"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades."
Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...
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Volker.
Diciembre, 2022. (Navidad. Seis meses después del exilio de Dakota)
Destino desconocido.
—La OMPC está detrás de ti —miro a uno de los viejos gordos que está sentado en la misma mesa en la que me encuentro. Su cabello blanco está revuelto, suda un poco obligándolo a limpiar su frente con un pañuelo blanco en su mano y lo único que me provoca es asco mientras dirijo mi vista hacia él.
—Pero sigo aquí —respondo con simpleza mientras miro a cada uno de los presentes.
Se dirigen a mí como si no supiera que ahora soy un maldito prófugo.
—¿Han pensado en nuestra propuesta? —pregunta Yerik esta vez haciendo que todos guíen su mirada hacia él ahora.
Miro a los hombres reunidos aquí, comienza a desesperarme toda esta mierda.
—Yo acepto —otro de los hombres habla—. ¿La comisión sigue siendo la misma? —agrega.
—Lo es —Yerik responde.
Poco a poco y de manera lenta todos los hombres aquí comienzan a aceptar hasta que finalmente todos se encuentran de mi lado.
—La próxima semana llegará un barco desde Alemania —comienzo yo—. La droga está lista para distribuir.
—Así mismo —comienza Yerik ahora—, llegará un cargamento traído desde Colombia, cocaína.
—Escuchamos algunos rumores —uno de los hombres habla llamando mi atención—. Hay una nueva droga en tu poder, Diekmann.
Siento la mirada de Yerik sobre mí.
—Sí —respondo—, pero no está lista para ser distribuida aún.
Los ceños de todos se acentúan curiosos.
—¿Qué es? —pregunta otro.
—¿Cuándo un chef ha revelado sus más famosas recetas? —pregunto sereno y relajado en mi sitio.
Ninguno responde.
—Todo será revelado cuando deba serlo —agrego.
—Regresando al tema que nos interesa —es Yerik quien desvía el tema—. Por ahora solo obtendrán cargamento de heroína, marihuana, cocaína, cristal, metanfetaminas, éxtasis y cannabis.
Todos asienten.
—Cada cargamento está completamente registrado, si hay pérdidas o intentan engañarnos lo sabremos así que más le vale a todos que sean limpios y justos —prosigue el ruso—. No queremos tomar medidas extremas.
Saben a lo qué nos referimos.
—Y hay otros tratos sobre la mesa —hablo yo sintiendo la mirada de Yerik de nuevo sobre mí.
