"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades."
Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Miro al hombre frente a mí, aquel hombre que vi horas atrás a través de fotografías, trago el nudo en mi garganta sin saber que más decir.
Los ojos de aquel hombre me miran de arriba a abajo, su mirada logra ponerme nerviosa y no sé si eso se debe a que acabamos de follar o a que me mira como si quisiera darme de nuevo.
Me mantengo en silencio, mi estómago se revuelve y siento que en cualquier momento voy a vomitar debido al alcohol que aún continúa en mi sistema y por la sacudida que acaban de darme.
Volker Diekmann no dice nada, solo sigue mirándome.
—¿Cuál es tu nombre? —pregunta finalmente, su voz es fría, ronca y gruesa. Sus ojos siguen mirándome con detenimiento, incluso puedo ver como sus ojos bajan sin censura alguna hasta mi escote perdiéndose ahí por algunos segundos.
—¿Cuál es el tuyo? —pregunto después de algunos segundos, sube su mirada de nuevo hasta que sus ojos coinciden con los míos.
Mira hasta el final del pasillo en donde se encuentran aún aquellos dos hombres, supongo que deben trabajar con él.
No responde y solo comienza a caminar alejándose, sus pasos son firmes, camina con aires de grandeza y el porte que posee es completamente varonil que logra hacer que lo siga con la mirada hasta que llega a donde están aquellos dos hombres.
Veo como da algunas palabras a aquellos hombres quienes asienten, sale de aquí y solo comienzan a seguirlo. Me quedo de pie en mi mismo sitio, se ha ido el muy cabrón.
Me recargo en la pared y suelto un suspiro frustrado.
Podría decir que me siento mal de haber follado con el hombre que está en la mira por la OMPC, pero, la verdad es que no lo hago, no me siento mal por haber follado con él, porque sé que ha sido solamente un polvo, pero, aún así está la pequeña parte en mi interior que me regaña por haberlo hecho.
Joder, ni siquiera sabía quién demonios me estaba follando.
Cierro mis ojos y masajeo mi sien, termino acomodando mi vestido que ahora está todo arrugado mientras las lentejuelas están todas mal ordenadas, acomodo mi cabello y solo salgo del pasillo mientras camino con rapidez, todo comienza a dar vueltas, el alcohol comienza a dar sus reacciones y efectos, había bebido como loca, después me follaron sin censura y ahora finalmente estaba teniendo las causas colaterales de eso.
Algunas miradas se posan sobre mí cuando me encuentro caminando hacia el sitio en donde se supone deben estar las mujeres con las que había venido, ignoro estas y solo me concentro en llegar hasta aquel punto.
—¡Guasón! —giro hacia la persona que grita, miro a Evelyn quien se acerca con una botella de champagne en sus manos— ¿Dónde está tu Harley Quinn? —comienza a reír como estúpida, mi ceño se frunce sin entender, rueda los ojos y veo como saca un pequeño espejo de su bolso, lo coloca frente a mi rostro y mis ojos se abren con sorpresa cuando veo como mi labial rojo está todo batido en mis labios y saliendo de mis comisuras.