Capítulo 37

1.5K 296 18
                                    

A la llegada de la casa, no mejoraron los ánimos.

Como cuando el sol desaparecía entre las nubes grisáceas y negras, siendo menos cálido y más opaco, la felicidad podía ser superada por la tristeza... o el furioso enojo, si este era más poderoso que otro sentimiento más alegre. Y Elle no estaba tan dichosa como antes de que le hubiera sacado el tema y una amiga del pasado apareciera de la nada, trayendo recuerdos al caballero, seguramente más amenos y dichosos que una le podía haber aportado en todo el tiempo que llevaban como matrimonio, soportando sus malestares matutinos y no matutinos, viéndola en su mayor esplendor.

Comparándose con aquella dama distinguida y radiante, se sentía un adefesio a su lado. ¡Cómo si pudiera arrancar el cuadro perfecto de su cabeza que había presenciado de los dos juntos! Porque una cosa estaba segura, esa amiga no le había agradado (en absoluto) e intentó guardarse su opinión bajo llave, no iba a ser la mujer más celosa del mundo, aunque por dentro se estaba muriendo. Porque esos sentimientos les eran inesperados. No se había sentido antes vulnerable como lo era ahora.

Damien asumido en sus propios pensamientos, no se podía hacer una finísima idea de que el reencuentro que había tenido con lady Chesterfield pudiera haberle afectado a su esposa, creyendo que la discusión que había aflorado en el parque había traído el agridulce sabor de su pasado. Si hubiera sabido de que sus palabras habían sido tan dañinas como el corte de una espada envenenada, habría sido más cauto.

¿Lo hubiera sido?

No estaba seguro de esa posibilidad.

Aún podía notar la sangre enardecida al recordar como esa niña pequeña, y no tan pequeña cuando fue creciendo, iba siempre detrás de Harold. Defendiéndolo como si él hubiera sido un príncipe, digno de cualquier respeto de los mortales.

Igual que lo hizo su progenitor.

Reconocía, años después, que no había sido justo con ella. Por más que le hubiera pesado y le pesara esa amistad genuina que habían tenido, y que luego se fraguó el amor, no hubiera sido tan malnacido con esa niña que idolatraba a otro.

Esa niña que había crecido y ahora era su esposa.

Precisamente estaba muy callada desde que salieron de Hyde Park.

- Llamaré a su doncella para que la ayude - le dijo una vez que entregaron sus abrigos al señor Gold.

- No la llame - replicó secamente y se detuvo en la mitad de los escalones -. Puedo apañármelas.

Damien enarcó una ceja; le había dicho que estaba cansada. Se rascó una ceja, intentando comprenderla. Quizás, seguía molesta por la conversación agitaba que habían tenido.

- No sea orgullosa, se nota en su cara que está agotada.

Elle contuvo un jadeo y apretó sus puños en los lados de su cadera.

- No soy orgullosa - masculló entre dientes -. Si lo fuera, no tendríamos más de una conversación.

¿Le estaba acusando de haberse comportado mal con ella?

- ¿Me puede decir ahora qué he hecho? Si, es porque no le he pedido perdón...

Elle le cortó, alzando una mano para que parase.

- Como le he dicho un momento antes, no me hirió. Creo que hizo daño de otra forma.

Ahora le tocó a él tensarse como una cuerda. ¿Hasta cuándo se lo iba a achacar? ¿No había demostrado ser lo contrario a como ella lo conoció?

- ¿Me va a reprochar siempre por cómo me comporté con su amigo? Perdóname si se me olvida que quiso vengarse por haberla engañado con otra.

Debió haber sido más prudente, pero... ¡Diablos, ponía su paciencia al límite! Observó como lo fulminaba con la mirada, si hubiera despedido fuego, habría muerto calcinado, para después dejarle con la palabra en la boca y subir los escalones, ignorándolo.

- Elle, por favor.

Parecía ser que con sus últimas palabras encendió un polvorín. Porque se giró, echando chispas.

- ¡Basta! No tiene el permiso de llamarme por mi nombre cuando no me ha dicho el suyo. Sino, ¿me puede explicar porque ella, una extraña para mí, le ha llamado por su nombre de pila? Por no decir con qué derecho ella tiene de juzgarme. Seguramente le habrá decepcionado al saber que está casado, y más, conmigo.

Lo dejó desconcertado con su arrebato.

- Caroline no tuvo mala intención, se lo aseguro. Me pide explicaciones, se las diré. Es una amiga de la familia; sus padres como los míos fueron muy buenos amigos, no hay más. Su marido fue compañero mío en Eton. ¿Por qué debería estar decepcionada?

- No lo sé, ¿me lo puede decir usted? - le faltaba dar zapatazos contra el suelo.

- Elle, por favor - estaba siendo surrealista, ¿estaba enfadada por Caroline? -. Está casada.

- Da igual, si alberga todavía sentimientos por usted.

¿Estaba celosa?, no quería decir que no le agradara, pero teniendo en cuenta de que ella estaba enamorada de Edward, le parecía cierta hipocresía de su parte. ¡Además, Caroline no estuvo enamorada de él! Porque podría haber rechazado a Chesterfield cuando no lo hizo y haber aceptado su proposición. Intentó mantener la calma, pero no le fue posible.

- Dime, ¿fue por ella que no quiso casarse con otra mujer?

- No hubiéramos podido congeniar.

- No me ha respondido - su silencio habló por él -. ¿¡Quiere que piense bonitas cosas de ella!?

- Deja de comportarse como una mujer celosa, no le pega nada- le espetó sin calibrar el daño que podía hacer -. Usted, hace unos meses, no lo dudó cuando se fue a ver a su adorado Harold.

Elle jadeó y no se contuvo, acortó la distancia y le dio una bofetada, que hasta ella se lastimó. Pero no mostró un quejido de dolor porque ya por dentro lo estaba sintiendo. Observó que a su marido no le hizo gracia, porque no la miró, de inmediato. Cuando lo hizo, su mirada quemaba... por el frío que transmitía.

- No se vuelva a acercar a mí.

Antes de desmoronarse ahí mismo, se encerró en su cuarto y cerró la puerta con llave.

- Elle, abre la puerta.

Lo ignoró de nuevo, aunque le era imposible, porque el corazón lo tenía roto.

--------------------

Lo siento porque sean cabezotas y no den su brazo torcer, siendo pesados con el mismo tema

🙈🙈🙈🙈🙈🙈

No soy como él (Volumen I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora