"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades."
Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dakota.
Mi corazón se acelera ante las palabras que él ha dicho.
"Eres mi mejor definición de amor, schatz."
Trago saliva con dificultad y me ahorro la sonrisa en el rostro.
—Tú dices todo esto solo porque estás ebrio —susurro.
Los ojos de Volker no dejan de coincidir con los míos.
—No —responde mientras sus nudillos rozan y acarician mi mejilla.
Mi interior se altera con desenfreno, tengo miedo y me aterra todo lo que puede ocasionar el estar de nuevo con él.
—Creo que tengo que irme —quito mis brazos de su cuello de manera lenta—. Y tú debes dormir.
Sus manos bajan ahora hasta mi cintura en donde me toma con firmeza, casi como si se negara a que me levante de encima suyo.
—Quiero follarte —su voz resuena de nuevo—. Quiero verte saltar sobre mi polla y que muestres lo mucho que te encanta llenarte de mi.
Trago saliva, siento como si oprimieran mi estómago a cada palabra que suelta.
—Porque te encanta que me vacíe en ti, ¿no, schatz? —su pulgar acaricia mi labio mientras que su otra mano acaricia mi muslo desnudo gracias a la abertura del vestido.
No respondo y en lo único que puedo concentrarme es en sus caricias.
—¿No? —pregunta de nuevo.
—Sí —respondo finalmente, sus ojos muestran el toque de picardía y deseo.
—Nadie más puede llenarte —comienza a acariciar mis senos desnudos y aprieto mi quijada intentando no jadear ni hacer alguna mierda más—, porque al único que puedes recibir siempre es a mí.
Busca mis ojos de nuevo hasta que estos coinciden.
—Y la única que puede meterse mi polla entera eres tú —sonrío.
—Quieres tener sexo conmigo solo porque estás borracho, engendro —suelto.
—No necesito estar ebrio —responde—, ebrio o no siempre voy a desearte de la misma manera.
Cada palabra hace que mi torre de control vaya perdiendo cada vez más.
—Que romántico eres —ironizo.
Se acerca y comienza a besar mi cuello, siento sus labios moverse con desenfreno sobre mi piel, mis ojos se cierran mientras muerdo mi labio inferior.
Besa mi barbilla y vuelve a tomar mis labios con desenfreno, su boca se mueve con la mía y solo vuelvo a aceptarlo de la misma manera que antes; siento como mis labios van ardiendo conforme los segundos pasan, el beso rudo que protagonizamos hace que nuestras bocas ardan y se recuerden mutuamente que somos los únicos que podemos hacer esto porque adoro tanto la manera en que se acopla a mí y la manera en que me acoplo a él.
