunidad de echarle un vistazo sin ser tan obvia ya que la otra señorita, que muy cercana era a su marido, también lo hacía a su vez. Era alta como "Damien" (nunca le había dicho de tutearle, ni llamarle por su nombre) y rubia como... Paró, dándose cuenta de que iba a decir lo mismo. Pero... parecían salidos del mismo cuadro, bellos como dos ángeles o seres místicos, lo que le generó un mal sabor de boca.

- Con mi esposa.

- ¿Te has casado? – su sorpresa fue tan grande que casi se le iba caer la mandíbula al suelo.

Y a Elle no le hubiera importado encajársela de nuevo.

- Haré las presentaciones como es debido – hizo un gran esfuerzo por no darles la espalda y dejarles plantados, ganas no le faltaron -. Lady Chesterfield es una amiga muy querida en mi familia. Lady Chesterfield, ella es mi esposa, lady Myers.

- ¿Cuál era su apellido de soltera? No me suena su cara.

- Green. No le sonará porque estuve un tiempo internada, lejos de Londres.

- ¿Green? – chasqueó la lengua, contrariada -. No caigo ahora. ¿Procedéis de América? La gente nueva rica de allí viaja a menudo aquí para encontrar su oportunidad y establecerse aquí. No quiero decir que lo seáis... solo que nunca la había visto.

Elle no estaba segura cómo tomarse aquello.

- Si nos disculpas, Caroline, puedes decirle a tu marido que nos visitéis algún día - ¿estaba casada y tenía ese grado alto de familiaridad con su esposo? -, y nos ponemos al tanto; hace mucho tiempo que no hemos coincidido.

- Sí, él estará encantado. No sé si lo ha comentado Damien, lord Chesterfield y yo viajamos mucho. Es una suerte que hayamos tenido esta coincidencia.

Y qué coincidencia que no estaba, se dijo Elle, desconfiada de su intención.

- Dale saludos de nuestra parte.

- Se los daré. No lo olvides, Damien, queda una cena pendiente. Me ha alegrado mucho verte.

No le sentó muy bien oírlo

- Lo mismo decimos.

Dio gracias a Dios por irse de allí, porque no sabía si hubiera puesto la mano en el fuego, tras esa situación tan entrañable, entre dos amigos que no se habían visto, y casados, y había algo más que un genuino afecto.

Le entró un helor paralizante.

Y si... posiblemente, ella fuera la razón porque Myers no quería casarse. Si era así, ¿qué podía hacer ella? Además, encontrándose justo cuando ellos habían discutido. Por si no fuera poco, de regreso a casa, asumidos en un silencio perturbador. Estaba claro que la presencia de la dama, aunque estuviera casada, no le había sido indiferente. O nunca la había olvidado. Seguramente, tiempo atrás, no se había burlado, ni la había odiado tanto como a ella.

¡Era tan injusto!

Lo que le creaba un caos dentro en su interior que no sabía cómo controlar. 

No soy como él (Volumen I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora