Epílogo

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Dakota

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Dakota.

Camino de un lado a otro en la celda en la que me encuentro. No dejo de berrear mientras siento mis mejillas mojadas.

Hay tantas cosas acumuladas en mi pecho que siento que en cualquier momento todo va a romperme en mil pedazos más.

Han pasado días desde que estoy aquí, no he podido ver a mi familia, no he podido ver a mis padres, a mis amigos, a absolutamente nadie más que no sean los cadetes que se encargan de traer comida.

Juego con mis dedos nerviosa, el hecho de que abran una puerta me hace girar para mirar por los barrotes de la celda en la que estoy.

—Señorita Kingston —miro a la mujer que se para frente a mí—. ¿Lista?

—Ni siquiera sé de qué se me acusa —suelto. No me conviene hablar sin saber qué mierdas sucede.

—Seré su abogada en el juicio de hoy —habla de nuevo—. Toda esta semana he estado al pendiente de todo.

Abren la celda en la que estoy, colocan unas esposas en mis muñecas mientras me obligan a caminar.

—No sé qué está sucediendo —susurro.

La mujer a mi lado no me dice nada más, solo camina frente a mí.

—¿Lo hiciste? —pregunta en un susurro a mi lado.

¿Qué mierdas pasa?

—¿Hacer qué? —pregunto. Las ganas de llorar regresan porque no tengo ni puta idea de qué pasa.

—Es un juicio convocado de último momento —habla de nuevo—. Muchos de tus compañeros no quieren que sigas aquí, presionaron a Roberts y al comité para que seas condenada en cuanto antes.

Quiero replicar de nuevo pero nos adentran por una puerta en donde mis palabras se callan de inmediato.

Miro a las personas aquí. Estamos en la sala de juicios.

La abogada frente a mí camina hasta uno de los apartados mientras me guían con ella. Ambas quedamos de pie al igual que todos aquí.

Me privo de mirar a mi alrededor pero siento todas las miradas sobre mí.

Miro como una jueza entra, camina hasta el estribo en donde toma asiento encabezando todo.

Conozco y he estado en juicios de la OMPC pero ser yo quien está de este lado ahora jamás había sucedido.

—Buenas tardes —toma su lugar, lee los papeles sobre su escritorio—. Estamos aquí hoy para llevar a cabo el juicio en donde se culpa a Dakota Kingston O'Brien de traición y ocultamiento de pruebas hacia la OMPC.

La vista de aquella mujer recae sobre mí, trago saliva y mira de nuevo los papeles.

Siento que voy a desmayar en cualquier momento.

CRIMINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora