Dakota.
—¿Le dijiste a alguien sobre el bebé? —le pregunto a Volker a mi lado, limpio con dureza las lágrimas que corren por mis mejillas mientras siento como mi interior sigue ardiendo con fuerza.
—No —responde él, su voz es dura, fría y molesta.
Mis ojos bajan de nuevo al nenuco que han enviado, en cuanto lo enfoco una vez más las lágrimas vuelven a salir. No son lágrimas de dolor o tristeza, son lágrimas de rabia, molestia y enojo.
Sé que mi familia no diría nada, sé que ellos deben estar guardando el secreto así como sé también que Oliver, Ada y Yerik lo hacen también.
Limpio mis mejillas de nuevo mientras doy vuelta y camino con determinación hasta la oficina de Volker, mis pasos son duros y precisos. Escucho a Volker seguirme y solo me adentro a su oficina caminando de inmediato hasta el teléfono sobre su escritorio.
Antes de hacer la llamada me mantengo pensativa, mis puños se aprietan cuando comienzo a conectar todo y sin alternativa alguna termino haciendo la llamada que necesito.
Pego el aparato a mi oreja mientras camino de un lado a otro.
—OMPC. Departamento de... —responden.
—Soy la agente Kingston —interrumpo a lo que sea que fuera a decir la mujer del otro lado de la línea.
—Agente, buenas noches. ¿En qué puedo ayudarle? —la maldita imagen del paquete no deja de reproducirse en mi cabeza.
—Necesito saber qué ha sucedido con el resultado de mis análisis —respondo—. No he recibido los resultados y han pasado meses.
Escucho como teclean del otro lado.
—Creo que debe estar equivocada, agente —responde la mujer—. Todos los resultados de los análisis que se hicieron a inicio de año han sido ya enviados al correo de cada uno desde que se obtuvieron los resultados del laboratorio.
—No —respondo cortante—. No recibí ningún correo.
—Puede darme su nombre o matrícula —pide.
—DAKO150898 —dicto y escucho como teclea de su lado.
Pasan algunos segundos donde solo escucho como teclea, juego con mis dedos mientras sigo moviéndome de un lado a otro.
—El correo fue enviado —habla finalmente haciendo que mis pies se detengan en automático—. Tenemos también registrada su respuesta afirmando que estaba al tanto y confirma recibir el correo.
Comienzo a negar con la cabeza.
—Eso no es posible —suelto en un susurro—. Yo no envié nada.
—Todo está en el sistema, agente —responde.
No espero a que diga más y solo termino la llamada, voy de inmediato hasta el escritorio de Volker, tomo asiento en su silla giratoria y enciendo su computadora en donde comienzo a teclear con rapidez.
ESTÁS LEYENDO
CRIMINAL
Rastgele"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades." Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...