"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades."
Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Miami.
Volker.
Miro el collar sobre mi escritorio. La esmeralda reluce con algunos destellos que se iluminan gracias a los diamantes que enmarcan la letra D en el centro.
Juego con mi bolígrafo en mano mientras mi interior grita que debo ir tras ella.
Pero niego de inmediato recordando la discusión de horas atrás.
Esto ha terminado.
Dakota Kingston ya no está en mi vida y debe ser así para siempre. Fue un error haberla dejado entrar.
Me equivoqué, admito que hice mal en culparla de las cosas que sucedieron hoy. No fue su culpa la muerte de Oliver, no ha sido su culpa el que Borka esté en nuestras vidas. Al final de todo ella está en la misma posición que yo. Estuve mal e hice mal en darle culpas que no le correspondían.
Por otro lado, no mentía cuando dije que no quiero más esto. No quiero más vulnerabilidad, no quiero más debilidad. No quiero estar con una persona que me mantiene la cabeza llena de preocupación todo el maldito tiempo. Eso no es lo que necesito ahora.
Ella estuvo de acuerdo con esto. Al final de cuentas, como siempre, no le costó nada irse.
Mi mandíbula se aprieta mientras empino mi trago de whisky. Mi sangre arde, la maldita necesidad de ir por ella y traerla aquí crecen porque a pesar de todo no voy a ser hipócrita al decir que no la necesito, porque lo hago.
Necesito a esa perra tanto como necesito el aire para respirar.
Empuño el collar en mi mano.
Ella me vuelve débil, me convierte en una estúpida mierda con pies y ya me cansé de que siempre sea yo quien termina mal en esto.
A ella no le importa morir, ella misma lo dijo, hace lo que hace y está donde está por elección propia así como soy yo quien decide ahora que no quiero que siga teniendo el poder de destruirme de nuevo.
¿Soy un cobarde? Lo soy pero ella ya dejó en claro que no le interesa la mierda en la que me deja y si a ella no le importa entonces debe importarme a mí.
No necesito debilidades ahora, no necesito vulnerabilidad, no necesito preocuparme por alguien que no se preocupa ni por sí misma.
Le di el poder de destruirme, le di el poder completo sobre mí y efectivamente me jodió en cada maldita ocasión.
Fumo un cigarrillo intentando olvidar todo.
Mi vida tiene que ser la misma mierda que era antes de que ella llegara.
—Volky —una voz se escucha, no miro a la mujer que se adentra, reconozco el perfume de Saskia así como sus tacones resuenan mientras camina—. ¿Todo bien?
Sigo fumando mi cigarrillo.
Siento como la rubia camina hasta quedar detrás de mí, sus manos comienzan a masajear mis hombros.