Capítulo 51

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Flashback

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Flashback.

Narrador omnisciente.

La mesa se encuentra completamente preparada, sobre esta se encuentran todo tipo de platillos, desde el más fino plato hasta el más dulce postre.

Un niño de cuatro años mira todo con asombro, está completamente preparado, viste un pequeño y elegante traje negro que su padre compró para él, su cabello negro está completa y perfectamente peinado, se ha puesto sus gemelos más elegantes y ha boleado sus zapatos hasta que estos han sacado brillo completo.

Está nervioso, no puede evitar los nervios y al mismo tiempo la alegría en su interior, no ha podido dejar de sonreír desde que unos días atrás su madre le juró que vendría a cenar por navidad con él.

Casi no ve a su madre, vive únicamente con su padre, Donovan Diekmann.

Volker es un niño de cuatro años, un niño que a pesar de su corta edad logra entender lo que pasa a su alrededor, sabe que sus padres no tienen la mejor relación pero aún así ama a ambos, sobre todo a su madre.

Amaris no siempre está con Volker, pues a pesar de que Donovan le permite ver al pequeño Diekmann esta jamás suele aprovechar ese tiempo ni esas oportunidades.

—¿Qué haces, cariño? —Volker aleja su mirada oscura del pastel de zanahoria sobre la mesa, oculta su dedo detrás de su espalda cuando escucha la voz de Ada, su nana.

La pelinegra mira el pastel de zanahoria sobre la mesa, oculta una sonrisa cuando nota que el pequeño alemán ha pasado su dedo sobre el betún de este.

Mira al niño frente a ella al mismo tiempo que se cruza de brazos.

—¿Has visto quién ha picado el pastel? —pregunta esta.

—No, Ada —responde cortante el pequeño.

Ada solo le regala una sonrisa.

—No pasa nada si lo has hecho, cariño —responde ella—. No tienes que mentirme.

Volker no dice nada, solo se mantiene en silencio mirando a la mujer que lo cría.

—No soy un mentiroso —responde, su voz hace saber que se siente atacado—. Fui yo —suelta y con enojo vuelve a pasar su dedo sobre el betún para llevarlo de nuevo a su boca.

Ada más que sentirse molesta lo único que hace es reír, cosa que hace que Volker se cruce de brazos.

La pelinegra se inclina sobre una de sus rodillas y acomoda el cuello de la camisa del niño quien solo se mantiene quieto dejando que su nana arregle su traje, quiere lucir presentable y elegante para su madre.

—Mami vendrá hoy —Volker suelta en voz baja. Ada lo mira, Volker no suele ser un niño que hable mucho, es un niño serio y callado, un niño que prefiere la soledad, el silencio y el orden. No habla mucho, no ríe, no corre por la casa, no hace ruido, incluso parece ser un adulto encerrado en un cuerpo de niño.

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