No soy como él (Volumen I)

Capítulo 35

Espero que os guste!!!!

❤❤❤❤❤❤❤

__________________________

Por extraño que apareciera, lord Myers cumplió con su palabra, en cuidarla y estar atento a lo que hiciera en falta a su esposa, creándose entre ellos, una especie de rutina, donde él le hacía de apoyo en momentos críticos que hasta el hombre menos paciente podía desesperarse y desatenderse, dejándolo a manos de su suegra o de la doncella. Uno podía tener la excusa de hacerlo porque más de un caballero consideraba que era asuntos de mujeres, cosa que a ellos no les incumbían, deshaciéndose del "problema" yéndose al club, a tomar una copa y un cigarro relajados o ir con la amante a quejarse de cómo podía ser tan duro. Nadie les podía culpar de que, si no fuera por su semilla, no ocurriría tal infierno para ellos, obviando su participación en el acto. Nadie... Por eso mismo, le extrañó a Elle que Myers permaneciera más tiempo de la casa sin volverse loco, subiéndose por las paredes. En ningún momento, emitió una queja cuando, por ejemplo, se rehusaba en comer con el temor a echarlo que retenerlo. Estaba ahí, con esa mirada imperturbable, negándose a rendirse y queriendo que comiera. Debía reconocer, para su mayor vergüenza, de que se había comportado peor que una niña chica que no quería desayunar unas gachas aguachadas. Hasta incluso, un día, su marido mandó a llamar al doctor que la revisó por primera vez, porque creía que no era normal que durase tanto las náuseas. La revisó de nuevo, asegurándose de que todo marchaba a la perfección. Pero un incrédulo Myers le preguntó a la salida, lejos de que lo pudiera oír su esposa. No quería que si el médico le dijera algo delicado, lo escuchara.

- Es muy normal en las embarazadas; hay mujeres que tienen la fortuna de no notar los síntomas hasta más avanzado su estado o no sencillamente no los notan, llevando un embarazo ligero. Me ha llegado algún que otro caso que hasta la dama embarazada no se había enterado de que lo estaba y se enteró en el parto.

- Vaya situación - dijo con ironía.

- Y que lo diga, sir, sobre todo para la dama. No se desanime; mientras que su mujer no sangre no entraña peligro tanto para la criatura como para la madre.

- ¿Eso qué significa? - perdiendo todo el color de su rostro.

El hombre, más sabio y experto en esos casos que el caballero que iba a ser padre primerizo, se compadeció.

- No hace falta decirle lo que su mujer debe evitar. Por ahora, es mejor que guarde reposo, sin ninguna actividad que estriba movimiento, me refiero al lecho conyugal - Myers tuvo el acierto de no pronunciar ni pío, aunque lo estaba notando mentalmente. De todas maneras, no había tocado a Elle desde la última vez. ¿Qué peligro podía haber? No iba a ser una bestia -. No por ello, no quita que puede hacer una vida con total normalidad, sin agobio, o algún peligro que le crea un estado caótico de nervios o de estrés.

- Entiendo.

- Mientras tanto que disfruten de la dicha. No le puede dar en su momento mis más sinceras felicitaciones, así que se las doy ahora.

- No se preocupe, y gracias por haber venido.

Despidió al médico y se volvió hacia dentro. Elle que había estado recostada en la cama, se irguió cuando vio a su señor esposo entrar.

- He estado hablando con el doctor y es mejor que guardes reposo.

- ¿Eso ha dicho? Me siento un poco mejor - era verdad, en los últimos días no había notado tantos mareos y vómitos, el bebé que estaba creciendo en su interior, le estaba dando un respiro -. Si permanezco un día más en la casa, me volveré loca.