"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades."
Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...
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Dakota.
Mis ojos se mantienen fijos en la pantalla frente a mí, solo recorro con mis ojos las letras que se muestran en el documento que yace abierto en mi portátil y que tiene en ese estado más de treinta minutos.
De mala manera y con pocas ganas termino haciendo todo a un lado, paso mis manos por mi cabello con desesperación y tomo aire mientras la pelea, discusión, conversación con Volker afuera de Imperium resuena en mi cabeza. Mierda, es que ni siquiera sé cómo llamar a lo que pasó.
Su voz sigue reproduciéndose a medida que los segundos pasan y mi cabeza lo único que hace es mantener los recuerdos como una nota mental de que estoy haciendo lo correcto, al menos para él.
Él desequilibra mi vida, me hace olvidar todo con su mera cercanía y en los pocos minutos que lo tuve a mi lado fue suficiente para sentirme bien de nuevo, discutir con él, tocarlo, solo tenerlo a mi lado fue suficiente para que pudiese olvidar todo el maldito tornado que está arrasándome.
Es difícil negarme a él, es difícil negarle algo a él y aún así lo hice de nuevo, aún así tuve la osadía de alejarme de nuevo.
Me pongo de pie y solo comienzo a recoger y ordenar todo, estoy en casa de mis padres. En mi habitación, Adele llegará en cualquiera de estos días, Ethan está en la central y Hunter debe estar en el piso de abajo.
Ordeno todas mis cosas aquí y después de unos minutos salgo de mi habitación mientras me coloco una sudadera y suelto mi cabello. Camino hasta las escaleras. Mis ojos van hasta mi padre que se mantiene en el sofá viendo la televisión frente a él, Hunter solo descansa, su uniforme de la OMPC esta vez no está.
Camino hasta él una vez que llego a la segunda planta, tomo una manta mientras mis pies se mueven en su dirección.
—Hola, cariño —me mira cuando llego al mismo sofá donde se encuentra, me acuesto del lado contrario de donde se encuentra y cubro mi cuerpo dándole también parte de la manta, se relaja aún más en su asiento y solo miramos la televisión.
Mis ojos se mantienen fijos en la pantalla aunque al igual que antes mi cabeza solo reproduce la misma mierda con Volker.
Me siento decaída, me siento triste, me siento vacía y mis ojos se cristalizan en el momento que mi cabeza grita que desearíamos que todo fuese como antes, que las cosas regresaran al pasado en donde no había ninguna persona atormentándome, en donde mi corazón no latía por nadie y mi cabeza no pensaba en nadie, en donde Justin y Arthur siguen conmigo y todo se basa en ser los mejores y hacer el bien.
—¿Todo está bien? —la voz de mi padre me hace regresar a la realidad, tomo aire con lentitud y disimulo al mismo tiempo que las lágrimas se alejan de mis ojos.
—Sí —respondo.
—¿Segura? —pregunta de nuevo—. Estás muy callada.
—Solo han sido muchas cosas en tan poco tiempo —respondo con lentitud—, han sido muchas cosas que procesar y aceptar.
