Capítulo 15

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Dakota

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Dakota.

Maldigo.

En el momento que el alemán levanta su mirada soy yo quien aleja la suya, Volker y Yerik están aquí.

Pueden reconocerme y todo esto valdrá mierda, había ocultado las marcas que Volker había dejado en mi cuerpo y la nueva apariencia que tengo debe ser suficiente para que este par de idiotas no me reconozca.

Todos los que se encuentran aquí en la mesa comienzan a jugar cartas mientras que yo solo me dedico a no ser descubierta, no quiero moverme, no quiero ver a ningún otro punto que no sea el piso. Solo escucho a los hombres aquí hablar mientras juegan, beben y fuman, el alemán no ha vuelto a decir nada más, el único que habla es Yerik.

Las manos del hombre que me sujeta por mi cintura vuelven a acariciar mis piernas, tal como lo he hecho desde un principio me recuerdo que esto es parte de mi trabajo y que no debo salir de mi papel.

La música sigue resonando en el club, las mujeres siguen aquí siendo compañía de los hombres que vienen a jugar y apostar.

Durante este largo rato he seguido escuchando a Evelyn del otro lado del audífono que hay en mi oído, no me he movido de mi posición ni he hecho algo para llamar la atención, solo me mantengo en mi lugar con este hombre tocándome y besando mi piel.

Los tragos no dejan de ser traídos a la mesa.

—Buenas noches a todos, me alegra tenerlos aquí finalmente.

Otra voz varonil se escucha, me obligo a no levantar la mirada aún cuando quiero hacerlo.

—Borka Velikov —la voz de Yerik es la primera en escucharse y sin permiso mi rostro se levanta para mirar al nuevo hombre que acaba de llegar, mis ojos van de inmediato al hombre de traje negro, piel canela y ojos marrones que está de pie frente a la mesa, su cabello está desordenado, sus labios tenuemente hinchados y su ropa desarreglada, un índice de que acaba de tener sexo, la mujer que viene con él me lo confirma, mis ojos van hasta Ella quien tiene un collar de sumisa en su cuello y la ropa que lleva apenas y cubre sus pezones y su feminidad.

El mafioso que investigué hace unos días es el mismo que tengo ahora mismo frente a mí. El mismo mafioso que ha intentado atacar a Volker.

Miro tenuemente al alemán que solo bebe de su trago sin decir o hacer más, sus ojos miran al mafioso que lo mira también, ambos se desafían con las miradas, casi como si en cualquier momento uno de los dos fuese a atacar al otro comenzando así una pelea.

—Volker Diekmann —Borka habla mientras toma asiento en una de las sillas que enmarca la mesa, el búlgaro jala a Ella de su brazo y la sienta en sus piernas.

Mis ojos de inmediato van hasta la mujer que es mi amiga y compañera de escuadrón, Ella mira a cada persona aquí en la mesa hasta que finalmente su mirada coincide con la mía, sus ojos se abren más de lo normal, me ha reconocido, su mirada pide una explicación pero ninguna de las dos puede decir o hacer algo.

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